Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Cuando vi el terror en su mirada, supe directamente quien tenía que haber sido ese hombre en su vida. Y mi furia empezó a crecer cada vez más»
Tiger Davenport.
Abril había comenzado y con ello el final de la actuación de Ava en el cabaret, ya que la profesora Bonnet le había dicho que actuase los 2 últimos fines de semana de marzo. Debido a ello, aquella misma noche donde Ava se despedía de sus compañeras en el cabaret, se encontraba sola en el camerino tras el subidón que había tenido de nervios y luego del público aplaudiéndola.
Se encontraba genial y la había ayudado mucho a superar un poco su miedo escénico, pero la prueba de fuego llegaría en mayo con la actuación de aquella obra de teatro. Tenía miedo, era un lugar enorme y con un público exigente y más numeroso.
No sabía como acabaría o como lo haría, pero aquella experiencia en el cabaret siempre la tendría y siempre lo recordaría con cariño aunque al principio no fuese totalmente fácil.
Su compañera y líder del grupo Victoria se acercó a ella y le dijo;
—Nunca pensé que diría esto, pero te echaré de menos, novata.
Ava, con una sonrisa deslumbrante en su rostro, la observó y contestó;
—Muchas gracias por todos tus consejos, Victoria.
Ava se levantó y varias compañeras se acercaron a ella para despedirse. Habían creado un pequeño vínculo. Aunque al principio no era del agrado de todas, sobre todo de Victoria, Ava había conseguido un lugar en el corazón de esas bailarinas expertas. Y aunque ahora ella se marcharía hacia otro camino largo y difícil, siempre tendría una amistad con ellas.
Todas sonrieron pero sintiendo una punzada porque la echarían de menos no tenerlas en el ensayo cada tarde.
—Estaremos apoyándote en la obra de Bella y Bestia —dijo una de ellas de cabello pelirrojo.
Una mujer de unos 26 años se acercó a Ava y le dijo;
—Así que no te olvides de nosotras cuando te hagas una bailarina famosa.
Ava sonrió feliz, aunque no se creía que algún día fuese una de esas bailarinas famosas. Tan solo quería cumplir su sueño que era dedicarse de lleno a bailar.
Fueron abrazándola cada una a la joven de 22 años y Ava se sentía mal porque le dolería alejarse de ellas. Fue ahí cuando Victoria le entregó un ramo de flores a la joven y la aplaudieron tras ello. Significando que su próxima aventura estaba por comenzar.
🌂
Al día siguiente, el sábado por la noche, una Ava totalmente deslumbrante, se encontraba mirando tras la ventana de aquel land rover con los cristales tintados para que no se viese desde fuera. Llevaba un impecable vestido blanco con el cabello recogido, dejando su cuello al descubierto. Ese cuello que a nuestro magnate le volvía totalmente loco.