10 (parte 2)

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Son las dos y media de la mañana, creo que me voy a volver loca. He escrito como unas tres mil palabras, así que solo espero que agradezcan el esfuerzo.

Por cierto una persona en el capítulo anterior me dijo que ya no se podía escuchar música desde Wattpad, y como yo tengo un Wattpad de una versión más antiguas pues no lo sabía, pero bueno en ese caso la canción que pondría en este capítulo sería el de "Duelo Dulce" de Babi, si no la quieren escuchar no pasa nada, solo que al ser capítulo algo parecido a la canción sería algo bueno escucharla para empatizar, ahora si, espero que disfruten de este capítulo, adiós!

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Las alarmas, el humo, el fuego, todo eso lo aterraba, su alrededor era un desastre, pero daría todo de él para salvarlo. Corrió por los pasillos, al llevar tanto tiempo allí, ya se había aprendido el camino a su habitación, lo que era beneficioso para lo que quería. Cuando cruzó la última esquina y vio la habitación, un nudo en su garganta se creo, el miedo lo abrazaba como una manta en un duro invierno.

Caminó hasta la puerta y utilizando todas las llaves para saber cuál era, gritó—. ¡Oye! ¿¡Estás bien!? ¡Por favor dime algo!

—¡¿Pero porque gritas?! ¿Qué haces aquí? Tu deberías estar con los adultos.

—¡¡Vengo a salvarte!! —dijo, mientras que se desesperaba por que no conseguía abrir la puerta. Lágrimas empezaron a sobresalir de sus ojos y el miedo solo lo frenaba—. Yo, solo…

El perro rendido, se tumbó de rodillas, sufriendo aquel dolor de pecho, y respirando con dificultad, siendo extraño porque allí aún no había llegado el humo.

De repente, una mano salió de la pequeña rendija que tenía en las puertas, y se poso en la cabeza de este dócilmente, cambiando la química del canino—. Tranquilo, todo va a salir bien, solo tienes que calmarte y explicar que está pasando.

DogDay, se tranquilizó un poco, y como no tenían mucho tiempo, decidió hablar lo más rápido posible—. La fábrica se está incendiando, y nadie quiso venir a por ti, salvo yo. —sabía que sus palabras resonarían en el contrario, pero solo quería que él supiera la verdad—. Y necesito sacarte de ahí para que nos vayamos de aquí, los dos juntos.

—Pero, DogDay, yo… no sé.

—¿No lo sabes? ¿Qué significa eso? —preguntó desorientado, solo quería salir de ese lugar.

—Yo, te he ocultado algo desde hace mucho tiempo y no se si…

—¡Sea lo que sea que ocultas ya lo sé! Solo déjame sacarte de aquí, por favor.

El contrario no dijo nada, y cuando DogDay al fin pudo abrir la puerta, pudo ver aquel felino morado que había soñado durante meses, y que vio muy pocas veces. Miles de sentimientos aparecieron en él, quería abrazarlo, llorar de que al fin todo ese sufrimiento ya había acabado, pero no había tiempo.

—Tápate la nariz y dame la mano, te llevaré aún lugar seguro.

Sin decir nada, el otro agarró su mano y fueron caminando, esta vez DogDay más calmado de que el felino estaba a su lado, a salvo. Pasaban por aquel desastre, siendo para el gato un golpe muy duro, y notaba como este se aferraba a la mano del canino, sintiéndose seguro en él. Al dar a la esquina donde se suponía que iban a encontrar la puerta, encontraron un montón de escombros enfrente de ella, dando a entender que ya no había un lugar seguro.

—DogDay, ¿qué pasa? ¿Por qué te paras? —el nombrado estaba en pánico, su cabeza daba vueltas sin parar, ya no sabía que hacer—. No te preocupes, todo saldrá bien.

Las palabras calmadas del felino hicieron efecto en el perro, quien, con ahora mas motivación, respondió—. Si, buscaremos otra salida, sígueme.

