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Eran las 3:00 a.m.

No podía dormir, tenía demasiadas emociones en su sistema que le prohibían dormir tranquilamente. Se encontraba solo mirando el techo de su habitación, pensando en lo que podrían hacer juntos, sin embargo, en ese preciso instante recordó algo.

«No acordamos en dónde nos veríamos».

Rápidamente tomó su celular, comenzó a escribir un mensaje, pero en cuestión de segundos lo borró.

«¿'Zuzu, estará dormido?» pensó.

Probablemente lo estaría, eran las tres de la mañana. Aún así decidió mandar un mensaje.

«¿Estás dormido?».

Su mensaje no tardó ni 5 minutos en ser contestado.

«No, no puedo dormir. ¿Te pasa lo mismo?».

Ni siquiera leyó bien el mensaje. Su cuerpo reaccionó inconscientemente y presionó el botón de "llamar".

Su celular comenzó a vibrar intensamente. Al verificar el nombre se trataba de Katsuki, sus nervios comenzaron a hacerse presentes. Pero aún con sus nervios haciéndolo temblar un poco, contestó.

— Hola. —contestó tímidamente.

— ¿Te he despertado? —cuestionó, pues ni siquiera lo había pensado, solo llamó.

— No, no. Solo que no puedo dormir, ¿te pasa lo mismo?

— Supongo que sí.

— Ya veo. Por cierto, ¿qué necesitas?

— Mhmm, estaba pensando, no acordamos dónde nos veríamos.

— Oh, es verdad.

— ¿Dónde te gustaría ir?

— ¿Me dejarás elegirlo?

— Por supuesto, ¿por qué?, ¿no debería?

— No es eso.

— ¿Entonces?

— Me preocupa que el lugar que elija te resulte aburrido. — respondió afligido.

— Sinceramente, no creo que el lugar me resulte aburrido.

— ¿No? — interrumpió, sin dejarlo terminar.

— Siempre y cuando estés a mi lado, ningún lugar me resultará aburrido.

— Oh. — fue el único sonido que pudo producir. Inmediatamente un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.

Hubo un momento de silencio.

— ¿'Zuzu? —cuestionó preocupado.

— Sigo aquí. — su tono era bajo.

— Lo siento, no quise hacerte sentir incómodo.

— No es eso. — habló apresurado.

— ¿No?

— Solo... me tomaste desprevenido.

— Entonces, ¿no te molesto?

— Mhmm, no. — dijo tímidamente.

Se sentía estúpido, era la primera vez que le sonreía al móvil como los "idiotas enamorados" de las películas románticas que veía su madre.

«Supongo que ahora los entiendo un poco», pensó Katsuki, mientras reía por lo bajo.

— ¿Pasa algo?

— No, solo estaba pensando en algo. —anunció. — Por cierto, ¿a dónde quieres ir? Dímelo, no habrá problema.

— ¡Al acuario! — respondió emocionado.

El chico de las estrellas • Bakudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora