Insistencia | Minayeon G!P

(🐰)07

Horas, o ¿Minutos? ¿Cuánto había pasado desde que escuché a Momo gemir el nombre de Mina?

No podía culpar al climax, prácticamente el climax era quien te hacía confesar en que nombre pensabas. Me pasaba siempre cuando Momo me hacía acabar y era su nombre que salía de mi boca porque solo la imaginaba a ella, solo la pensaba a ella.

En algunas ocasiones ví como Momo la tocaba en áreas que no debía, e incluso estuve presente cuando le manoseaba el vientre formado que tiene.

Llegué a creer que esa personalidad que tenía era una fachada para engañar a muchas mujeres, follar con ellas y después dejarlas. No seria extraño que ocurriera.

Ahora entendía que esa personalidad era auténtica y... Me sentía muy atraída hacia esa tierna sonrisa gomosa. Me sentía muy tonta al recordarla y sonreír como una estúpida por quizas no poder contener lo feliz que me hacia ver ese gesto en ella.

-Yeonnie, no estés tan lejos -refunfuñó Momo, sacándome de mis pensamientos por Mina.

Momo estaba adormilada, pero aún así, intentaba llegar a mi que estaba sentada al borde de la cama.

-¿Sabes que estudio, momoring?

-Veen, yeon -refunfuño, haciendo lo posible por alcanzarme.

Suspiré, esbozando una sonrisa leve.

¿Por qué era tan infantil? No lo sabía, pero volví a la cama, cubriendo su desnudez y ella rápidamente tomando uno de mis brazos como almohada.

-Momo, ¿Te gusta Mina?

Me parecía extraño que, debido a su comportamiento, no me lo confesara.

Nuestra confianza era genuina y siempre nos contábamos hasta quien nos atraía, pero hasta ahí. Se llegaba a una confesión, más no una petición para tener algo fuera de la relación.

Y el que su cuerpo se tensara no me advertía de algo bueno. Incluso evitó levantar su mirada hacia arriba donde estaba la mía.

-No ¿Cómo crees?. Mitang... Es como una hermana -dijo con una risita, pero esa risita parecía muy nerviosa y agregando lo tenso de su cuerpo, podía dar un indicio que no decia la verdad.

Podría reclamarle, exigir una respuesta genuina y que confesara lo que en verdad sentía, pero... Eso sería muy hipócrita de mi parte.

¿Reclamarle sobre algo que yo también sentía? Sería muy hipócrita, ciertamente.

Pasaron horas, horas que yo también me regresé a dormir. No sabía cuánto habia pasado, pero si me pareció extraño que Momo no se levantara a abrirle la puerta a Mina.

La alarma de mi celular sonó y eso hizo que me levantara de un salto, mareandome en el intento.

-Mierda, Momo. ¡Es tu culpa! -le di una nalgada, haciendo que se quejara y me fui a bañar bajo sus quejas.

Esa alarma me advertía que tenía 15 minutos para mí primera clase, y mientras me arreglaba para irme no dejaba de pensar en Mina.

Su hora era fija y gracias a ella casi nunca llegaba tarde.

La preocupación había incrementado de un segundo a otro y cuando fui a la habitación para despedirme de momoring, estaba segura que pensaba lo mismo que yo.

La costumbre de tenerla a esa hora nos alertó a ambas.

-¿Dónde está Mina? -preguntamos a la vez, expresando ese sentimiento que no me gustaba para nada.

Pensar que su familia la había maltratado tanto para que no viniese, hacia que sudase frío y se estrujara mi corazón.

Momo fue a su armario a cambiarse en un segundo, despertando curiosidad en mi de lo que tenía en mente.