capitulo 19

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   Namjoon levantó el cuerpo de Jin sin mucho esfuerzo envolviendo sus piernas en su cintura. Jin sentía su cordura desvanecerse con cada beso, se aferro a los hombros del mayor para no caerse, Nam dió unos pasos hasta llegar a la cama, con cuidado puso a Jin sobre la cama, lo ayudo a  quitarse la camisa y con un movimiento rápido le quitó la camisa, los pantalones y la ropa interior; Namjoon siguió recorriendo con besos la piel blanca de su novio, lamió y mordisqueo sus pezones con lentitud haciendo que Jin se removiera, beso su pequeña cintura hasta llegar a su ingle, tomo el miembro ajeno y beso su glande. Jin sentía que enloqueceria, con un movimiento rápido, Namjoon le dio  vuelta dejándolo boca abajo, lo tomo de las caderas y lo posiciono en cuatro, Jin se aferro a las sabanas, era una posición bastante vergonzosa, Namjoon acarició sus nalgas con ambas manos, se inclinó y besó una de ellas causando un escalofrío en Jin.

   — ¿Q-Que haces?.— pregunto en un murmullo nervioso.

   — ¿Confías en mí?.

  Era vergonzoso sentirse tan expuesto, cerro sus ojos con fuerza, no dijo nada solo asintió varías veces como respuesta dándole su consentimiento y dejarse hacer.

   Namjoon comenzó a besar y mordisquear sus nalgas, con delicadeza separó las mismas dejando expuesta su  entrada, Jin se sintió avergonzado y hundió su cara en la cama, no supo describir lo que sintió cuando el moreno paso su lengua por su entrada apretada y luego la yema de su dedo, acto seguido volvió a agarrar sus glúteos, ambos con cada mano y los separó para tener mejor comodidad, volvió a pasar su lengua humedeciendo la entrada.

   —¡Namjoon!.

  Un gemido agudo salió de sus labios al mismo tiempo que hundia su cara en la cama, encorvo los dedos de sus pies y se aferro a las sabanas con sus manos.
   Era la primera vez que Namjoon le hacía eso, y el no sabía cómo lidiar con tanto placer.
  Los movimientos de la lengua de Namjoon eran lentos, Jin se sentía al borde de la locura.

   — N-Namjoon... Por favor.— Jin ahogó un gemido entre las sabanas.

  — ¿Quieres que pare?.— el aliento cálido del moreno cosquilleo en su piel al tenerlo tan cerca.

  Jin solo pudo negar, su cerebro estaba tan caliente que le costó articular una respuesta. —N-No... No pares, se siente... bien.— estaba tan avergonzado pero no quería que parará,

  Namjoon sonrió complacido y volvió a su labor, le estaba devorando la entrada a Jin, el mismo levantó más su trasero, dejando la vergüenza a un lado comenzó a mover sus caderas  empujandolas para sentir más profundo la lengua húmeda del moreno.
   Chillo de placer y gimió alto encorvando los dedos. Sus labios estaban hinchados y rojizos por la presión de sus dientes, pero Jin no presto atención al dolor.
   Los sonidos emitidos por Jin excitaban a Namjoon, era un deleite para sus oídos oír al menor gemir enloquecido, era un hermoso desastre de gemidos y chillidos.
  Después de unos minutos Jin se corrió en las sábanas, sin tocarse, era la primera vez que Jin sentía un orgasmo tan fuerte, su ceño estaba fruncido, sus ojos cerrando y su boca levemente abierta dejando escapar los pequeños jadeos.

   Namjoon se arrodilló sobre la cama quedando en medio de las piernas del menor, — Te ves tan hermoso.— dijo con una voz ronca.

   Metió un dedo en la entrada húmeda y dio comienzo a un Vaivén con movimientos suaves pero constantes, poco después ya tenía tres dígitos dentro del chico. Namjoon bajo el cierre de su pantalón y liberó su miembro erecto. Nam no pudo resistirse al trasero suave, blanco y bien formado de su novio, agarro su propia erección y acarició con ella la entrada del menor llenandola de líquido preseminal.

  Con la entrada de Jin lo suficientemente lubricada y preparada, Namjoon no tuvo problemas en entrar de una embestida, sintió su miembro ser abrazado por las paredes del menor, enloquecido por los fuertes gemidos que Jin intentaba ahogar entre las sabanas, comencé movimientos rápidos y continúos, entrando y saliendo de Jin creando sonidos obscenos que resonaban en la habitación.

Not So Pink | Namjin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora