11. ¿Tokyo?

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(Misako Higurashi)

—Ambos escritos me gustaron, debo aceptarlo— declaro el profesor.

Los tres estábamos expectantes, el profesor nos había llamado a mitad de clase de ingles y lo agradecí por qué aunque no me va mal no es que me guste mucho y preciso ese día no había prestado nada de atención a la clase.

Tampoco había pensado que le pediría a Tsukishima si ganaba, aunque lo más probable es que le pediría que me hiciera las tareas y mucho menos había pensado en que me pediría el en el caso contrario, pero no me importaba por qué sabía que ganaría.

—¿Cual ganó?— pregunto Yamaguchi sin rodeos.

—Fue difícil escoger uno solo porque son demasiado buenos—suspiro— así que lo deje al azar con una ruleta.

—Es broma verdad.

—No señorita no es broma.

Carajo lo había dicho en voz alta.

—El escrito que ganó con la elección de la ruleta fue el de Tsukishima.

Mierda re contra mierda.

Definitivamente nunca más en la vida volvería a apostar ni por un dulce.

—Sin embargo, tiene puntos extras por su escrito señorita Higurashi—anuncio el profesor con una sonrisa— eso era todo ya se pueden retirar.

Suspiré, todo el camino Tsukishima iba con una sonrisa burlona en el rostro, no había dicho nada pero sabía que quería burlarse por qué perdí y de paso reclamar lo que quería.

—¿Que quieres?— pregunté irritada

—¿De que hablas Misako?— pregunto Yamaguchi con una expresión confundida.

Es verdad, habíamos apostado y Yamaguchi no sabía, si le decíamos lo más probable es que nos regañara, pero ya había perdido así que no importaba si lo sabía.

—Es que nosotros apo...

—Nada, Misako solo está de malas por haber perdido—Me interrumpió el poste

—No es ver— una vez más el poste me mandó a callar cuando me tapo la boca con sus manos—mmmmm

—Callate, me irritas— volteo los ojos

—Eres malo con ella Tsukki—suspiro el de pecas.

Ya íbamos a llegar al salón, y no podía lograr que me soltara así que le lamí la palma de la mano.

—¡¿Pero que haces?!— se separó al instante dejando ver un ceño fruncido y un pequeño sonrojo de su parte.

—Queria que me soltaras— voltee los ojos— gracias

Abrí la puerta del salón, pedí permiso para ingresar y me fui a sentar a mi puesto, que claro ahora compartía con el amargado del poste.

Mi compañero de mesa se sentó a mi lado sin decir nada, faltaban solo como quince minutos para que acabará la clase y de paso la jornada, intentaba prestar atención a lo que el profesor decía pero todo se vio interrumpido por qué el poste comenzó a hablar.

—Despues de el entrenamiento hablaremos.

—Si es sobre la apuesta solo dilo— dije indiferente.

—Ya te lo dije, después de entrenar

—Claro— suspiré —idiota —susurre.

—Señorita Higurashi, tiene algo que quiera compartir con la clase— de inmediato varias miradas se clavaron sobre mi haciendo que se me subieran los colores de la vergüenza.

Desesperada perdición (Tsukishima x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora