Él
Lo miro desde la mesa, allí, de pie, en el lado externo de la barra esperando la comanda. La verdad es que está igual que la última vez. Su piel blanquecina, la cuál a la mínima se vuelve roja, tan transparente y delicada que cualquier roce, por fino que sea, deja huella en ella. Su cabello castaño claro, tan claro casi rubio, fino y liso. Acostumbrado a llevar encima gorras y gorras. Día sí y día también. A conjunto con sus ojos azules similares al cielo, ese cielo despejado sin ningún tipo de nube. Así es él. Un limpio cielo, sin nada que lo entorpezca.
—Aquí estaría. —añade mientras deja la bandeja en la mesa. Seguidamente toma asiento frente a mi. Cojo mi café con extremo cuidado para ponerlo más cerca de mi y poder echarle el azúcar. Él repite la misma acción con su refresco, acercándose lo a un lado.
—Gracias. —pronuncio casi en un susurro inexistente. —¿De qué querías hablar? —pregunto, yendo al grano. En realidad podría decir que fue un impulso por decir algo, porque no sé muy bien si quiero saber ya la causa por la que estamos aquí.
—Bien, bueno... —se acomoda en su asiento. —Debo admitirte que estoy algo histérico, bueno, no, algo nervioso. —ríe de forma tímida, nunca antes lo había visto así. —Lil, estos meses han pasado muchas cosas. —añade y mi expresión facial cambia por rotundo a preocupación y confusión. No sé muy bien por dónde van los tiros en estos momentos.
—¿Muchas cosas como cuales? ¿A qué te refieres?. —pregunto fijándome en cada detalle que sus facciones crean. Sí que es verdad que está nervioso. Brix siempre ha tenido algún que otro "tic". Quizás pequeños espasmos en los brazos o en las piernas. Como a tener algún que otro en el rostro, quizás a arrugar la nariz o cerrar los ojos. No algo exagerado pero suele ser parte de él. Una parte que hasta hoy, no sabía que echaba algo de menos.
—Pues cosas no muy buenas, la verdad. —suspira y, esta vez torna su mirada a la mía. Siempre he creído en las miradas. Las miradas nunca mienten, al igual que las sensaciones. Si una mirada no te transmite confianza o credibilidad, huye de ahí. O al menos, eso hago yo. La de Brix reflejaba dolor. Podía ver esos azulados iris de una manera distinta. Como si ese mar, reflejado en el cielo del que hablaba antes, hubiese pasado por una de sus peores tormentas.
Dolor. Desconsuelo. Debilidad. Insomnio.
—Brix, no te entiendo... —digo mientras entorno la cabeza hacia un lateral inconscientemente.
—Estos meses me he dado cuenta que no quiero esto Lily. —añade. Mi corazón se está empezando a acelerar sin aún saber a qué se refiere concretamente. —De hecho me di cuenta pocas semanas después de que te fueras. Desde entonces todo ha ido en picado. Si hay algún que otro aspecto que he mejorado y me va relativamente bien pero... —hace una pequeña pausa mientras mira la mesa como si ésta le fuera a dar algún tipo de información relevante. —Pero, ¿de qué me sirve avanzar si no avanzo con la persona que quiero a mi lado? —sus ojos se tornan vidriosos, esta vez ese mar se está ahogando con su propia agua. La cual dudo que acabe saliendo de éstos. Nunca le he llegado a ver llorar. Nunca.
Sus palabras me dejan sin habla. Al final tenía razón con que la conversación tenía dos protagonistas y, Noah, con que quizás él seguía sintiendo. Al final ni uno ni el otro se equivocaba. Como dije anteriormente, las sensaciones no fallan. Lily creetelo ya.
Lo miro atónita. Sin saber qué decir, sin saber cómo reaccionar.
—Yo... —empieza a decir Brix, nuevamente. —Yo no quiero que te lo tomes como una presión ni mucho menos, como un momento incómodo. Solo necesitaba decirte que te echo de menos Lil. Que la cagué. La cagué mil veces y no te merecía, y no sé si sigo mereciendo a una persona como tú. —suspira. —Pero solo sé que tengo las cosas muy claras ahora mismo, durante esta distancia he visto todo claro. —añade, esperando una respuesta por mi parte. La verdad no sé qué decir, me he quedado congelada en el tiempo.
