《Una oportunidad, no hay más nada que decir...solo una.》
Mientras tanto, él seguía intentándolo, pequeño gesto tras pequeño gesto, sin rendirse. Sabía que debía tener paciencia. En su interior, creía que un día ella permitiría que su amor llegara a...
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《Un mes después》
Ya ha pasado un mes y todo ha marchado de maravilla. Mi relación con Connor ha mejorado mucho, ya podemos llamarnos 'amigos'. Mack por otro lado también se ha llevado muy bien con el ojiverde y son más cercanos. Los Smith volvieron a su casa rápidamente, se puede decir que la remodelación no duró tanto como se había pensado.
Los señores Smith y mi madre se han vuelto muy cercanos. Hasta Ellie y Ana van de compras los fines de semanas y tienen tardes de té con otras señoras de su misma edad.
Por otra parte Luke y yo nos hemos vuelto más cercanos en nuestra relación de conocernos mutuamente que hasta creo que podemos avanzar a un siguiente nivel.
Creo es el momento del siguiente paso.
《Casa de Emma📍》 《La cocina》 《9:00 am》
— ¡¿Ya están listos?!
— Aguanta, ya casi termino.
— Oh, vamos. Me muero de hambre, date prisa, Connor.
— Emma ya están, pásame tu plato.
Le entregué el plato rápidamente para que sirva los panqueques. Divisé detalladamente cómo lo colocó uno por uno y le untó la mermelada con pedazos se fresa y banana.
Pueden ser unos simples panqueques, pero son unos ¡Panqueques!
No tenía ni idea de que Connor convirtiera una cosa tan simple en algo increíble. Es todo un experto en el arte culinario.
— ¡Disfruta el desayuno, linda! —Connor dejó el plato en la mesa justo enfrente de mí.
El olor golpeó mis fosas nasales, en un exquisito olor a dulce.
No perdí el tiempo y comí un pequeño bocado a un pedazo de panqueque. Mi paladar disfrutó de la sensación y sencillez del panqueque.
— ¡Está delicioso! Mack tenía razón, eres una caja llena de sorpresas. —Sonreí suavemente indicando que disfruté el desayuno.
— Me alegra de que te guste. —Connor se sentó al frente y comenzó a comer su desayuno.
Terminé de comerme todo el desayuno en una velocidad acelerada, las ganas que tenía por estos panqueques era insaciable. Ahora estoy satisfecha.
— ¿Qué más sabes hacer en la cocina? ¿Asado? ¿Pasta? ¿Qué, ya dime? —Pregunté con curiosidad.
Levantó su vista y la fijó en mí.
— Pues…todo eso. Mi madre me enseñó lo que puedo hacer. Y me enseñó un truquito para que los panqueques sean perfectos. —Guiñó un ojo de manera coqueta.
— Claro, eso es genial.
Connor volvió a comer y se concentró en leer un libro.
Pues sí, todo el tiempo que Connor se quedó a dormir en casa lo obligué a que lea libros igual que yo. Pero al parecer le terminó gustando.