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Connor》

- Respóndeme...-Sentí su mirada calavarme el alma, sus ojos solo destellan enojo.- ¿O te quedaste mudo?

- N-nada, yo solo vine...¿enserio? Estoy tartamudeando...- Solo vine para entregar los utensilios que me diste para arreglar la puerta. -Le sonrío levemente para ocultar la mentira que sale de mi boca, ya que dejé las cosas en la entrada de la casa.-

- Primero vienes a arruinar la puerta de mi casa solo por tu diversión y poca falta de atención. Y ahora entras a mi casa como un hostigador, y que quede claro sin mi permiso, no te he permitido que entres acá. -Su tono de voz es serio y en su rostro se refleja algo de ¿calma? Esto es raro. Ella se contiene.-

- Ya me voy, no perderé más mi tiempo contigo. Aah, y tu habitación es un basurero, limpiarlo...-No miento de hecho está vuelto un chiquero.-

- A ver no pedí tu opinión. Te me largas de mi habitación ahora, no estoy jugando contigo. No quiero que me veas como una estúpida y dame eso, no toques mis cosas. -Ella me arrebató el cuaderno que tenía en las manos y lo abraza sobre su pecho.-

- ¿Qué? ¿No quieres que me de cuentas de tus "secretitos" oscuros? Eso es ridículo, tú eres ridícula. -Sonrío de manera burlona, como me encanta verla molesta.-

- Y tú eres un insolente acosador que se mete a mi habitación solo por atención.- Aún mantiene ese tono serio.-

- No te sientas tan especial. Ojalá tú que yo te acosara. -Es la única persona que me hace sacar algo de ego.-

- Ya basta, y vete de mi habitación. -Su mirada aún fijada en mí no se mueve ni en un momento.-

- Claro, lo haré...pero antes. -Me acerqué a ella lo bastante para que nuestros rostro queden cerca y nuestra respiración se mezcle. Mantengo los ojos puesto en ella, esos ojos marrones que me vuelven loco cada vez que los veo.-

- ¿Acaso no sabes respetar el espacio personal? -Ella tiene su mirada puesta en mí, como me encanta eso-

No, no sé que es el espacio personal entre tú y yo.

- Sí, quizás...pero me gusta estar cerca de ti. -Admití con voz susurrante. Un susurro que solo quiero que ella escuche, por más que intento despejar mis ojos de ella no puedo, lo intento, pero no es tan fácil.-

- Pues yo si respeto el espacio personal.-Ella se alejó de mí y se sienta en su cama dejando el cuaderno sobre la mesita de noche, dando un leve suspiro.- No lo volveré a repetir, fuera de mi habitación.

-Esta bien...lo haré. -Solté un leve suspiro y me peiné el cabello con algo de frustración.- Solo déjame decirte algo...sí?

- No, ya vete...ahora. -Ella subió el tono de voz, ahora se nota molesto y mucho.-

No hay de otra, así que me doy por vencido. - De acuerdo, pero que tengas ¡buenas noches, gatita! -Le dedico una sonrisa burlona y le guiño un ojo no sin antes irme, la miré por un momento más y salgo por la ventana directo a mi casa.-

Como me desespera ella. Pero no puedo hacer nada, mejor me quedo callado y guardo mis sentimientos para mí. Cosa que crece cada día más, hasta se me están acabado las opciones y oportunidades de llamar su atención. ¿Por qué ella tiene que ser tan terca y dura? Jamás lo sabré.

Llegué a casa y subí las escaleras directo a la habitación, me dejé caer en la cama y observé el techo fijamente dejándome absorber por los pensamientos innecesarios, pero bastante necesarios sobre ella.

- Al día siguiente.

《Emma》

- 7:30 am...ya voy tarde. Hice lo que cualquier chica haría para ir al instituto, lo de siempre. Bajando las escaleras noté a mi mamá viendo la televisión sentada en el sofá y obviamente tenía que ser sus novelas turcas.

- ¿Mamá? -Me acerqué a ella y me senté junto a ella.- No quiero ir a la secundaria, ¿puedo faltar hoy? Sí?...-Puse cara de cachorrito y junté mis dos manos en forma de súplica.-

-¿Qué estás diciendo, Emma? Oye, hazme el favor y vete a la escuela. No voy  tolerar tus caprichos. Y además estás perfectamente bien, no estás enferma y en el futuro tienes que ser alguien en la vida. No te quedes estancada. -Sus palabras son frías, pero verdaderas, aunque duela.-

Me dí por vencida y asentí con la cabeza, me levanté y caminé a la cocina para tomar una manzana. Oh, y cereal, me senté en la mesa y comí mi desayuno. Minutos despues:

- Maaaa, ya me voy.-Le grité desde la cocina para que me escuche.-

-Esta bien, pero no grites...-Ella tiene la mirada fija en la novela turca, solo solté un respiro y salí de la casa.-

-Horas después.

- ¿Amiga? ¿Que pasa?- Mack me miró preocupada.- Te noto algo distraída...apuesto que fue ese vecino. No entiendo porque te molesta tanto. Yo creo que le gustas...

No puedo ser cierto, Connor y yo jamás. Solo de pensarlo me dan náuseas. Me encuentro en el aula de clases ya casi es hora de irnos a casa, pasé todo el resto del día pensando en una sola cosa. Las palabras de mi Madre, no puedo quedarme estancada. Pero a veces pienso que no tengo el apoyo de ella, de hecho de nadie, ni siquiera de Mack la única amiga cercana que tengo. A veces pienso en desaparecer, y quedarme para siempre en un campo de tulipanes.

Levanté la mirada y le dediqué una sonrisa leve, más bien parece una mueca por mi cara de angustiada.

- Estoy bien, solo qué...ya sabes. Se acaba el año y tengo que pensar en estudiar. -Solté un leve respiro y retorné mi vista a la clase de física.-

Física, tu y yo no nos llevamos muy bien. Te odio...

¡El sonido de la libertad, nos vamos a casa!



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Solo Quiero Que Me Ames. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora