Con el trayecto a casa me detuve en una heladería para comprar un helado. Me senté el parque que quedé frente al mar, sintiendo la brisa en mi cara y haciendo mover mi cabello en sintonía con el viento y el canto de los pajaritos. Como desearía que todo cambiara, solo será así: estudiar, madurar y crecer, comprar una casa, pagar los impuestos y estudios, conseguir un esposo, comprar ropa y alimentos, casarse y tener una familia estable. Todo perfecto, pero a eso no lo llamo tan perfecto, es tan monótono.
Han pasado como media hora que llevo aquí sentada y sumergida en mis pensamientos. A los lejos veo una pareja disfrutando de un paseo, como desearía ser ellos. Solté un leve suspiro y desvío mi mirada al suelo.
Salí de mi trance y me levanté, cuando estoy a punto de dar el primer paso siento una mano tomar de mi muñeca suavemente. Alzo mi mirada para ver quién es.
-Hola, ¿todo bien? -Él sonrió suavemente, mostrando sus perfectos dientes perfectamente delineados.- Yo iba caminando por aquí y te vi, me acerqué para conversar y disculparme por entrar a tu habitación sin tu permiso, de verdad fue una falta de respeto a tu persona. Además quiero tener mi conciencia limpia. -Volvió a sonreír estúpidamente, egocéntricamente.-
-No importa, yo ya me voy. -Me liberé de su agarre y comencé a caminar lejos de él. Pero me detuvo colocándose en frente de mí y bloqueando mi camino.- Hazte a un lado, no tengo tiempo para tus jueguitos de palabras.
-Solo un momento...¿sí? No es mucho, solo quiero conversar y arreglar las cosas entre nosotros. No quiero que seamos tan distantes, ya sabes, somos vecinos y no sería nada cortés ser la enemiga de tu vecino...- Él sonrió genuinamente.-
¡Maldita sea! Como me mata esa sonrisa...espera, ¿dije que me gusta?
Ya estoy delirando.Noté su mirada clavada en mí, sus ojos solo reflejan calidez y con un pequeño destello en ellos. Es inevitable no ver esos ojos verdes tan genuinos, pero no puedo, no debo mirarlo. Esto no puede pasar, además no llegaremos a nada. No lo soporto y él tampoco me soporta, solo lo hace para su diversión.
Solté un leve suspiro y mantengo mi expresión seria e ignoro esos pensamientos innecesarios de él.
- ¿De qué? -Desvío mi mirada hacia cualquier lugar para no ver sus ojos.-
- Ahm...de muchas cosas. Puedo invitarte a un helado o a un paseo, por el parque. -Intentó sonar lo más calmado posible tratando de reflejar calidez.-
- No, y gracias...ya hice todo eso. -Clavé mi mirada hacia él una vez más.-
-Aaah, bueno...no sabía. -Su tono de voz suena muy ilusionado, pero no se va a rendir.- ¿Vas a casa, no es así? -Le asentí con la cabeza.- ¿Podría? -Él sonrió cálidamente.- ¿Acompañarte?
- Claro. -Asentí suavemente.- Además vives al lado.
Él se echó a reír levemente. La verdad no le encuentro nada gracioso a esto.
-Sí, ya vámonos...-Él agarró mi mano suavemente y comenzamos a caminar. La puesta de sol ya empezó y el cielo se pone de colores diferentes y brillantes.-
En el trayecto del camino los dos estamos sumergidos en silencio, no se que decir o como establecer una conversación decente sin discutir por alguna tontería. La brisa es cálida pero un poco fuerte, el tono anaranjado que se encuentra en el cielo es sumamente lindo. Mantengo mi mente en otra cosa y desvío cualquier pensamiento que se encuentre él. Vamos a la par caminando, uno que otro roce el hace en mi mano, sintiendo un cosquilleo en el estómago. De hecho su mano es muy cálida y la mía es tan fría que se complementa una con la otra.
- ¿Por qué tan callada? -Desvió su mirada sobre mí esperando una respuesta.-
-Ehm...nada, solo pensando. -Mantuve mi mirada firme en el camino.-
- Bien, haremos algo. Como un juego de preguntas. -Él me miró con curiosidad esperando una respuesta positiva.- ¿Te animas?
- Sí. -Acepté en un tono serio, solo para que entienda que no seremos nada más que vecino.-
-Empiezo yo. ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? -Le dió una leve caricia a mi mano y la entrelazó con la suya.-
-Me gusta leer, escuchar música, dormir, comer, ver películas y series. Además hago todo eso porque no salgo de mi habitación, pero me gusta dedicarme a mí. -Respondí con facilidad, ya que es algo fácil de responder.- ¿Y tú?‐ También quiero saber de él, ¿o solo yo voy hacer la única que jugará?
‐Bien...Ahm, es algo complicado.
¿Como que complicado? Es absurdo.
- Ya dime...¿o te da vergüenza decir que ves porno? -Le dediqué una sonrisa burlona y me atreví a mirarlo detalladamente para ver su expresión.-
-¿Qué? No, no...yo no veo eso, no. No soy así, te lo juro...me gusta todo lo que tú haces. -Él se sonrojó ligeramente, en sus mejillas y lo pude notar, de hecho se vio lindo, y más que le gusta lo que hago.- También hago lo que haces...solo es común.
-Es...¿interesante? No pensé que te iba a gustar lo mismo. Ya te veo en el futuro estando soltero y con 30 gatos. -Solté una pequeña sonrisa para burlarme de él.-
-Quiero invitarte a una fiesta...¿vienes?
Es para que los dos salgamos de nuestra zona de confort. -Sonrió suavemente haciendo notar sus pequeños hoyuelos en sus mejillas.-- ¿Estás seguro? No quiero ser un estorbo, adem- Él me detuvo antes de terminar de hablar.-
-No eres un estorbo, y jamás lo serás...llegó el día en que por fin confíes en mí. -Le dió un leve apretón en mi mano y me dejó frente a la entrada de mi casa. - Paso por ti a las ocho...¿sí?
- Claro. - sonreí suavemente y me despedí con la mano, entrando a la casa y cerrando la puerta detrás de mí, doy un largo suspiro y apoyo mi cabeza en la pared cerrando los ojos y procesando lo que acaba de pasar.-
Acepté una salida con mi vecino que supuestamente no lo soporto. Agsj...esto es muy molesto, y yo pensé en alejarlo de mi camino.
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Solo Quiero Que Me Ames.
Teen Fiction《Una oportunidad, no hay más nada que decir...solo una.》 Mientras tanto, él seguía intentándolo, pequeño gesto tras pequeño gesto, sin rendirse. Sabía que debía tener paciencia. En su interior, creía que un día ella permitiría que su amor llegara a...