"Yo reencarne para salvarlos" Aegon apretó con fuerzas sus puños " Ellos sufrirán lo que nos hicieron"
Tres vidas pasadas fueron suficientes para aprender de sus errores, en la cuarta sus enemigos sangraran como así Aegon, lo hizo en la tercera.
NO...
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"¿Quieres que te un consejo Aegon?"
No te hagas pedazos por mantener
a los demás completos.
Epifanías de medianoche.
Cualquiera diría que trataría de seguir, bueno, según lo que puede recordar; la rutina que llevo durante años. Luego de comer en su habitación acompañado de sus niños, Aegon tenía que comenzar a prepararse ¿Por qué? Para su desgracia seguía siendo un príncipe incluyendo omega. Debía verse hermoso, según todos.
Aegon hizo una mueca, no le gustaba estar acompañado cuando estaba en la bañera, si bien le gustaba el agua caliente mostrar su cuerpo a esas damas le daba asco y pánico.
-Fuera-ordeno.
-¿Alteza?
-No me hagan volver a repetirlo, váyanse-Aegon hizo una seña con sus manos-. Me bañare yo mismo, lárguense.
-Pero Alteza-
-¡Es una orden!
La dama cercana empujo a la que hablo directo a la puerta, fueron retrocediendo con la cabeza gacha evitando desatar la ira de Aegon.
El omega dejo salir un suspiro tembloroso, algunas lágrimas se estaban resbalando por sus mejillas, si bien había llorado hace unas horas todavía le hacía falta derramar más. Sollozo al ver su cuerpo debajo del agua, no había moretones ni mordidas. Estaba bien, no había manos manoseándolo tampoco sujetándolo contra su voluntad, estaba a salvo...por ahora.
Se recostó tratando de silenciar las voces, quería un momento de paz. No necesitaba más estrés o seguir recordando los últimos momentos de su tercera vida.
Luego de unos minutos salió de la tina, agarro el camisón para caminar frente al espejo, como había pensado...su aspecto no era el mejor. Tenía ojeras muy marcadas, sus ojos estaban rojos por el llanto al igual que su nariz. En su mirada se notaba el cansancio ¿Cómo sonreiría? Los años que presencio la destrucción de su familia jamás fue capaz de reír o sonreír.
-Estoy cansado...-susurro.
Cansado de vivir, esforzarse, llorar y luchar. Pero aún no se rinde, lo hacía por sus hijos por nadie más. Eso debería ser más que suficiente ¿no?
Aegon aguanto los quejidos y gritos al sentir como le vestían, su atuendo era de colores grises y rojos, hermoso. Esa eran las palabras que siempre le repetían como en esos momentos, para todos solo era Aegon, hermoso y tal vez en el futuro un omega.
