El perro, después de haber dormido un buen rato, abrió sus ojos, sorprendido al encontrarse en la habitación de su acogedor hogar. Se sentó rápidamente de su cama, y miro a su alrededor en busca de algo o alguien, pero de repente, empezó a sentir como un dolor agudo le recorrió por todo su brazo, llegando a molestarle tanto que soltaba pequeño quejidos por culpa de este.
—Vaya, veo que ya te has despertado, DogDay. —dijo una voz masculina desde el otro lado de la puerta, para luego abrir esta para que así el nombrado pudiera ver quién era.
—¡Señor Elliot! ¿Qué hace usted aquí? Debería estar en el ser preparando el nuevo capítulo, ¡y yo también debería estar ahí! ¡Ay Dios mío! ¿Qué hora es? —el canino nervioso, empezó a buscar su despertador por todos lados, pero antes de que se pudiera seguir preocupando, Ollie lo interrumpió.
—No te preocupes, hoy no habrá rodaje, ni mañana, ni durante esta semana. —comentó en un tono calmado, pero sin poder controlar los nervios de DogDay.
—Pero, ¿por qué? —el hombre sin decir nada, posó su mirada en el brazo herido del perro, dando a entender el porque a todo esto—. Pero, que yo esté herido no significa que no podáis seguir con el rodaje, mis amigos pueden grabar sin mi.
—No, no pueden DogDay, hazme caso.
—¿¡Pero, por qué no!? Ellos son muy divertidos, y tienen muchas cualidades distintas que hacen que los niños aprendan y se lo paseen bien, no comprendo porque tantas restricciones por un brazo herido.
—¡Es porque sin ti ni podemos seguir grabando! No sería lo mismo.
—¡Claro que sería lo mismo! No es como si el capítulo siguiente. Fuera necesario que yo esté ahí, aparte de que cuando Hoppy Hopscotch se torció una pata, seguimos grabando sin ella como si no hubiera pasado nada, o de aquella vez que Bubba Elephant se enfermó y seguimos grabando sin él, y gracias a eso llegaron a mandar varios mensajes preguntando que, qué le había pasado porque no dijimos nada sobre él, y no entiendo porque conmigo no pasa eso.
—¡Porque tú eres la estrella de este show! Y sin ti, ¡nada sería lo mismo! Las vistas bajarían, las ventas también, y por más interesantes sean lo Smiling Critters, no llegarían a la misma altura que estas tú, por eso, no podemos seguir la serie, no porque no quedamos, si no porque así es la vida.
El canino al escuchar esas palabras se siente mal, el sentía que sus amigos también eran buenos en los que hacían, y que merecían destacar como él—. «Ellos son igual de especiales que yo».
—Bueno, se que lo que te voy a preguntar no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando, y que va a sonar extraño, pero es muy importante. —DogDay escuchó atentamente las palabras, listo para responder a al pregunta—. ¿Cómo has dormido esta noche?
DogDay se sorprendió un poco por la pregunta, ya que no esperaba que volvieran a tocar el tema en ese momento—. Bueno, ahora que lo pienso, he dormido bastante bien, y he despertado bastante cómodo, aunque ahora que recuerdo... —el canino empezó a recordar lo que había pasado ayer por la noche, el humo que parecía darle vueltas a la cabeza y aquel pequeño felino que lo miraba con ojos de piedad—. La sala esa llena de humo rojo y al gato de color morado, ¿qué era ese luego? ¿Quién era él? Se le veía muy asustado.
—Eso no es de tu incumbencia, hizo mal en dejarte el brazo como está ahora, no deberías preocuparte por él, DogDay. —el perro se quedó extrañado por las palabras del varón, pero no dijo nada al respecto—. Y bueno, antes de irme, necesito que me des tu collar.
—¿Mi collar? ¿Para qué? —preguntó extrañado, mirando su collar con forma de sol con cariño.
—Le haremos una remodelación, pero no te preocupes, al final de la semana te lo daremos.
Sin decir da más, DogDay le dio su collar al Señor Elliot, y se fue rápidamente de la casa de este. Pero por otro lado, el grupo de los Smiling critters estaba debajo de la ventana de DogDay, quienes había escuchado toda la conversación y no estaban muy contestó de ello.
—Que no llegaríamos a la misma altura que él, ¡que tontería! —dijo Hoppy Hopscotch bastante enfadada—. Los niños también nos adoran, no entiendo porque diría eso.
—Ese tío siempre me cayó mal, ¡incluso DogDay no entendía el porque decía eso! Vaya hipócrita. —comentó KickinChiken igual de enfadado que su amiga.
CraftyCorn, al ver la mala energía del ambiente, decide calmar las cosas como lo haría su querido amigo—. Bueno, no le demos muchas vueltas a lo que dijo aquel hombre, lo importante es que a DogDay le importamos mucho, y él sí puede ver nuestra habilidades, y eso, es lo que deberíamos valorar.
—¡Tienes razón! Creo que sería una gran idea darle una sorpresa, aparte de que se hizo daño y estará adolorido. —aportó Bobby BearHug, quien se le ocurrió una gran idea para regalarle a su amigo—. Oye, PickyPiggy, ¿sigues teniendo el trozo de tarta que le guardamos a DogDay?
—¡Claro que sí! Pero, ¿cómo se lo daremos si no podemos entrar a su casa? —se preguntó la cerdita algo preocupada.
—¡No os preocupéis chicas! ¡Eso dejármelo a mi! —intervino Hoppy Hopscotch con una gran idea en su mente.
Mientras tanto, DogDay estaba en su cama pensativo, mirando al techo sin nada más que hacer, pero de repente, empezó a escuchar como alguien tocaba su ventana frenéticamente, y cuando se giró a ve quién era, pudo ver que era su gran amiga Hoppy, quien estaba saltando todo el rato con un trozo de tarta en la mano.
Ante todo esto, el canino sorprendido y feliz, decide abrir la ventana y saludar—. ¡Pero bueno Hoppy! ¿Qué haces con un trozo de pastel en tu mano?
—¡Es para ti, bobo! ¡Llevamos un buen rato aquí para poder verte! —insultó Hoppy Hopscotch con cariño.
DogDay se sintió feliz a escuchar esa palabras de su amiga y a todo su grupo con ella, pero al oír que se habían quedado un tiempo esperando afuera de su casa, eso podía significar que habían escuchado la conversación que había tenido con el señor Ollie, lo que le hizo ponerle nervioso—¡Guau, que bien chicos! Pero si lleváis un buen rato, ¿eso significa que nos habéis escuchado hablar él y yo...?
—¡No te preocupes por eso, DogDay! El señor Elliot es un calvo vende humos, no vale la pena hacerle caso. —dijo KickinChiken, haciendo reír a su buen amigo.
—Y bueno, ahora que recuerdo, Crafty dijo ayer que nos iba a enseñar el dibujo que nos nombró ayer, ¿lo tienes por ahí? —preguntó el perro emocionado de ver el dibujo de su amiga.
—¡Ah, sí! ¡Aquí lo tengo! —la unicornio sacó de su bolsillo un gran dibujo lleno de colores, pidiéndose ver a todo su grupo felices y sonrientes.
—¡Guau, Crafty, sin duda tienes un talento único! —dijo Bubba Bubbaphant.
—¡Si! Sin duda todo el mundo debería valorar los dibujos que haces, ¡eres la mejor pintura que he visto en toda mi vida!
Las palabras de DogDay resonaron en el corazón de CraftyCorn, haciendo que este latiera con fuerzas, y sintiera como un calor rodeaba todas sus mejillas. Una sonrisa tierna salió de sus labios, estando agradecida haber llegado a conocer a alguien tan amable como él.
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Lo Que Los Sueños Señalan /DogDay x CatNap/
FanfictionDogDay tiene problemas con los sueños, pero pueden ser la clave para saber la verdad. 🥇Primer puesto en DogDay 24/5/24