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Uraraka y Tsuyu se encontraban caminando tranquilamente por los pasillos cuando escucharon aquella voz que todos reconocían. Era Katsuki.

¿Qué quería de ellas? ¿Las habían descubierto?, pensaron.

— ¿Qué deseas? — preguntó con nerviosismo la chica castaña.

— ¿Cómo se llaman ambas? — cuestionó Katsuki seriamente.

— Yo me llamo Ochako Uraraka. — habló nerviosamente la chica de pelo castaño.

— Y yo, Tsuyu Asui. — contestó la otra chica peliverde.

— Uraraka y Tsuyu. — confirmó Kirishima.

— Sí, ¿por qué?, ¿necesitan algo? — preguntó Uraraka tratando de modular su voz para que no se notara su nerviosismo.

Ambas ya suponían que habían sido descubiertas, sabían que serían descubiertas algún día, pero no creyeron que fuera tan pronto.

— Necesito preguntarles algo, ¿puedo? — preguntó Katsuki.

— Claro, adelante. — confirmó Tsuyu.

— ¿Ustedes fueron las personas que colocaron esto en mi casillero? — habló mientras sostenía en sus manos un sobre blanco.

— ¿Nosotras?, claro que no. — respondió nerviosamente Uraraka.

— No son buenas para mentir. — protestó Katsuki.

— Además, hay una persona que las vio en el momento. — añadió Kirishima.

Efectivamente, ya habían descubierto que fueron ellas y no podían negarse; además, había un testigo que perfectamente sabían de quién se trataba.

»"Shinso…"« pensaron ambas.

Ese día habían ido a dejar la carta en el casillero de Katsuki mientras todos los demás estaban en clase. Inventaron una excusa de que tenían una emergencia y necesitaban ir al baño, así que el maestro Toshinori no dudó en dejarlas ir.

Cuando habían terminado de colocarla en el casillero, vieron a Shinso acercarse, y lo único en lo que pensaron en ese momento fue correr, tratando de disimular.

Pero era evidente que habían hecho algo.

— Bueno, sí fuimos nosotras, ¿y qué? — protestó arrogantemente Tsuyu.

— ¿De quién de las dos es la carta? — interrogó Katsuki.

— Mía. — respondió inmediatamente Tsuyu.

— ¿Tuya? — preguntó, mientras alzaba la ceja — ¿Estás 100% segura? — volvió a cuestionar Katsuki.

— Sí, ¿por qué?, ¿algún problema?

— No fuiste tú. — aseguró firmemente Katsuki.

— ¿Eh? — hablaron ambas al unísono.

— Pero…, si Shinso las vio, ¿cómo no van a ser ellas, Bakubro? — cuestionó Kirishima.

Katsuki lo sabía desde el primer momento en que las vio, sabía que ninguna de ellas era.

Ambas actuaban de una manera en la que parecía que ni siquiera sabían de lo que él hablaba, formulaban respuestas demasiado rápidas, era como si estuvieran tratando de ocultar a una tercera persona.

— Necesito que me digan la verdad. — ordenó Katsuki.

No tenían escapatoria, o eso era lo que pensaban, pues en ese preciso momento sonó el timbre que anunciaba el fin del receso y la entrada a clases de nuevo.

El chico de las estrellas • Bakudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora