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Después de lo ocurrido en la clase de física, Mina recibía miradas de temor y pánico al tener un pie en la universidad y mayormente los de su clase no se le acercaban siquiera por accidente.

Y que no se le acercarán tampoco. El humano a quien le había roto la nariz tenía la cicatriz de ese suceso y a Mina le satisfacía ver cómo la evitaba a toda costa.

Aunque las consecuencias no desaparecían y era que el director la tenía bajo vigilancia, tampoco es que le importase si lo hacian o no, mientras no la molestaran nadie saldria lastimado.

-Sharon, no te olvides de nuestra cita.

-¿Cita? -enarcó la ceja hacia la chica pelinaranja, viendo el puchero que formaba en esos labios tentadores.

Parecía disgustada.

-Aceptaste salir en una cita doble conmigo.

¿Cita doble? Mina se veía más confundida con cada palabra que la chica dejaba salir de su boca.

-¿Doble? ¿Con quién? -las citas dobles no eran de su agrado porque, mayormente, se tendría que haber confianza para disfrutarlo y sobretodo, a Mina le gustaba disfrutar de la privacidad con la persona que salía.

Sana pareció buscar a la persona entre los estudiantes que iban y venían, pero demostró que no la consiguió, volviendo a mirar a Mina.

-Momo y su novia.

Mina lamió sus labios y luego sonrió con incredulidad.

Antes la chica estaba fuera de su campo de vista, siquiera sabía de su existencia y ahora... Ahora aparecía en cualquier momento como si quisiera enloquecerla con ese olor que desprendía.

Jodida fragancia que nunca se le terminaba.

-Puedo salir solo contigo, Minatozaki Sana -sugirió acercándose a la chica que parecía a gusto con el acercamiento al dejar las manos sobre los hombros de Mina-, y hacer muchas cosas... A solas -susurró al acercarse a su oído.

Ritmo cardíaco de la chica cambio en un instante muy acelerado, además de la respiración la sentía muy pesada y el nerviosismo se notaba en su cuerpo.

-Sharon... Sabes que estando en una habitación... Sería muy adictivo...

Mina rió por lo bajo, alejándose con una sonrisa pícara.

-No me molesta ser adicta, Minatozaki san.

Esa mirada marrón se oscureció en un segundo, comiéndose a Mina cuando la examinaba de pies a cabeza.

Una mujer atrevida era lo más sexy que se podía apreciar.

-Myoui.

-Escribeme dónde será la cita, preciosa. -la tomó de la cintura, dejando un beso cerca de sus labios y se fue, siendo seguida por la pelinegro.

Kim Chaewon era una masoquista. Era la única solución que podría definir ante el comportamiento que la chica demostraba.
Disfrutaba de ser la perra de Myoui Mina aún cuando quería demostrar que era lo contrario.

Le indicó que entrara en el mismo lugar que había encontrado a su profesora tocándose, y después entró ella.

-No puedo creer que siendo tan puta, no hayas follado estos días. -se sentó en la cama, bajando los joggers que tenía puestos y sacando el miembro flácido.

Si bien tenía buen cuerpo, a Mina no le despertaba el interés sexual excepto cuando hacia trabajar la boca.

-Esa actitud que tienes es un dolor de culo ¿Lo sabías?

Insistencia | Minayeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora