Insistencia | Minayeon G!P

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Mina estaba apresurada en comprar ropa gracias a su padre que le hizo una "donación", además de tener una cita programada con Minatozaki Sana.

Estaba cómoda que no le recordara que irían a una cita doble, de hecho, siquiera le nombró algo al respecto.

Seguía frustrada con la novia de Momo por no permitir hacer algo tan simple como permitirle olerla.

Algo muy simple y nada sugerente.

La japonesa compró lo que mejor le parecía y regresó a cambiarse. No faltaba mucho para la cita y quería llegar con puntualidad.
Necesitaba que esa cabello naranja se abriera de piernas lo más pronto posible.

Llevaba jeans rasgados, una camiseta de tirantes blanca y una chaqueta de cuero grisácea; su cabello estaba completamente lacio y un maquillaje que no le puso ningún interes. Había conseguido una fragancia muy única, llamando más la atención de los ciudadanos, pero resultaba que aún le faltaba media hora para la cita, así que empezó a recorrer el lugar, bueno, conoció a su juguete favorito desde lejos y, en efecto, quería divertirse.

-¿Quieres ganar dinero rápido? -preguntó con una media sonrisa a una persona aleatoria, pero algunos rechazaron su propuesta.

Nadie parecía interesarle lo que la japonesa decía irónicamente, hasta que aquel chico molesto llegó a ella.

A Mina no le importaba quien fuera, solo quería hacerlo.

-Esa fragancia parece feromona, muchos son atraídos -susurró las últimas palabras, mirando discretamente alrededor para que Mina lo notase, pero ella ya lo sabía.- Por dios, sonríe para mí.

-Te daré dinero -sonrió con malicia, haciendo que el chico la mirase entrecerramente con desconfianza.

-Ese tipo de sonrisa no la quiero...

-Solo debes hacer una cosa a cambio, mortal.

La sonrisa de Mina se extendió, señalando el camino al chico que terminó aceptando. Le dió las indicaciones y se fue a otro sitio.
Era tan divertido jugar con humanos.

No recorrió mucho el centro comercial, y cuando vió a la chica no titubeó en darle un abrazo por la espalda, causando que la chica diera un brinco del susto.

El órgano vital se aceleró al reconocer quien era y lejos de alejarla, se aferró más a los brazos de Mina.

-¿Follamos? Me excita la idea de que posiblemente nos descubran por los fuertes gemidos que saldrán de esa sucia boca. -hablo cerca del oído, tocando discretamente las tetas de la chica.

-¿J-justo aquí?

No le importaba coger frente a más de 20 personas, pero sería un molesto escándalo.

-El baño, pero implica una condición.

Mina dejo salir una risita maliciosa cuando la chica la tomo de la mano, sus pasos apresurados hacia el destino que la japonesa había indicado, pero antes de entrar a la chica le cubrieron los ojos.

-Mina... Hueles delicioso...

-Inhala más profundo entonces, humana estúpida.

Miró su celular y había pasado un minuto de su cita con Sana, así que se fue el cerrar la puerta hacia donde se suponía estaría la chica que se iba a follar.

Estaba emocionada, su imaginación volando y su miembro despertando debido a ello. Podía hacerlo con la profesora, pero Mina no estaba acostumbrada a follar solo con una a la vez.

Era aburrido y rutinario.

Iba arreglando su flequillo, su particular sonrisa de lado mostrando sus pequeños colmillos y su caminar elegante robando muchos suspiros de quienes la observaban.