TENTACIÓN

CUERDA FLOJA

Un hombre de aproximadamente 40 años de edad quizás los estaba observando, Kamill endureció sus facciones de inmediato al reconocerlo, Lilith se había percatado de que Kamill prácticamente se había puesto rígido ante el recién llegado, pero entonces ella descubrió que Kamill y el hombre tenían un gran parecido, Lilith de inmediato lo asocio a que eran familiares, la joven de ojos avellana ejerció un poco de fuerza en el agarre de la mano de Kamill, el chico abrió la boca para decir algo, pero el hombre había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos, Kamill no había perdido tiempo se dio la vuelta para observar a Lilith.

- ¿Lo conoces? —. Fue la pregunta de la castaña, pero Kamill nada más le acarició el rostro.

— Sí, pero es alguien sin importancia —. Responde el chico segundos después entrelazan sus manos con mayor fuerza y se adentran en el Polideportivo por supuesto Lilith sentía que toda la atención estaba puesta en ellas, y como no, si el Capitán y ella se atrevería a decir que el mejor jugador de Voleibol estaba con ella, abriéndose paso entre la multitud, Kamill se había subido hasta la grada más alta, allí no había gente es como si supieran que el Rey estaría allí.

Lilith se había acomodado, unos segundos después al otro extremo de la cancha había visto a Susan y Lucca acomodándose, Lilith había sonreído.

— No hagas un escándalo nada más por ver a tus amigos —. Se escucha la voz de Kamill.

— Tú no te metas —. Responde Lilith dedicándole una mirada fulminante a Kamill que la ignoro en su totalidad, prestando atención a la cancha.

— Mañana viajaremos para el encuentro de selecciones, ¿quieres venir conmigo? De hecho solo te estoy preguntando por educación porque de todos modos planeo llevarte conmigo —. Expuso Kamill logrando que Lilith se sonroje ante el tono dominante que estaba utilizando en ella.

— Qué considerado —. Responde Lilith con una pequeña sonrisa.

— Siempre tengo consideraciones —. Fue la respuesta de Kamill que sonríe de manera coqueta alterando las emociones de Lilith de manera inmediata.

El silbato indica el inicio del partido Lilith y Kamill prestan atención en la cancha, era evidente que Kamill tenía cierto fanatismo hacia uno de los equipos y Lilith lo confirmaba con los pucheros que el chico realizaba, hasta que el silbato suena y se tiene un ganador, Kamill había aplaudido bastante conforme con el resultado, Lilith nada más había sonreído, pero entonces algo más ocurrió.

Lilith no pudo contener la sorpresa que invadió su rostro cuando Kamill, el chico de ojos verdes, se acercó a ella de manera inesperada. En medio de la algarabía de la hinchada, con el sonido resonando en el ambiente, Kamill la tomó entre sus fuertes brazos y la besó con una intensidad que la dejó sin aliento, y el inicio de los temblores en su cuerpo.

A pesar de encontrarse en público, sin importar las miradas curiosas que podrían estar posadas en ellos, Lilith se vio envuelta en un torbellino de deseos y emociones que la hicieron perder el control. El beso ardiente de Kamill desató una pasión desenfrenada en su interior, haciendo latir su corazón con una intensidad desconocida.

En ese momento, Lilith se sintió libre de toda inhibición, entregándose por completo al deseo que había surgido entre ellos. A pesar de la situación, Kamill demostró un control absoluto, guiando el beso con maestría y dejando a Lilith anhelando más de esa conexión ardiente que compartían.

Era un beso que trascendía el tiempo y el espacio, un momento de intimidad compartido en medio de la multitud. Y en ese fugaz instante, Lilith supo que ese beso ardiente en público era solo el comienzo de algo mucho más profundo y apasionado entre ellos.

Hasta que lentamente se separan, sus miradas eran intensas y el tacto de Kamill era fuego que convertía en cenizas a Lilith en un delirio sin control.

— No sé cuanto tiempo más podré contenerme contigo —. Susurra Kamill mordiéndose los Labios y allí Lilith supo que ella no quería que Kamill se contenga con ella, quería entregarse a él, quería ser mujer en los brazos de Kamill sin importar las consecuencias que tenga aquello.