Prólogo

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Mi nombre es Lily Roddson y estáis a punto de navegar de pleno, en mi mente y en mi vida. 

Los 22 años de edad, que llevo encima, no han sido nada fáciles. Cuando era pequeña sufrí acoso escolar por parte de varios chicos, sobre todo uno en específico, incluidas dos chicas. Luego más adelante, con catorce años, me adentré en una relación donde descubrí qué es la toxicidad y desarrollé suficientes traumas a tratar hoy en día. Además de ello, con unos quince/dieciséis años, experimenté, indirectamente, una de las mayores putadas que puede vivir cualquier tipo de persona. 

Aprendí. Aprendí a cuidarme sola, a hacer cosas sola, a sufrir todo sola y, aún así, aprendí a escuchar, apoyar, aconsejar y ayudar en todo lo posible a mi círculo cercano. 

Como podréis comprender, todo pasa factura. Y así hizo entrada mi inesperada depresión sin aviso alguno y sin, aún menos, permiso. Podría decir que fue la peor vivencia que he pasado personalmente hablando, aunque, desde mi punto de vista, una vez ésta toca a la puerta, ya no se despide. 0 ganas, 0 motivación, 0 ilusión, 0 alegría... esa no era yo. Ese ser no se parecía nada a mí. 

A lo largo del tiempo, con ayuda profesional, con apoyo emocional de familia y de amistades, pude salir de ese pozo sin luz. Pude empezar a ver con un poquito más de claridad y poder enderezar mi vida, hacia otro siguiente capítulo. Sin embargo, esta vez, con metas, objetivos, emoción y valores. Y ahí conocí a Brix, pasados unos años. Brix es mi ex pareja hoy en día. De hecho, hace relativamente poco que cada uno decidió continuar su camino por separado. Brix ha sido una persona súper importante en mi vida. Me devolvió la confianza y la estabilidad en pareja que había ido perdiendo por el camino, eso sí, con mucho trabajo y conversaciones incómodas de por medio, todo sea dicho. Pero lo hizo. Todo fue a su ritmo, con calma, y con sentimientos puros. Aunque, a lo largo de los meses, año, empezamos a ser realistas en que la cosa no funcionaba. Él iba mucho por libre desde el primer momento y yo era más dedicada en la relación. Él tenía como prioridad su gran círculo de amistades y yo, como prioridad, lo ponía a él. Él era reservado y cero expresivo y yo, en cambio, necesitaba expresarlo todo, hablarlo todo y compartir todo con él. Digamos que él era apego evitativo y yo ansioso, en ese último aspecto. Pues queramos o no, chocan, dichos apegos son polos opuestos y siempre van a chocar. Por mi parte, soy partidaria de que lo que se quiere, se comunica, se lucha, se mejora y se soluciona. Por su parte, es mejor rendirse ante tanta complicación, o al menos eso me hizo entender y concluir. 

Gracias a él, sé lo que quiero y lo que no en mi vida. Sé que límites debo poner y seguirlos a rajatabla, sé qué quiero recibir y qué quiero dejar entrar a mi burbuja. Y sobre todo, sé lo que me merezco y lo que valgo. No pienso conformarme con menos... o eso espero.


Entre las siguientes páginas vas a poder descubrir, poco a poco, las historias pasadas de Lily y cómo éstas afectan en su presente. Vas a poder seguir al pie de la letra su aprendizaje personal, emocional, profesional y social. Vas a poder descubrir el fondo de mirada que Lily le pone a la vida y, sobre todo, a las personas. Como suele decir ella: "Las sensaciones no fallan, y menos la mía." O eso decía, porque una vez que vuelven y empiezan a entrar personas en su burbuja, Lily tendrá que tomar una de las decisiones más difíciles de la vida. 

¿Cómo dejo ir a la persona que amo? ¿Debo hacerlo? 

Sueños EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora