IX.

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*Capítulo largo e intenso, amores 🔥

*Capítulo largo e intenso, amores 🔥

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Jamás olvidaré ese fin de semana. Se trataba del Gran Premio de Silverstone, y en el mismo instante en el que Daniel me preguntó si quería ir, no dudé ni un segundo. Me gustaban las carreras, pero había algo todavía más importante para mi.

Necesitaba ver a Max. Sí; se había convertido en una auténtica necesidad, sobre todo porque no le había vuelto a haber después de abandonar su casa aquel día en el que despertó algo nuevo en mi.

Había pasado más de una semana, y lo cierto era que me moría por verle. Era incapaz de olvidar sus últimas palabras, aquellas en las que pensaba cada noche cuando me metía en cama y mi mano era lo único que calmaba mis ansias de placer.

"Tienes que aprender a obedecer órdenes, Meghan. Haz lo que te digo y quizá tengas tu recompensa. Estoy seguro de que aprenderás rápido; no tengo ninguna duda. Y estoy deseando que eso suceda, porque me tomaré mi tiempo contigo."

Suspiré profundamente cuando entramos en la sede del equipo aquel fin de semana en Gran Bretaña. Daniel estaba tan emocionado por la carrera que ni siquiera me había dado tiempo a desayunar en el hotel. Lo haríamos en la cafetería de Red Bull en el paddock.

Tan pronto como entramos, a Daniel se le iluminó la mirada al ver la comida en el buffet. Juraría que incluso se relamió, seguramente pensando en todo lo que comería ese día. Si había algo que le gustaba, eran los desayunos continentales.

–¿Quieres algo? –preguntó mientras yo me sentaba en una de las mesas del comedor.

–Un café y un croissant –pedí justo antes de que se volteaste para ir hacia la barra.

Exhalé profundamente, mirando a mi alrededor con la esperanza de ver a aquella persona que me nublaba el sentido. Y justo en el instante en el que mi mirada se clavó en la puerta de entrada a la cafetería, ahí apareció él.

Llevaba puesto un polo y una gorra del equipo, y unos vaqueros que se ajustaban perfectamente a sus piernas. Era como si estuviesen hechos a medida.

Miró a su alrededor, analizando la sala, hasta que sus ojos se clavaron en mi. Me estremecí de inmediato al recordar la última vez en la que me había mirado de aquella manera. Había sido todavía con su mano rodeando mi cuello mientras uno de sus dedos se clavaba en mi interior.

–¿A cuántas carreras piensas venir? –preguntó sentándose frente a mi.

–A todas las que vayas tú –contesté rápidamente, consiguiendo arrancarle una pequeña sonrisa que ocultó en cuestión de segundos.

–¿Estás aquí sola? –preguntó en un intento de cambiar de tema.

–Daniel ha ido a por el desayuno –su expresión relajada cambió de un momento a otro. Acaba de escuchar el nombre de mi hermano y eso había sido más que suficiente para incomodarle. –Max... –susurré inclinándome ligeramente sobre la mesa para que nadie pudiese escucharnos. –No puedo dejar de pensar en lo del otro día...

Lust | Max Verstappen (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora