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Habían pasado varios días desde lo ocurrido con DogDay, y Bobby se sentía muy mal al respecto. Quería hablar con alguien, soltar todas las preocupaciones que tenía, pero no tenía a nadie.

Ese día, estaban haciendo un evento en La Guardería, en donde los niños más atléticos o apasionados por el deporte hacían equipos entre ellos y jugaban diferentes deportes. Obviamente, KickinChicken y Hoppy Hopscotch eran los árbitros, pero, al ser los dos tan competitivos, terminaron causando algunos problemas.

—¡Kickin por dios! ¡Es más que obvio que ganaron los del equipo azul! —gritó la coneja algo enfadado.

—¡Claro que no! ¡Los del equipo azul tuvieron dos faltas! Eso debería restarle puntos. —dijo el pollo igual de enfadado que su mejor amiga.

—¡Claro que no! ¡En el baloncesto las faltas no restan puntos! —indicó Hoppy, algo cansada de seguir discutiendo—. Admítelo, solo quiero ganar la apuesta.

Aquellas palabras dejaron a todo el mundo sorprendido, nadie sabía de ninguna apuesta que hubieran hecho ellos dos—¡Pues claro! ¿Quién no quiere comer la mitad de la comida del otro durante una semana?

Y sin ningún tipo de vergüenza, dijo toda la verdad delante de todos. Kickin siempre había sido así, una persona que no tenía ningún tipo de miedo de decir la verdad, dejando petrificado a cualquiera, siendo en este caso a Hoppy. Ella, quien ahora sentía mucha vergüenza por haber hecho una apuesta tan tonta, se sienta en suelo y se pone las manos en la cabeza.

—Oye chicos, ¿cómo es eso que hicieron una apuesta? —preguntó el gran querido líder, DogDay.

—Ah sí, verás, antes de que hicieran la competición, yo pensaba que el equipo azul iba a ganar, pero Hoppy decía lo contrario, que el equipo rojo ganaría, y como estábamos tan seguros decidimos hacer una apuesta. —contó el pollo, quien ahora que lo decía en alto, ya no le gustaba tanto la apuesta—. Creo que no deberías meter a los niños en las apuestas ahora que lo pienso.

—Si, pienso lo mismo, los niños no deberían tener nada que ver. —de repente, a DogDay se le ocurrió una gran idea—. ¡Oye! ¿Y si hacemos un campeonato de baloncesto entre nosotros, y quien pierda tiene que compartir su comida con el ganador?

—¡Es una buena idea! Así hacemos algo divertido para nuestro día libre. —aportó Bubba contento por la idea.

—Aunque, Kickin, ahora que ya no hay ninguna apuesta en donde están metidos los niños, ¿puedes admitir que si ha ganado el equipo rojo? —preguntó de la nada Hoppy segura de sí misma.

El nombrado soltó un largo suspiro, y con todo el dolor del mundo, dice—. Está bien, el equipo rojo a ganado.

—¡Vamos!

Y con eso, todos a empezaron a prepararse para el campeonato, y niños y trabajadores estuvieron atentos para cuando empezara. Bobby estaba tan feliz, todos estaban unidos como un equipo, algo que ella realmente amaba, aún percibiendo que ella no era parte de aquel grupo. Y de repente, como un cubo de hielo mojando su espalda, oyó las peores palabras que podía oír.

—¡Vamos a hacer los equipos! Recordad, tienen que ser de dos. —dijo KickinChicken.

Todos empezaron a hacer sus grupos, DogDay con Bubba, Hoppy con Kickin, y Crafty con Picky. Bobby solo quería esconderse en algún lado, sintiendo la vergüenza y la pena recorrerle el cuerpo y el corazón, odiaba los momentos en donde la soledad de ella era más notable y todo el mundo la podía ver. Cuando todos, quienes antes estaban felices de hacer sus dúos, notaron que Bobby BearHug estaba sola, se preocuparon.

Lo Que Los Sueños Señalan /DogDay x CatNap/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora