Insistencia | Minayeon G!P

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"-Otra acción como está y será expulsada, retirate", recordó riendo bajamente ubicando su ropa esparcida por la habitación.

¿Debió aclararle al viejo que su orden le valia una hectárea de mierda y algo más? El director le habia recordado las consecuencias de sus acciones y el porque no debía hacerlas.

Más bien el hombre debió agradecer que Mina no le torció el cuello a ese humano que tuvo el atrevimiento de agredirla.

Miró el cuerpo desnudo sobre la cama completamente dormida mientras ella se vestía. No podría aparentar quedarse solo porque la mujer se lo había pedido antes de quedarse dormida.

No quería que se malinterpretara lo que habían hecho.

-Minari... Quédate -la sujetó de la mano cuando la japonesa estaba levantándose del borde de la cama.

No pensó que su primera "cita" llegaría a ese punto, ella en sus pensamientos pensó que sería algo más romántico y no simplemente hacerlo.

No quería creer que su estudiante favorita había cambiado tanto, estaba fiel a su pensamiento que solo era algo pasajero, pero se equivocó, había cambiado muchísimo.

Su apariencia, su actitud, su sonrisa, aunque jamás la vio hacerlo, sus ojos..., su apariencia era más sexy, más atrevida, y esos pequeños colmillos eran una locura.
¿Por qué ahora los usaba? Kim jamás notó cuando le hablaba que los tuviese como si fueran de nacimiento.

-Lo siento, preciosa, no puedo. -dijo con una pequeña mueca, tomándola de la mano y dejando un beso en el dorso con elegancia- Te veo en clases, Profesora Kim.

Mina salió con una sonrisa de felicidad, estirándose al cerrar la puerta detrás de ella. El departamento de la mujer era muy elegante, muy diferente a las afueras que todo era opaco y aburrido.

Cada paso que daba los inquilinos se le quedaban mirando, incluso bajando del ascensor y pasando por el living las miradas no se desprendían de ella.

¿Podría ser porque la vieron entrar con alguien más mayor a ella?

Mina rodó los ojos de ser así. Si bien sus creencias en el amor no existían, si escuchaba de las críticas que los humanos envidiosos y sin oficio le hacian una pareja con diferencia de edad.

Ciertamente, era completamente ilógico. Si alguien cogía con alguien mayor o no, no tendría que ser problema de nadie.

Jamás comprendía lo complejo que podían ser los humanos por un tema que no les incumbe.

Eso era suficiente razón para hacer aún mas.

Mina se dirigió a una tienda de conveniencia, ya que pudo conseguir "prestado" con una humana que intentaba seducirla.

No sé estaba fijando que era guiada por su olfato hacia un lugar en específico.

Algunas chicas intervinieron en su camino hablándole o sacando excusas tontas para que se detuviera, pero Mina solo les coqueteaba pidiéndoles su número y seguía el camino.

Buscaba algo en específico y no sabía dónde encontrarlo, por lo tanto, entro a la primera que su olfato la guiaba.

Era un fin de semana y aprsar de eso no tenía tanta clientela como se esperaba.
Buscó en el primer pasillo que encontró, recorrió todo el extenso lugar y no encontró lo que buscaba. Acarició su cuello con fastidio.

Tener paciencia no era algo que tuviese y preguntar para saber dónde estaba exactamente, era rebajarse a un mortal inútil.

Su orgullo no le permitía tomar esa acción.
Las personas que pasaban a su lado la miraban con curiosidad y extrañadas por el comportamiento estresado que mostraba.