Fueron pasillo tras pasillo, buscando algún lugar seguro o salida para escapar, pero no fue hasta que un buen rato que encontraron algo.

—¡DogDay, ven! Creo que he encontrado algo.

El contrario rápidamente fue hasta el gato, y observó con curiosidad a lo que se refería su amigo—. ¿Un tobogán? ¿Tú crees que esto sea seguro?

—No mucho, pero es lo único que he encontrado para poder salir, aparte el fuego ya nos está alcanzando, tenemos que darnos prisa.

Este se acercó un poco al tobogán, pero de repente, dos agujas enormes y puntiagudas lo cogieron de la mano, y lo arrastraron hacia dentro.

—¡No, no te lo lleves!

El canino sin pensárselo dos veces se metió en el tubo, e intentó no perder de vista a su compañero para que no se le escapara, pero de alguna manera, las agujas eran más rápidas que él y perdió el rastro del gato.

Por otro lado, el minino fue arrastrado fuertemente, metiéndolo en tubos que llevaban a otra dirección contraria que el perro, para que así cuando saliera de allí, cayera en un lugar solo. Y cuando eso pasó, el felino entró el pánico, pudo ver enfrente de él algo parecido a una mano hecha de agujas, lo que le hizo tener miedo. Intento buscar una salida, levantándose y arañando por todos lados por si podía salir de ese lugar.

—¿Por qué haces eso? No voy a hacerte daño. —preguntó una voz desde la ventilación de donde provenía la mano.

—¡Déjame salir! ¡Quiero estar con él! —dijo mientras que las lágrimas salían de sus ojos y el dolor de estar separado del canino lo carcomían.

—No creo que quieras seguir estando con él si supiera la verdad. —seguido de esas palabras, se escucha como desde el conductor tiran una grabadora, sin llamarle mucho la atención hasta lo que él le dijo—. ¿No te parece extraño lo bien que lo tratan a él? ¿Por qué todo gira a su alrededor? Puede que tú seas parte de ese círculo, CatNap.

—¡Cállate, no me importa lo que digas de él!

—¿No crees que él pueda ser como los adultos si está tan unidos a ellos? Como Elliot, o el peor de todos, el Doctor Sawyer, debe ser doloroso pedir que paren y no lo hagan.

—¿¡Qué cojones quieres de mi!? ¡Si crees que recordándome todo lo que me hacen vas a convencerme no sabes tanto de mi!

—No quiero convencerte de algo, quiero enseñarte lo que en verdad eres, ¿oh acaso nunca te has preguntado cuál es el verdadero motivo del cual estás aquí? —el felino se quedó pensando unos segundos, lo que más ansiaba en esta vida; aparte de la libertad, era el verdadero motivo por el que estaba aquí—. Ese aparato, tiene toda la verdad que te mereces, y yo no te quiero hacer daño, en este lugar, lo mejor que podemos hacer es apoyarnos entre nosotros.

Y con eso, se fue, dejando solo al gato. Este caminó por toda la habitación, llegando hacia donde estaba la grabadora, y si no fuera que aquella cosa tenía razón, no estaría escuchando lo que traía el objeto.

Desde otro lugar, DogDay, caminaba nervioso y desesperado—. ¡Amigo! ¿¡Estás ahí!?

Después de haber salido de aquel tobogán y caer fuertemente al suelo, se dio cuenta que aquel lugar en donde estaba era un sub-piso de la enfermería, algo así como un lugar de juego para que los niños que estaban allí disfrutaran su estancia. Fue adentrándose cada vez más en aquel lugar, esta vez más tranquilo porque el fuego parecía no llegar aún a ese espacio.

—Joder, ¡hace un frío que pela! ¿Dónde mierda se lo han llevado? —preguntó ansiosos mientras que se abrazaba así mismo del frío.

De repente, gira su cabeza a una puerta que era diferente de al resto de allí, teniendo esta un tablero que decía laboratorio, llamando la atención del contrario. Entró en el lugar, observando asombrado por las muchas cosas raras y extrañas que había en ese sitio, hasta que se encontró un collar con forma de luna y un papel a su lado.

—“Collar de CatNap, experimento 1188, dáselo cuando vaya a La Guardería” ¿Cuándo vaya a La Guardería? ¿Sería el nuevo Smiling Critter que tanto habían hablado? —se puso en duda mientras observaba el collar de luna con curiosidad —. ¿Será que también se llama CatNap? Le pega bastante, ¿también será este su collar? Es muy bonito, realmente encajaría bien entre nosotros.

Y con eso, se fue preparado para irse, pero unos papeles que se iluminaban por una lámpara le llamaron la atención, quedándose a leer.

“Susan, espero que puedas leer lo más pronto posible y la única en saberlo, pero hay algo que tengo que decirte. Esa cosa, ese ser tan horrible ha intentado manipularme a mi y a otro compañero. En un momento llego a utilizar una voz tan parecida a la de mi madre muerta que por un segundo pensaba que era ella. Él me pedía una y otra vez que por favor lo sacara, y yo no sabía que hacer. Creo que él es diferente a resto de experimentos, veo maldad en su alma, no busca salir, busca hacer daño. Susan, en serio, creo que voy a dimitir, estoy cansada de esto, no puedo más, nadie me hace caso en esta fábrica cuando digo que el experimento 1006 hay que destruirlo, que es un peligro para todos, incluido de los experimentos, creo que quiere intentar manipular alguno de ellos para así sacarlo de ahí. Solo, estoy cansada, por favor, Susan, ven a verme.”

Y con todo eso, finalizó aquella carta, DogDay sintió como un montón de espinas se le clavaba en la garganta. El pensar en el peligro que otras personas podrían estar, o en el peligro que sus amigos podrían correr, lo torturaba por dentro.

—Necesito encontrar a CatNap.

Salió de la habitación y empezó a buscar como loco al gato, gritando él nombre del confiaron como un loco sin pensar en nada más que él. Mientras que caminaba por los pasillos, un sonido y una luz proveniente de una habitación le llamó la atención, así que se dirigió a la puerta de este, y, debido a que estaba bastante dura, tuvo que usar su cuerpo para poder abrirla. Cuando lo logro y miro al frente, ahí estaba él, sentado en el suelo con una grabadora en sus manos.

—¡CatNap! No me lo creo, ¡esta bien! —gritó el canino, quien se empezó a cercar al otro poco a poco.

—¿Cómo sabes mi nombre, DogDay? —preguntó el felino de una forma seca y fría, poniendo en alerta al perro.

—Pues verás, dio la casualidad de que, mientras que te estaba buscando, me encontré con una especie de laboratorio en donde me encontré un collar con al lado un papel con tu nombre, o bueno, más bien lo supuse. —dijo bastante alegre, aunque algo preocupada por la actitud de su amigo—. No sabía que tú collar tenía forma de luna, ¡es bastante bonito! Creo que hasta combina con él mío.

—Si, como si fuera una especie de complemento para tu collar, ¿verdad? —dijo sin siquiera mirar al canino, poniéndolo algo nervioso.

—¿De qué hablas, amigo? ¿Qué estás insinuando? —preguntó este con miedo, mirando como él otro se levanta con una grabadora en la mano y un cuchillo en la otra—. ¿Por qué lleva un cuchillo, CatNap?

—¿Sabes, DogDay? Durante mucho tiempo, me he estado preguntando cuál era el motivo por el que estaba vivo, que quizás, y solo quizás, todo el dolor sufría día a día, tenía una razón.

DogDay escuchaba las palabras de CatNap con mucha atención, llegando incluso a notar como este tenía lágrimas en sus mejillas, llegándolo a preocupar—. ¿Has llorado? ¿Estás bien?

