En Lando Norris está la decisión de cambiar su vida. De ser valiente y arriesgado, o seguir siendo esa joven promesa. Sus decisiones lo llevarán hacia ella o quizás lo alejaran. Todo depende de si él quiere luchar.
Thalia DiAngelo se consolida como...
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📆NOCHEBUENA
📆 SEMANAS DESPUÉS
📍FLORENCIA
Aquella navidad iba a ser inolvidable para los pequeños habitantes del orfanato de la hermana Úrsula. Cinco pilotos de Fórmula Uno, con sus respectivas mujeres e hijos, compartirían con ellos una cena de Nochebuena, que ninguno de los niños olvidaría en la vida.
Ilusión. Emoción incontenida. Risas. Felicidad. Todo eso rodeó a Max, Carlos, Charles, George y Lando en cuanto pusieron un pie en las instalaciones, las cuales habían sufrido una reciente reforma, acondicionando cada parte de estas.
-Dios, se les ve tan felices aquí, pero a la vez, me dan una pena -Valeria miró con ternura como sus dos pequeñas jugaban en uno de los parques, mostrándose sumamente encantadas por verse rodeadas de niños de su edad.
-Cada uno tiene su historia, pero aquí están muy bien atendidos, y créeme, si a alguno no llegan a adoptarlo nunca, seguirá teniendo una buena vida -le aseguró Thalía a la rubia mientras terminaba de hacerle unas trenzas a una pequeña pelirroja, a la cual le habían fascinado las que la italiana llevaba hechas.
-Seguro que aquí hay más de un piloto en potencia.
Valeria señaló a los pequeños que rodeaban a Max y George, quienes montaban uno de los regalos que les habían traído a los chicos, un circuito de carreras, que seguro que haría las delicias a más de uno.
-Voy a buscar a Carlos, ¿me vigilas a las enanas? -Valeria puso una de sus manos en el brazo de su amiga, apretándolo suavemente después de su petición.
-Claro, vete tranquila, yo me encargo.
Le sonrío Valeria a su amiga, encaminando sus pasos para buscar a su marido. La felicidad embargaba su rostro al ver a los pequeños disfrutar de sus regalos, los cuales tenían pensado darles después de cenar, pero ninguno de los pilotos había podido resistir la tentación de hacerlo antes.
La idea de pasar la Nochebuena en el orfanato fue de Lando. Su novia quería pasar algunos días de Navidades con los pequeños y fue el británico el que le sugirió que fuera esa noche tan señalada. Charlie, quien estaba con ellos cuando hablaban, les preguntó si también su familia podría unirse. Y lo que empezó siendo la visita de Lando y Thalía, acabó con el resto de sus amigos, reuniéndose con ellos.
Como encontró Valeria a Carlos, hizo que su corazón le diera un vuelco. Su marido llevaba en brazos a un pequeño de pelo castaño, casi con los mismos meses que sus hijas, quien, colgado a su cuello, no dejaba de reír con algo que el piloto le decía.
Le enterneció tanto esa imagen, que esperó unos buenos segundos hasta que su marido fue consciente de su presencia. Compartieron ambos una sonrisa, cuando Carlos fue consciente de la presencia de su esposa, a cuyo encuentro acudió con el pequeño en los brazos.
