Capítulo 10

17 4 0
                                    

¿Sí o no? 


Ya han pasado tres días desde que Brix y yo nos vimos. Durante dichos días Brix iba escribiéndome, de vez en cuando, con la misión de aclararme hacia el lado positivo. Recibí mensajes como que las cosas iban a cambiar, que se arrepentía, que iba a hacerlo bien esta vez, que me iba a dar todo lo que necesitara, todo lo que quisiera... entre mucha más variedad de mensajes en este sentido. La cosa está en que no pido nada más que una relación normal, amor y sinceridad. Amor y amistad.

La verdad es que creo en sus palabras. Siento profundamente su arrepentimiento, ya que a él ya mucho le costaba expresar sus sentimientos, y sé que le está costando ahora también. Aunque, las palabras no es el único acto que puede arreglar esto.

Me meto en la ducha para seguidamente, caer en un relajante momento de desconexión mientras, intento centrar mi mente en el agua recorriendo mi piel. Inconscientemente, reaparece la imagen de aquella noche. Aquella lejana e inolvidable noche dónde Brix recorría ésta sin permiso ni perdón. Aquel momento que hubiese deseado no dejar atrás nunca. Sacudo mi cabeza intentando deshacerme de dichos pensamientos inapropiados ahora mismo y, desconecto de mi relajación para terminar de enjabonarme y salir de la ducha lo antes posible. Me visto, me peino y maquillo y, salgo de casa para dirigirme hacia el coche e ir a la universidad. La intensidad de la uni, como todos los estudiantes dicen, va cogiendo realidad en mis días. Trabajos, apuntes, información demasiado extensa, próximas fechas de exámenes,... ya ha empezado el trimestre y lo noto. O me pongo las pilas o, es probable que me pierda en las asignaturas y, créeme que es lo último que necesito.

A su vez, Brix ocupa gran parte de mi concentración día a día. Cada minuto recuerdo momentos juntos, conversaciones, alguna que otra mínima escapada, aunque también vuelven a mi mente las veces que me sentí desvalorada, insegura, cohibida, las veces que sentí que no pintaba nada ahí. Las veces que dudé si realmente sentía por mi o no. Es un debate interno complicado a más no poder.

Llego al campus y, una vez dejo el coche aparcado, me dirijo hacia su entrada. A lo lejos aprecio a Noah fumando antes de entrar, ya que dentro del campus no está permitido. Me acerco a él.

—¡Hola nenito! —saludo y sonrío ante su sonrisa resplandeciente. —uiii... que sonrisa más alegre... —lo miro con una expresión divertida, incitándole para que me cuente a qué se debe tanta felicidad.

—Tenía ganas de verte. —anuncia sabiendo que no es nada creíble. —vale valeee... —ríe. —Esta noche he tenido algo de compañía se podría decir. —comunica y acto seguido mi rostro toma forma de chiste.

—¿¡QUE!? ¿¡A qué esperas para contarme!? —pregunto elevando la voz un mínimo por mi sorpresa.

—Pues ahora mismo, en cuanto te viera. —ríe y nos adentramos al recinto, una vez terminó su cigarro. —Pues verás... ¿recuerdas aquel chico que nos interrumpió de los primeros días, que íbamos a la cafetería? —pregunta para poner en contexto.

—Mmm sí... ¿Dereck? —pregunto con pequeñas dudas.

—¡Exacto! —afirma. —Bien, pues hace bastante tiempo que nos vemos a escondidas. —anuncia a la vez que le miro perpleja sin acabar de entender nada.

—¿Cómo? —añado mientras espero a que continúe relatando la historia. Ésa historia que no me esperaba para nada.

—A ver... te explico. —asiento atentamente. —Dereck y yo nos conocimos aquí en bachillerato, que yo iba a entrar y él ya iba a terminarlo. Pero nos íbamos viendo por ahí... total, al principio nos llevábamos mal. Al fin y al cabo este grupito de cuarteto siempre han sido los típicos "populares" y estúpidos a su vez. —añade rodando los ojos. Parece que ese hecho no le hace mucha gracia.

—¿Grupito de cuarteto? —pregunto perdiéndome en la conversación.

—Sí, Dereck, Eros, Chloe y Ky. —añade. —Este grupo es peculiar y mejor no te acabes de fiar mucho. Sobre todo de Chloe y Eros. A mi nunca me han acabado del todo y, pensaba que Dereck iba por la misma línea al ser el hermanastro de Eros, per...—

—¿Cómo que el hermanastro? —pregunto interrumpiendo su explicación.

—Si hija si. —ríe ante mi cara de asombro. De verdad que a veces desearía poder disimular mis expresiones faciales pero, es algo inevitable e imposible. —Son hermanastros y pues ya te puedes imaginar un poco por dónde van los tiros con estos dos. Eros es bastante rígido con estas cosas y Dereck es un mariquita encerrado. —reímos ante su comentario. Este chico suelta cada una que cualquiera que lo escuche, reiría con él.

—¿Y estáis saliendo desde entonces? —pregunto curiosa por saber más y más.

—Mmm ojalá pero no. Él no quiere dar a luz nada de esto, aunque mucha gente ya nos ha visto irnos juntos, entrar al lavabo uno detrás de otro, faltar a clase los dos... —añade recordando cada momento vivido con Dereck, se le nota en la cara que siente algo más por él.

—Y... ¿estás de acuerdo en eso con él? ¿Lo habéis hablado? —pregunto. Puedo llegar a comprender que Dereck quiera mantenerlo en secreto si aún no está preparado para confesar su orientación pero, al fin de cuentas, tiene que tener presente los sentimientos de Noah y hacia dónde vaya dicha relación. Es algo importante si no quieren hacerse daño.

—A ver, lo entiendo por una parte Lil. Pero llevamos ya años. Con idas y venidas pero, años. Muchas veces le he dicho que cuanto tiempo va a continuar esto así pero no quiere hablar del tema. Siempre que sale, nos acabamos enfadando. —dice. Puedo notar que este tema le provoca malestar, como lógico es, a mi también me lo provocaría.

—Si te soy sincera Noah, no mereces que te trate así en un tema tan importante como éste y, encima, después de tanto tiempo. —digo intentando ayudarle, un poquito al menos. 

—Lo sé, créeme que lo sé, pero es lo que hay por ahora. —añade con un tono algo frío y llegamos a la primera clase de hoy. Dejando por finalizada la conversación.


Me pasé la mañana pensando en la situación actual de Noah. La verdad que me preocupa, ya que cualquier persona con mínimo sentimiento le dolería. Y es lo más normal del mundo. Y a veces, con tal de no perder a esa persona, nos perdemos a nosotros. Y creo que es algo que le está tocando vivir a Noah en estos momentos. 



Entramos a la última clase de hoy y, mientras realizo los apuntes correspondientes, mi móvil tiembla notificándome de un nuevo mensaje. Enciendo éste y des del centro de notificaciones me encuentro con un nuevo mensaje de él. Del chico que me partió el corazón sin quererlo.

"¿Te gustaría que nos viéramos hoy?" Brix.

Observo el mensaje detenidamente, fijándome en cada palabra y en su significado juntando todas éstas. Su mensaje me causó emoción a la vez que dudas en si aceptar o no.

Quizás vendría bien verlo, ni que sea, para ver si de esa manera me aclaro un poco más... ¿o no?

Sueños EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora