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Estaba intranquilo; no había ni contestado el mensaje; lo había dejado en visto. Caminaba de un lado al otro en su habitación.

— ¿Cómo es posible? — pensó. Casi nadie lo sabía; los únicos que sabían eran sus amigos.

— ¿Había sido uno de ellos?.

Inmediatamente sacudió su cabeza tratando de eliminar aquel pensamiento.

— No, ellos no son capaces de hacer algo así. — se dijo a sí mismo.

Y era verdad, después de todo lo que habían hecho en los últimos meses no era posible que uno de ellos lo traicionara de esa manera.

Sin embargo, eso era algo que investigaría luego; en ese momento, su prioridad era pensar qué le diría a Katsuki. Y en ese momento se le ocurrió una idea.

Sabía que mentir era algo malo, pero no podía simplemente decirle que sí; tenía miedo. Así que, con sus manos temblando ligeramente, presionó el botón de "enviar".

«Creo que te equivocas, yo no me llamo de esa manera.»

No habían pasado ni 5 segundos y su mensaje ya había sido contestado.

«Oh, ¿en serio?»

«Sí, ya sabes; en este mundo pueden haber demasiadas personas con ese nombre; pero yo no me llamo de esa manera.» reiteró.

«¿Seguro?»

«¿No me crees?»

Sentía sus nervios explotar; no había pensado en la posibilidad de que incluso ya supieran su apariencia física. Si ya sabía cómo se llamaba, eso podía significar que podían ubicarlo. Pero el mensaje que le llegó en ese momento lo dejó con la mente totalmente en blanco.

«Me gustan tus ojos, ¿sabías que el verde es mi color favorito?»

En ese momento dejó caer el celular de sus manos; su mente quedó totalmente en blanco. Definitivamente lo habían encontrado.

— ¡¿Qué voy a hacer?! — gritó mientras se dejaba caer.

Mientras lamentaba su existencia, su celular volvió a sonar; era Katsuki. Sin embargo, el mensaje que se mostraba en la pantalla de bloqueo no se podía visualizar por completo; era demasiado largo. Así que, aun con un poco de pánico, abrió aquel mensaje.

«Sé que tal vez esto te haya tomado por sorpresa, por esa razón me quiero disculpar; lo lamento. Pero de verdad necesitaba encontrarte, no falta mucho para que salgamos y tal vez no podamos vernos más y de verdad no me gustaba esa idea. Por tal razón, te busqué por todos lados, sé que te prometí tiempo; juro que en verdad te lo iba a dar, pero no pude resistirme. Necesito decirte más cosas, pero no puedo decírtelo por mensaje, necesito verte.

¿Podríamos vernos?»

°
°

Por otro lado, Katsuki se encontraba esperando una respuesta. Sabía que había sido egoísta, que había apresurado las cosas y, como consecuencia, Izuku no aceptaría. Pero el mensaje de respuesta no llegó; solo se podía visualizar el "leído" en la conversación.

Todo el avance que habían logrado se había desvanecido, o eso es lo que pensaba él. Sin embargo, antes de que se permitiera llorar un poco, su madre tocó la puerta de su habitación.

— Katsuki, ya está la comida. — anunció.

Pero no obtuvo respuesta.

— Katsuki. — volvió a llamar — ¿Puedo pasar?

Sin respuesta, de nuevo. Comenzó a preocuparse, así que entró de golpe, logrando así visualizar a su hijo sentado en la orilla de la cama, con la vista en el suelo.

El chico de las estrellas • Bakudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora