AMOR

22 4 2
                                    

— Té amo Kamill — Los ojos avellana derrochan tanto amor que Kamill podría describir aquellos ojos incluso si tuviera vendas, Lilith sin dudar se apropia de los labios de Kamill, el chico tampoco pierde tiempo agarrando de la cintura a su novia ambos se pierden en un beso muy apasionado, profundo que es capaz de derribar las barreras más fuertes, un beso cargado de tensión, pero por sobre todo de amor lleno de intensidad, un beso que los deja sin oxígeno, pero enciende una llamarada difícil de controlar.

— ¿Deberíamos irnos de aquí? — Pregunta Kamill — Tengo ganas de mostrarte la habitación mía.

— Puedo sentir tus malas intenciones — Susurra Lilith con la voz muy baja.

— ¿Lo puedes sentir? — Kamill toma entre las suyas las pequeñas manos de su novia y lo guía hasta su erecto miembro — ¿Lo sientes aún más?

— Kamill, alguien más podría venir — Definitivamente la castaña tenía ya la respiración caliente y las pulsaciones aceleradas.

— ¿Acaso importa que alguien más venga?

— Claro ¿Quieres que otro hombre me vea? — Al momento en que Lilith dice aquello Kamill se aparta de ella y observa a la chica con aquellos ojos verdes de manera intensa.

— Aquello no va a ocurrir, ningún hombre está a la altura de ver a mi mujer, quizás les quite los ojos si aquello ocurre — Su voz se escuchaba muy ronco.

— ¿Tu mujer? — Lilith arruga la frente — ¿Tan posesivo, Becker?

— Eres mi mujer, no eres mi pertenencia, pero eres mi mujer, mi compañera, la única que quiero a mi lado por el resto de mis días, eres tú la única que existe en mi vida, en mis pensamientos y la que enciende mi cuerpo, altura todo en mí, solo tú, Lilith Ambrosetti — Kamill después de decir aquello la atrae nuevamente a sus brazos pegando el cuerpo de ella al suyo uniendo sus labios en un encuentro lleno de ímpetu y pasión.

Sus lenguas danzan a la par del deseo, sus manos se vuelven inquietas, siendo Kamill el claro dominante de la situación con una mano en la cintura de Lilith y la otra en el cuello de ella profundizando el beso, la postura del chico enaltecía su arrogancia, pero dejaba en claro que nada más ella podía estar a su altura, ojos cerrados, labios perdidos en la curva del otro, fragancias y respiraciones mezcladas, amor intenso que marca un punto y aparte, eran ellos en un amor adolescente que trascendía la piel un amor clavado en el alma.

— ¿Qué están haciendo niños? — La abuela de Kamill los había pillado.

— Abuela — Kamill no aparta la mano de la cintura de Lilith, mientras enfrenta a su abuela con la mirada.

— Me han dicho que estabas aquí, oh, mi siempre bella Lilith — La Matriarca Becker sonríe con mucho amor a la castaña.

— ¿Cómo está señora? — Lilith aún no perdía la timidez ante la familia de Kamill.

— Nada de señora, dime abuela, Kamill, si vine hasta aquí en busca de ti es para informarte de que saldré de viaje, iré a Rusia — Lilith baja la cabeza, entendiendo que esta conversación no tenía nada que ver con ella.

— ¿Te vas? — La castaña siente como el cuerpo de Kamill se pone rígido que aunque diga que su familia no le importaba el chico tenía cierto amor hacia ellos.

— Salgamos de aquí — La anciana se da la vuelta y la pareja sigue los pasos de la mujer que avanza varios metros, después de 3 minutos llegan hasta el patio trasero de la Villa — Tengo muchos asuntos aún en Rusia, para venir a radicar en los Estados Unidos, debo de solucionar aquellos asuntos pendientes, entre mis cálculos esta que aquel viaje durará aproximadamente 3 meses, y vengo a despedirme de ti, no estaré en tu graduación, Kamill.

TENTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora