...
Todo iba dentro del hogar de la familia del Sekiryuutei.
Aparentemente, todo.
Después de su viaje, todos volvieron con sonrisas en sus caras después de haber disfrutado de un viaje en familia.
Todos al volver fueron recibidos por las mismas mucamas y mayordomos con bastante felicidad de ver a sus amos volver.
Después de haber terminado lo que habían echo, decidieron tomarse un tiempo para volver las cosas como antes.
Rías miro a los niños ir y venir a todos lados, como si hubieran disfrutado de su viaje. Fue bastante entretenido.
Según pudo sentir, estaban todos.
Pues reconoció con bastante facilidad la energía demoníaca de todos ellos. Cada uno poseía reservas de magia bastante altas para su edad, incluso por verlas bastante animados cada vez que los veía jugar o hablar entre sí.
Pudo saber si uno se encontraba cerca. Pues eran únicos de haber nacido con tales energías por parte de Issei.
Después de todo, eran familia.
Aunque...
Se le hacía un poco raro no ver a uno de los niños con el mismo color de su cabello, pues cada uno poseía un color de cabello igual al de todas las demás mujeres y esposas de Issei.
Se le hacía raro no ver a uno con su cabello característico.
Eso la dejo confundida y a la vez un poco desconcertada.
Antes de su día de bodas, se les fue tanto encomendado que en un futuro, pudieran tener hijos. Una de las razones fue por la repoblación de demonios, como también por querer dar al mundo los herederos del Sekiryuutei, con todo y sus habilidades que pudieran tener al nacer y crecer.
De todos modos, algo que debían de hacer.
Siendo tanto ella como las demás en querer estar con Issei. Lo amaban después de todo.
Hizo todo por ellas.
Aún así, ninguna de ellas estaba dispuesto a compartir, pero aun así terminaron con el, por sobre todas las cosas.
Lo habían echo tantas veces, debido a la poca natalidad que los demonios, pues debían tener almenos un hijo cada una.
Pero no solo demonios.
Y al final, todas estaban fueran bendecidas.
Habían vivido los primeros años felices, disfrutando de sus vidas en lujos y placeres.
Ahora lo tenian todo, incluso una paz duradera entre las facciones.
Adoraban a su familia.
Después de tener a sus hijos, fueron felices, más que cualquier cosa.
De habían alejado un poco de lo sobrenatural para así tener una vida en familia, mientras que sus hijos jugaban y reían.
Todos sabían el enorme potencial de cada uno de los niños, pues después de que crecieran, empezarían con su entrenamiento para ver de que más eran capaces.
Después tantas dificultades que tuvieron, finalmente podían vivir felices, una vida en paz con las facciones, lejos de cualquier amenaza.
Una vida perfecta.
...
...
...
Pero aun así, rias sentía que faltaba algo.
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Soy Feliz
FanfictionMi nombre es Rina. Soy la hija de Rias Gremory y Issei Hyoudou. Pero lastimosamente... no soy Feliz. Todo por que el portador de la Longimus siempre quiso perseguir su sueño de ser el Rey del Harem, teniendo hijos y hijos con todas sus esposas. Y Yo...