TRATO

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Kamill tomó del brazo a Lilith que no esperaba nada de esas acciones, en su aturdimiento sintió como la puerta de la Dirección se cerraba segundos después la introdujeron en otra oficina, de la misma manera la puerta se cierra.

— Escúchame bien Lilith - La chica tenía allí a Kamill Becker por delante de ella con los ojos inyectados en sangre por la ira - Te acuerdas de que te debía 1000 dólares por guardarme el secreto, entonces yo pago la mensualidad de HIGH SCHOOL SACRAMENTO y tú mantienes esa linda boquita cerrada ¿que dices? - Bueno, si antes Lilith ya estaba confundida, ahora lo estaba a una escala de 1000 - joder ¿eres sorda? - espeta con brusquedad y un tono molesto Kamill.

— ¿Por qué harías eso? ¿Qué es lo que está ocurriendo contigo? - Lilith se aparta de Kamill, pero aquello fue un pequeño error.

— Dame la respuesta, ¿sí o no?

— Que demonios - Chilla Lilith y no era para menos, puesto que todo su cuerpo fue inmovilizado por la pared, estaba de espaldas a Kamill sintiendo como ejerce fuerza en la muñeca de ella, el cuerpo fornido del chico podría aplastarla.— ¿Qué es lo que quieres? Me estás haciendo daño, además está es la oficina de la Administradora si nos encuentra así podría…

— ¡Santo Dios! - Se escucha la voz de una mujer, vaya sí que era una posición complicada - ¿Qué están haciendo aquí? Señor Becker, ¿por qué la tiene en esa posición?

— Suéltame imbécil - Ruge Lilith al percatarse de que Kamill ni siquiera realiza el intento de apartarse.

— Estaba hablando con mi novia.

— ¿Hablando? - Pregunta la Mujer incrédula.

— ¿Novia? - Lilith parpadeó varias veces.

— Señor Becker, debería de dejar estos comportamientos, señorita Ambrosetti, debió de darle un pisotón.

— No me digas señor Becker - El Alemán se dignó a soltar a Lilith y miró de manera divertida a la mujer que era la Administradora que Lilith temía que los viera.

— Bueno, chiquito de tía, no eres el Protagonista de las 50 Sombras de Gray, así que.

— Soy mejor que él - Kamill había sonreído con orgullo - Vamos Lilith.

— No pienso ir contigo a ningún lado.

— Vamos chiquita, no los voy a delatar tranquilos.

— Solo quiero verte intentando hacer eso - Soltó Kamill con dureza, pero la Administradora nada más había sonreído - Vamos Lilith.

— ¿Tía? ¿Qué fue todo esto? Mira jodido Alemán yo - Lilith se quedó en completo silencio al observar la intensidad de los ojos verdes de Kamill.

— Sé buena chica y sígueme a la Camioneta - Kamill pasó a su lado sin dedicarle ninguna palabra más, entonces ella obedientemente, pero sin ninguna obligación, sigue los pasos de Kamill, abrió la puerta de aquel imponente vehículo, segundos después abandonan la Institución Educativa.

— ¿Qué está pasando? - Lilith había dejado caer los hombros, resignada, Kamill estacionó en un pequeño parque no había nadie en las cercanías.

— ¿Cuál es tu condición? - Lilith arrugó la frente al escuchar lo dicho por Kamill - No hagas eso - el dedo índice del chico se posa en la frente.

— Bueno, me quieren fuera de Sacramento por ocasionar un escándalo del beso, por cierto, ¿por qué me besaste? - Lilith había suspirado - Además de que la Directora me dice que el tema del golpe es por mi culpa por...

— Ya no quiero escucharte Ambrosetti - Kamill dirige su mirada hacia el frente en dónde se observa justamente una cancha de Voleibol.

— ¿Entonces para qué me preguntas? - Lilith lo mira de mala manera.

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