SECRETO +18

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Cuando la KARLAM KING se detuvo en el estacionamiento, Kamill había bajado rápidamente rodeando la camioneta para abrir la puerta a su amada.

— Es usted muy caballeroso, señor Becker — Lilith lo Expuso con cierto coqueteo qué logra que el chico adquiera una mirada intensa.

— ¿Estás coqueteando conmigo?—  Kamill se pellizca la punta de su nariz, mientras ofrece su brazo para que Lilith sé tome de él y avanzar.

— Usted dijo que la noche puede ser romántica o Erótica — Lilith se muerde los labios al expresar aquello.

— Por supuesto señorita Ambrosetti — Kamill detuvo sus pasos, Lilith sigue sus acciones, entonces el chico se acerca a ella y deposita un beso en la frente de Lilith — Te amo Preciosa, y no te imaginas con la intensidad en que lo hago.

— No me lo imagino, pero lo estoy sintiendo Kamill — Ella deja ver una dulce sonrisa que ilumina aquellos ojos avellana.

— Naciste para ser mía Lilith, solamente tú — Después de decir aquello la vuelve a besar en la frente y avanzan hasta el interior del Restaurante.

— Señor y Señora Becker — Lilith al escuchar aquello se había sonrojado, el apellido de ella no era Becker, pero sabe que es obra de Kamill, el mesero los guía hasta la mesa correspondiente.

La suave iluminación del restaurante envolvía a la joven pareja en un cálido halo dorado, mientras se acomodaban en la mesa ubicada en un rincón reservado. El murmullo de otros comensales y el tintinear de copas creaban un ambiente íntimo que invitaba a la confidencia. Sin embargo, aquella noche había algo diferente en el aire, una sutil tensión que ambos podían sentir, desde el momento en que la noche había llegado como si el universo mismo conspirara para que este momento se volviera inolvidable.

Kamill había elegido este lugar especial por su encanto y por la vista que ofrecía sobre el jardín iluminado por luces tenues. Las velas en la mesa danzaban con la brisa ligera que entraba a través de las ventanas, y el aroma de la comida gourmet mezclado con flores frescas creaba una atmósfera mágica. Sin embargo, había algo más que eso: el ambiente estaba impregnado de una energía innegable, como si las estrellas se hubieran alineado de una forma única.

—  Definitivamente, eres mi Diosa — Kamill no podía evitar admirarla; su belleza no solo deslumbraba, sino que reflejaba una auténtica conexión, un entendimiento que iba más allá de las palabras, la castaña podía tocar el cielo con las manos aquella noche.

— La noche está perfecta — Lilith veía el reflejo de la luna en las copas mientras expresaba aquellas palabras.

— No es más perfecta que tú, tu hermosura no tiene límites mi Bella Lilith  —  Kamill sonríe.

—  Son bastantes halagos, Señor Becker — Lilith se sonroja.

— Quiero que tú y yo en esta magnífica noche de Boston tengamos un secreto juntos, hasta la eternidad — la voz de Kamill se escuchaba ronca provocando que Lilith sienta un pequeño cosquilleo mientras Kamill acaricia la mano de ella, Lilith abre la palma y recibe un pequeño circulo de oro, ella traga saliva, su rostro se había calentado, posteriormente Kamill se levanta y le susurra unas cuantas palabras al oído, Lilith se muerde los labios y lo mira fijamente.

— ¿Es un secreto? — Lilith enmarca las cejas ante aquella pregunta.

— Claro que si mi amor, un secreto hasta la eternidad entre un Becker y un Ambrosetti  —  susurra Kamill, entonces Lilith también expresa algunas palabras al oído de Kamill, logrando que el chico dejará ver una sonrisa auténtica —  Te amo —  vuelve a expresar Kamill.

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