—Brix, no sé qué decirte, la verdad. —pronuncio al fin. —Yo... yo no me esperaba que hubieses estado así estos meses. No entiendo el porque ahora sí, y antes no... —añado. La voz me tambalea. Me siento pequeña ahora mismo. Me siento en una nube de sentimientos perdidos y dudas, muchas dudas y muchas confusiones. Y esa nube la controla él, sin duda.
—Porque antes no valoraba lo que tenía a mi lado. No te valoré. Y lo siento Lily. Siento haberte hecho pasar por todo lo que hice. —coge el vaso entre sus manos, rodeando éste al completo. Puedo intuir que es una acción de mantener la calma, como cuando sales a una presentación en clase con un pequeño papel para sentirte más seguro/a. Al menos esa siempre era yo, para luego ni siquiera leerlo ni mirarlo.
—Brix, el problema que tuvimos no fue algo que no se pudiera solucionar. Yo traté de mejorar nuestras diferencias desde el momento 0. —sincero. —Simplemente te pedía una relación normal. Te pedía una mínima atención, cariño, sentirme querida por tu parte y segura. —termino de decir, mientras noto que ambos empezamos a estar menos tensos el uno con el otro.
Sé que la comunicación es de lo más importante entre las personas pero, es complicada de cojones.
—Lo sé... lo siento de verdad. Solo quiero decirte que te lo pienses, que me des la oportunidad de poder demostrarte que no va a volver a ser así. —dice. Su mirada se clava sobre la mía. Puedo sentir su sinceridad. A parte, de que él siempre ha sido sincero ante todo, de eso nunca me quejé. Incluso a veces demasiado. Es una persona que no tiene filtro alguno, para según qué aspectos tiene su lado positivo y, en muchos otros, no tan positivo.
—Yo mm... —balbuceo intentando ordenar mis pensamientos por un momento. —Emm... yo no sé muy bien que siento ahora mismo Brix. Estoy súper confundida con esto. Creo que lo mejor es que me dedique un tiempo para poder ordenar y pensar en todo esto, en nosotros. —añado a duras penas intentando la mayor parte del tiempo mirarle fijamente, sin desviar dicha mirada a ningún otro sitio.
—Lo entiendo, y tienes todo el tiempo del mundo para pensar. —responde con una actitud algo afligida mientras centra su mirada en el vaso.
—Creo que es totalmente normal Brix. —continúo. —Llevamos varios meses sin hablar ni vernos en ningún tipo de momento. Es normal que no sepa cómo gestionar algo que no me esperaba por tu parte. —hago una pequeña pausa al observar que no levanta la vista del vaso. —Hemos roto la estabilidad que construimos. Hemos roto la confianza, los avances y el trabajo mutuo que creamos para poder avanzar... algo así no se puede recuperar ni reconstruir de un momento a otro. —explico observándole con la esperanza que levantara su rostro ante mi.
—Todo lo que es trabajo en equipo con... —añado siendo interrumpida por él.
—Conlleva su tiempo. —complementa, quitándome las palabras de la boca. En ese mismo instante, alza la vista y me mira. Su mirada, esta vez, me transmitía ternura, nostalgia y, cariño.
—Exacto... —respondo en un pequeño susurro. Los sentimientos revoloteando por mi cuerpo continuaban en proceso, chocando unos contra otros, sin dirección concreta ni orden alguno. Ahora mismo, solo sé que me duele esta situación. Y no sé cómo hacer para apaciguarla. Aunque a veces, debemos aprender a tener conversaciones difíciles, complicadas, incómodas, incluso no deseadas para poder solventar malentendidos, e incluso, arreglar muchos otros.
Nunca sabes qué giro dramático puede traer la vida para ti.
Y esta vez, el giro dramático ha sido de vuelta al mundo y volver.
![](https://img.wattpad.com/cover/364266969-288-k320115.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sueños Escritos
RomanceLily es una joven estudiante, con 22 años de edad, con pasión y profesión en la estética y la belleza, junto con el interés por la psicología y la escritura. Desde siempre ha creído en príncipes azules, el amor a la antigua y la magia de éste. Se h...