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Puede que esté capítulo no pegue tanto con la imagen, pero quería ponerlo de todas maneras jajajsjsj.
Bueno ahora si, pueden seguir con el capítulo.
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Abrió sus ojos, sintiéndose bastante descansado, pero con un mal sabor en su boca. Se levantó de su cama y se fue al cuarto de baño, con la intención de labrarse los dientes. Cogió su cepillo y lo llenó de dentífrico, se lavó toda la boca con el, pero seguía igual de sucio que cuando se levantó.
Se miró en el espejo, examinándose a sí mismo, y preguntándose—. «Si no lo pude salvar en un sueño, ¿lo podré salvar en la vida real?» —pensó—. «¿Para qué sirvo si no puedo proteger a quien quiero?»
De repente, el timbre de la puerta de DogDay sonó, y desde afuera, pudo escuchar una encantadora voz hablándole—. ¡Hola! DogDay, ¿estás despierto?
El canino, quien intentó poner su mejor cara, salió del baño y fue hacia la puerta, para abrir a su amiga—. Hola Bobby, ¿Qué te trae por aquí?
—Oh nada, solo quería saber cómo estabas, ¿puedo pasar? —pregunto cordialmente la osa, preocupando un poco al perro.
Su casa estaba hecho un desastre, pero no pudo arreglar porque ya estaba muy ocupado atascado en su mente, aún así, aceptó—. Claro, pasa, y perdón por el desastre.
—¡Madre mía, DogDay! Esta todo desordenado, ¿cuánto tiempo llevas sin limpiar? —preguntó Bobby BearHug avergonzando un poco a su amigo.
—Bueno, es que como he estado muy ocupado con los niños y grabando, no me ha dado tiempo a arreglar mi casa.
—¡Pero nos podrías haber avisado! Nosotros te ayudaríamos sin problema.
—Oh, claro, lo haré la próxima vez. —con esto dicho, los dos se sentaron en una mesa que había en comedor, y se creó un silencio incómodo, quien la osita rompió a duras penas.
—Y, ¿cómo has dormido? Pareces que te has levantado bien.
—Pues bien, la verdad, ayer me dieron unas nuevas pastillas que me hicieron descansar toda la noche, ¿y tu?
—También bien, por cierto, ¿y tu collar? No lo llevas puesto. —preguntó Bobby BearHug curiosa.
—Esta en mi cuarto, solo que la quiero lavar antes de ponérmela otra vez. —cuando DogDay terminó la oración, lo único que pudo escuchar de la contraria fue un "Ah, vale" y un nuevo silencio, el sabía a qué había venido, y no quería darle tantas vueltas como ella lo estaba haciendo—. Vamos, dilo ya.
La osa al escuchar eso se queda algo extrañada—. ¿Decir el que? ¿A qué te refieres?
—Se que no has venido aquí solo a preguntar sobre mi mañana, Bubba y Picky ya vinieron a preguntarme ayer que, que me pasaba, y dudo mucho que tú no hagas lo contrario. —dijo el perro, haciendo sentir culpable a la contraria sin querer mirarlo a los ojos—. Así que lo que tengas que decir, dilo de una vez.