No hubo respuesta de quién le hablaba, pero en cambio, levanto la mano donde estaba la grabadora y apretó el botón para reproducirla y buscar algo en específico, pero de mientras, se escuchaban palabras sueltas como:

“¡Ese estúpido gato!” “¡Ahg, solo incordia! ¿¡Para que lo han creado!?” “Solo le mandamos a hacer una cosa, ¡una puta cosa! ¡Y lo hace mal! ¡Es que es un inútil!”

Esos y entre otras muchas más frases decía aquella grabadora, obviamente refiriéndose al gato, y partiéndole el corazón al perro. No fue hasta que, en un momento, el felino da con la grabación clave, y no la deja pasar como las demás.

—Y bueno, ¿cómo va el experimento 1188? —preguntó un hombre de la grabación.

—Elliot, en serio, ¿por qué mierda elegiste a este inútil? ¡No es bueno en nada! No se ha adaptado a su cuerpo, es muy agresivo y se ahoga con su humo rojo, ¡parece tonto cada vez que tose por eso! —dijo otra voz masculina, burlándose del felino.

—Mira Doctor Sawyer, ¿el humo funciona? ¿Duerme a la gente con el? —preguntó Elliot.

—Si claro, creo que eso es lo único que hace bien.

—¿Entonces cuál es el problema?

—¡Elliot! ¡¿Es en serio?! —dijo el doctor algo alterado, para luego relajarse un poco—. Mira, ¿no crees que para DogDay no sería mejor una persona más sumisa? Ya sabes, un estilo a CraftyCorn, porque él ya le ha dado muchos problemas.

—No se si sea buena idea, sería una pérdida de dinero, aparte yo solo quiero que haga descansar bien a DogDay, lo hemos creado solo para él, por lo demás no importa, aparte tú te puedes desquitar con el gato o quieras, como se que te estás divorciando, necesitas algo por el cual desahogarte.

—Pues si, me ayuda mucho, pero, el no hace nada más que hacer dormir a la gente, ¿por qué no crear a otro experimento que haga más cosas y deshacernos de él?

Elliot se queda unos segundos en silencio, reflexionando su respuesta, hasta que al fin decidió hablar—. Lo tendré en cuenta, haber que podemos hacer.

De repente, la grabación se apagó, dando a entender que la conversión ya había acabado. DogDay no pudo decir nada, estaba en completo shock, se sentía asqueado y avergonzado por las acciones de Elliot, pero el que verdaderamente lo estaba pasando mal, era CatNap.

—¿Sabes por qué ellos no fueron a recogerme para sacarme del fuego? Para deshacerse de mi. —dijo el felino en un intento de tono alegre, cuando era completamente falso.

DogDay, veía fijamente a los ojos del gato, quienes los correspondían, podía ver su tristeza, su ira y su dolor, todo aquello que lo perturbaba aquel felino, pero él era demasiado joven para saber que hacer—. CatNap, yo…

—Si salimos de aquí, nos encuentras, o cualquier mierda, tendría mis días contados. —dijo el felino mirando a otro lado, evitando los ojos del otro.


—¡No, claro que no! En el papel que me encontré en donde decía tu nombre, también ponía que te tenían que dar tu collar el día en el que vayas a La Guardería, ¡eso significa que ya no estarás más aquí! ¡Ya no te harán más daño!

—¡Claro que no! ¿En serio esa conversación crees que la han tenido hace meses? ¡La han tenido hace dos días! ¡No tendría la oportunidad para ir allí! —DogDay ante eso, intentó decir algo, pero fue interrumpido por el felino—. Pero ya da igual, es demasiado tarde, prefiero morir por mi mismo que por sus sucias manos.

Y con esto, levanto las dos manos sosteniendo el cuchillo, y la puso en dirección en su pecho. DogDay al ver lo que pasaba empezó a correr lo más rápido que podía, intentó evitar aquel desastre—. ¡¡No!! —gritó fuertemente, mientras que luchaba contra CatNap para arrebatarle el cuchillo—. ¡No pienso dejar que te hagas eso!

—¡Déjame en paz! ¡Solo quiero acabar con todo el dolor! —dijo con la voz rota y con lágrimas en sus ojos.

