-¡Oh, santos cielos! ¿Pero quién podría? ¿Y de dónde? -Observé la puerta de mi casa detalladamente con el grafiti que había dicho mi Madre-
Lo único que se me viene a la mente es Connor...
-Lindo, ¿No? -Comentó con un tono arrogante y sarcástico mirando la puerta de la casa-
Volteé mi mirada hacia él y lo miré con desagrado, claro, tenía que ser él...Don perfecto Connor. *nótese el sarcasmo*
-Debí suponer, fuiste tú...claro está- tengo que mantener mi postura firme, y enojada a ver si muestra un poco de compasión o empatía, pero es un gran hijo de p...de su madre, obviamente él no limpiará el desastre-
-Oh, no, no...¿Crees que fui yo?- Fingió que no fue él, secándose una lágrima falsa de la mejilla-
Oh, genial, ahora se hace la víctima...
-De hecho no sé quién fue...el que hizo eso no tiene arte. -se quedó mirando la puerta de color blanca que ahora se encuentra con garabatos de color rojo y rosado.- Perdón, gatita, pero no fui yo.-habló con un tono burlón solo para hacerla molestar, se notó el sarcasmo a millas.-
¡Ja¡ no lo puedo creer, ¿me acaba de llamar "gatita"?
-No me vuelvas a llamar así jamás en tu vida, de hecho no me digas nada y además limpia este desastre...aún no entiendo porque lo hiciste. ¿Por qué?-quiero saber, esto no se quedará sin resolver.-
-Ya te dije que no lo sé. -Y siguió negándose.-
-Bien, si no me dices te echaré la culpa y toma, para que limpies tu desastre. -Le entregué un removedor de manchas o cualquier cosa para que quite su cosa que hizo ahí, también pintura para que vuelva a ser la misma puerta.- Por tu culpa mi mamá se enojó conmigo, pero esto no se va a quedar así. ¿Entendiste?
-Sí, sí...-Aceptó de mala gana y puso los ojos en blanco, dirigiéndose a limpiar el desastre que finge que no provocó.-
Suspiré suavemente y me encargaré de que esté haciendo lo correcto.
《Connor》
De verdad que no entiendo, ella no nota que me desvivo por ella. Y hago de todo para llamar su atención, las chicas sí que son lentas en las indirectas. ¡Demonios! Esta mancha no se quita.
-Uff...creo que es suficiente. -De hecho la puerta sigue igual de pintada, hasta peor.-
Detengo mis pensamientos, pero están difícil no pensar en ella...Sus ojos marrones son los más lindo que he visto en toda mi existencia. Pero ella nunca se va a fijar en mí, se nota que me odia, pero al menos tiene un sentimiento en mí, aunque sea negativo.
-¿Ya terminaste? -Alguien me sacó de mis pensamientos y volteé mi mirada hacia ella-
-Ahm...no, aún falta- me aclaré la garganta.- Oye, Emma...-Cerré la boca, aún no puedo hablar sobre estos sentimientos, mejor me los guardo. Quizás llegue el momento, y que sea rápido.-
-¿Que pasa? -Ella me miró seriamente y mi mente se puso en un total caos, me quedé con las manos apoyada en la pared pero mis ojos van a los de ella. Es sumamente insoportable, ella es insoportable.-
-Neh...mejor olvídalo, era una estupidez. No te preocupes ya casi termino y luego me voy. -Suspiré ligeramente y me concentré en pintar la puerta.-
《Media hora después》
Ufff...listo, ya terminé de la puerta, ahora me voy a mi casa. Pero me falta algo. Caminé directo en busca de Emma y me detuve justo en la ventana de su habitación y para mi dicha suerte está abierta. Entré sigilosamente y comenzé a husmear entre sus cosas. Pensé que ella sería más "girl" pero no, su habitación está pintada de un color púrpura oscuro y con detalles rockeros. Me acerqué a la mesita de noche y encuentro un cuaderno color negro que se dice: "Mis secretos más oscuros".
-¿Que le pasa a esa chica? Está algo loca .-Observé el cuaderno detalladamente con mi ceño fruncido.- No, no, no puedo creer que ella sea de esas chicas que guardan secretos en un cuaderno. ¡Pfff! Aburrido.
Se escuchó la puerta abrirse y cerrarse detrás de mí, me congelé en ese instante y giro mi cuerpo y la noto a ella ahí parada con una expresión bastante enojada y molesta.
-¿Qué haces en mi habitación sin mi permiso? -Ella me miró con una mirada fría y sus palabras son serias y secas.-
"Creo que es mi fin."
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Solo Quiero Que Me Ames.
أدب المراهقين《Una oportunidad, no hay más nada que decir...solo una.》 Mientras tanto, él seguía intentándolo, pequeño gesto tras pequeño gesto, sin rendirse. Sabía que debía tener paciencia. En su interior, creía que un día ella permitiría que su amor llegara a...