Sueños Escritos

Capítulo 18

Bienvenido seas, verano.  

'...de verdad, no os llegáis a imaginar lo feliz que estoy. Este verano está empezando siendo inolvidable y no lo digo por los millones de planes que tengo, porque no es así, pero es un verano que quería vivir desde la adolescencia; libre de estudios, todo aprobado como año tras año, y libre de trabajo, algo nunca antes visto y sinónimo de paz mental. Así es, dejé mi trabajo, en el que estuve 3 años, y os preguntaréis el por qué. Realmente no hay una gran justificación, simplemente necesitaba salir de ahí, y eso es más que suficiente para dar el paso. Era un lugar dónde ya no me sentía cómoda, dónde ya no quería formar parte de ello, incluso podía sentir malestar solo con el hecho de pensar en tener que ir. Por ahora, no diré dónde es, ya sabéis que me gusta dejar con intriga, no obstante lo hago más bien por privacidad. En resumen, soy libre y vuelvo a ser mi querido yo con metas, motivaciones, objetivos y miles de ideas de proyectos diferentes por querer llevar a cabo.

A parte de dedicar gran parte del tiempo a mi querida novela y nuevos proyectos que están por venir (benditos spoilers), mi otra mitad de tiempo la dedico a mi burbujita; mi familia, mis amigos y mi oficialmente pareja.

Retrocedamos un poco en el tiempo...:

Lo último que sabéis, sobre Brix y yo, es que hablamos durante horas en mi casa y pudimos "aclarar", medianamente, el significado de la foto de él junto a Chloe. Debo admitir que a día de hoy, varios meses más tarde, aún no sé los motivos completos de lo que sucedió. A su favor, debo decir que Brix me va soltando pequeños comentarios, de los cuales deduzco que Eros tiene algo que ver en esta historia. Hasta ahí sé y tampoco quiero agobiarme, ni agobiarlo, con este tema. Sé que es algo difícil de explicar y quizás de retomar escenas vividas anteriormente, y eso yo más que nadie, lo respeto perpetuamente. Nunca se debe juzgar una situación sin haberla vivido antes y aún así, podría sacar bastantes matices, ya que no todas las personas vivimos ni sentimos igual. Por lo tanto, estoy fluyendo día a día, disfrutando y dejándome sentir al cien por cien. A pesar de seguir asimilando que el primer curso de universidad ya haya terminado. Me parece surrealista lo rápido que ha pasado y los giros que ha dado mi vida comparando principios de primero y finales de éste.

Durante estas últimas y recientes semanas, Brix y yo nos hemos ido viendo bastante seguido, algún que otro día entre semana y cada sábado y domingo al completo. Hemos hecho diferentes planes, los cuales nunca antes habíamos hecho, o sí, pero terminaron siendo un desastre. Por ejemplo, hemos ido a algún que otro mirador para ver el atardecer, algo que me fascina y me enamora cada vez que lo veo, hemos ido a una reserva de animales, lo cual me dejó impresionada. De pequeña recuerdo que me llevaron a dos reservas distintas, pero ninguna como esta. Los animales tienen muchísimo terreno para poder vivir, están en muy buenas condiciones y se nota que están cuidados con amor. Al final, en estos casos, siempre se prefiere su libertad al completo y estoy totalmente a favor de ello, por eso nos costó bastante decidir si comprar las entradas o no. Por otra banda, me alegró muchísimo ver cómo jugaban, cómo estaban en su hábitat sin importarles lo más mínimo que estuviéramos a pocos metros de ellos. Se nota cuando se está bien, igual que las personas, y así se podían ver todos ellos.

Retomando los planes, hace pocos días compartimos casa sola para nosotros dos, de hecho aún sigo aquí. Sus padres están fuera, la mayor parte del tiempo, por trabajo y conferencias varias, por lo cual Brix es el responsable de la casa. Y esta vez, la ha querido compartir conmigo. Llevo tres días en su hogar y como era de esperar, el vicio a las series volvió a nosotros. Nos hemos llegado a fundir dos temporadas de una serie, con más de diez capítulos por sesión, con 45 minutos de duración cada uno de ellos en tan poco tiempo. ¿Acaso hemos dormido? La respuesta os la digo directamente yo: NO.