—¡Esa no es la solución! ¡Aunque tu vida sea una mierda, tienes que seguir luchando!

—¿¡Seguir luchando!? ¡¿Más de lo que hago?! ¡Como se nota que a ti te tratan como un rey!

—No es mi culpa que me traten mejor que a los demás, ¡yo no quiero eso! ¡Yo quiero que todo el mundo sea feliz!

—¡¿Ah, en serio?! ¡Pues sorpresa! ¡No todo el mundo es feliz, y yo soy el ejemplo!

Mientras que discutían y peleaban por quien cogía el cuchillo, de repente, este sale volando, debido a la fuerza que hacían, y cayó al otro lado de la habitación. CatNap intentó acercarse a el, pero DogDay rápidamente se abalanzó sobre él y lo inmovilizó en el suelo, para que así no fuera a por el cuchillo.

—¡¿Pero que cojones?! ¿¡Por qué no me dejas en paz!?

—¡¡Porque no quiero perderte!! —gritó fuertemente el canino, mientras que lágrimas caían de sus mejillas—. He estado soñado contigo desde hace meses, me sentía más unido a ti que con cualquier persona, y ahora que te tengo enfrente, ¡¿Cómo quieres que permita que te mueras?!

—¡¡Eres un egoísta!! —chilló el felino tan fuerte como pudo, dejando en shock al contrario—. ¡Mi vida es una mierda! ¡Todos los días sufro por algo! Por alguien diferente, de forma diferente, con herramientas diferentes… ¡y yo ya no puedo más! Solo quiero descansar en paz…

Un pequeño llanto se llenó por la habitación, siendo de este proveniente del gato, quien para el perro fue un golpe duro en el estómago.

Este se levanta, dejando libre al gato, y dándose la vuelta para no mirar, dice con un nudo en la garganta—. Tienes razón, soy un egoísta, si eso es lo que quieres, te dejaré en paz, pero, hazlo rápido, por favor.

Y apretando el puño, se esperaba lo peor, pero de pronto, sintió como una cálida mano lo agarraba suavemente—. En ese caso, yo también soy un egoísta. —dijo de una forma dolorosa, sorprendiendo al canino—. Si estás aquí, es por mi culpa. Una vez que yo estaba en el laboratorio, un adulto me iba a hacer algo horrible, y yo no quería que me hiciera nada, y entonces, vi tu collar y el mío… y —el felino empezó a llorar fuertemente, casi no entendiéndose lo que decía—. Y los tiré… lo siento, lo siento tanto… si no fuera por mi, ahora estarías con tus amigos, todo es mi culpa.

—Tranquilo, ya no llores. —soltó en un consuelo el perro, mientras que se giraba para al gato a los ojos, y agarraba la mano más firmemente—. Hiciste lo que hiciste para salvarte, aparte de que prefiero estar con alguien que puedo ayudar que con mis amigos que se que van a estar bien, te perdono.

El canino le sonrío cálidamente, mirándolo a los ojos con cariño, y agarrando las dos manos del felino, poniéndolo algo nervioso y mirándolo tímidamente. En un momento, CatNap, acarició la mano del contrario con el pulgar, sorprendiéndolo bastante.

Él siempre había amado el contacto físico, abrazar a sus amigos, agarrarse de las manos, pero de alguna manera ese contacto se sentía diferente, algo nuevo, algo más haya que una amistad. DogDay, al haber sido educado de que solo había un tipo de amor, no pensó que lo que estaba sintiendo eran mariposas en su estómago.

El perro abrazó al gato, percibiendo como él otro le correspondía y acariciaba su espalda también. No quería separarse, ni alejarse, ni siquiera separarse un centímetro, quería estar con él de esa manera por toda la eternidad. Hubieran estado así durante más tiempo hasta que escucharon las voces de unas personas y abrieron la puerta donde estaban ellos dos.

—¡DogDay, CatNap! ¿¡Estáis bien!?


Lo Que Los Sueños Señalan /DogDay x CatNap/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora