Capítulo 33: 'Cristal Quebrado'

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Sergot camina por Kol Pol evitando ser visto, después de su salida frente a los gobernantes las cosas se había puesto algo tensas, tocaba las paredes de ese lugar recordado su adiestramiento, todos ésos años que Kol Pol era un lugar sombrío y frío, ahora brotaba calidez en él.

Ya Kol Pol no era lo de antes y esto al elfo no le angustiaba, le parecía una muy buena idea que este sitio cambiase un poco su temática, ahora los jóvenes tendrían un sitio más agradable donde instruirse.

Sergot va a los establos, es lo primero que hace al ver que todos ya se habían marchado, al entrar en ellos este la ve, con la cabeza agachada comiendo heno, blanca como las nubes del verano, largos y lacios cabellos de gran aspecto e imponencia.

Sergot se aserca despacio, de la nada tropieza con una cubeta de madera en el suelo, haciendo que la criatura se de cuenta de su presencia.

Sergot se queda quieto en el lugar y le sonríe.

-Hola, Aga.

Su corsel relincha y resopla de alegría, tirando patadas por doquier.

-¡Oye, oye, calmante!-le dice Sergot acercándose y cogiendo las riendas de esta-. Por lo que veo alguien ha estado cuidandote en mi ausencia.

Aga pone su cabeza junto a la de él, haciendo Sergot lo mismo y cerrando los ojos mientras le acariciaba el cuello.

-¿Que tal estás? Si, yo también te extrañé- le dice Sergot a su vieja compañera de viaje que había estado ausente desde hace mucho tiempo.

-Sabes, prepárate, porqué dentro de poco saldremos de aquí a más aventuras- le sigue hablando Sergot a su yegua.

El elfo se sienta junto a ella y resopla.

-Han pasado muchas cosas, te he de contar mucho, mi amiga.

Sergot seguía hablando y acariciando a su compañera mientras se le aguaban los ojos.

- ¿Que soy, Aga? ¿Soy bueno, malo? ¿Qué soy? ¿Quién soy?- se preguntaba el elfo con voz alta.

El elfo habla con su compañera, mientras observa como esos establos llenos de mugre y lodo habían desaparecidos, al parecer la limpieza en todo Kol Pol abundaba, ya que hasta estos estaban cambiados.

-El mundo me maltrata cada vez más, los dioses no me quieren, no quieren a nadie, ellos nunca hacen nada, solo estan ahí o quién sabe, tal vez no estén-exclama Sergot palabras sin sentido para desahogarse con su compañera, esta nunca lo juzgaba y siempre lo escuchaba, siempre estaba para él, y el para ella no.

Sergot sabía que había dejado mucho, su vida se ha basado de ir de un lado a otro, con destino si, pero sin recompensa, por más que se esforzara, siempre el elfo terminaba perdiendo algo.

-Venga, quita esa cara, ¿acaso el salvador del mundo va a estar así después de su gloriosa azaña?- le habla su mentor mientras se aproximaba desde la entrada de los establos.

-Me esperaba un resultado diferente, Rolof, pensé que al fin había unido al mundo-exclama Sergot.

-A veces las cosa no salen como exactamente queremos que salgan, Sergot, ni siquiera los dioses nos han podido unir de esa forma de la cual hablas, ahora, ¿por qué no vas a festejar junto a tu familia?- le dice Rolof intentando animarlo

-No se, Rolof, no tengo deseos- le explica Sergot.

-Vamos, muchacho, no desperdicies el tiempo, aunque tu vivas sientos de años no todos con los que convives pueden, aprovecha que estas aquí y despeja un poco-le responde su mentor.

Sergot no quería, pero en el fondo sabía que lo nesecitaba.

-De acuerdo, iré.

Sergot es convencido por las palabras del viejo.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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