"Yo reencarne para salvarlos" Aegon apretó con fuerzas sus puños " Ellos sufrirán lo que nos hicieron"
Tres vidas pasadas fueron suficientes para aprender de sus errores, en la cuarta sus enemigos sangraran como así Aegon, lo hizo en la tercera.
NO...
"Todavía persiste en mi Como una daga en mi corazón, Y cada vez que respiro, me haces daño."
Epifanías de Media Noche.
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Los gritos dentro de la habitación eran escalofriantes, Viserys dejo de oír al Maestre hace unos minutos sumido en sus pensamientos, los insultos y amenazas de su alfa interno comenzaban a eclipsar la razón.
Su cuerpo estaba paralizado, los alaridos comenzaron a traer nuevamente a Aemma, iguales al día que murió. Viserys, agarro con fuerza el cuello del hombre, el beta temblaba asustado a diferencia del Rey, que parecía querer asesinar en esos momentos.
-Sera mejor que alivie el dolor de mi hijo, si no vera a su familia morir frente a sus ojos y todo King Landing-advirtió, las feromonas salieron sin control-. ¡Ahora!
Los Maestres iban y venían, cada que la puerta de los aposentos se abría, las feromonas de a Orquídeas salían con ferocidad, Aegon era demasiado joven; muy pequeño. Su presentación a temprana edad lo podría llevar a la muerte y eso era algo que Viserys, no iba a permitir.
-Majestad...
-Rose, ¿Dónde están mis otros cachorros?
-Están con sir Laenor y la Princesa Rhaenyra, en la nueva habitación Luna.
-¿Qué sucedió? ¿Por qué mi hijo...? -Viserys detuvo su hablar, cerrando con fuerza sus parpados por el grito-. ¿Qué le hicieron?
-La reina Alicent, me arrebato al pequeño príncipe Daeron...-explico la dama con miedo-. El príncipe Aegon, de inmediato salió y... regreso así, ser Harwin, me dijo que se presento y estaba actuando... ya sabe, descontrolado. Luego se desmayo y buscamos un Maestre hasta llegar a esta situación... lo siento, majestad-Rose se arrodillo, sin levantar la mirada-. Lo lamento tanto... por mi incompetenci-
-Ve a descansar Rose-interrumpió Viserys-, antes de eso, busca a Daemon, no es necesario que sigas aquí.
Viserys le dio la espalda, apretaba con fuerza sus manos haciendo que sus nudillos se volvieran blanco por la acción. Sus colmillos picaron, los sollozos aumentaban su estado salvaje; necesitaba asesinar... no, sabia que si se dejaba llevar haría una atrocidad, su hijo lo necesitaba, su pequeño niño...
-Viserys.
-Daemon-El rey no le volteo a ver-. Necesito que encierres a Alicent, en el calabozo... haremos un juicio en cuanto Aegon, termine su celo...
-¿Celo? Es un niño, Visers-
-Sigue mis ordenes-Viserys, le miro con ojos dorados-. Has lo que se te ha ordenado.
