crew; trueno.

7. Él desatiende y su bronca consuela

Mateo

Dos cumpleaños, el de Luna y el mío, me hicieron estar nublado toda la semana. Tuve la cabeza en cualquiera bastante tiempo, pero hoy por fin podía tener los pies a tierra.

Tengo la suerte de ser amigo de Mansilla, quien manejaba el Pabe; dijo que hoy a la noche me lo prestaba para poder festejar con otra joda. La única condición que debía aceptar era que tenía que compartir el festejo con Luna, a quien también se lo prestaban por una noche.

Salí de mi habitación para entrar a bañarme con agua hirviendo, tenía que tener la mente fresca para la competencia de hoy.

Hablando de Luna, no hablé con ella en toda la semana. Conociéndola por poco, seguro tiene su atención en haber hablado con su papá, o la atención la tenía en otra cosa o, mejor dicho, en otra persona. Masculino, si hay que aclarar. Obvio que me daba por las pelotas tener que afrontar de vuelta con lo mismo, eso de tener que ver cómo se le pelotudizaba la cabeza por Santino, me tenía harto.

Usé todos mis recursos, pero ninguno sirvió al parecer.

Terminé de ducharme y me pasé la toalla por toda la cara para así despabilarme de una buena vez. Me calcé bien el bóxer, concentrado en no dejar nada afuera, y me sonó el celular con nuevos mensajes.

[29/03 15:02] valentinitinitini: que onda cara de putito
[29/03 15:02] valentinitinitini: estas seguro que queres hacer hoy lo del pabe? mira que no vamos a zafar ni ahi de la junta del parker

"con mas razon lo quiero hacer :)", contesté.

Lancé el celular nuevamente a la cama y me terminé de vestir. Tenía que armar un outfit para ambas ocasiones, competencia y joda; o termino muy exagerado, o no me esmero como me gusta. Terminé por elegir unas bermudas grises junto a un buzo que resalte para no quedar tan opacado, y de remera mantuve el mismo trapo de siempre. Sabía que no iba a sacarme el abrigo en todo el día.

Papá también se estaba preparando la competencia, él se iba a encargar de mantener la organización intacta. Ya todos me tachaban de acomodado, pero nadie me lo decía a la cara; no me quedaba otra que fingir demencia.

Me senté en la mesa, respondiendo otros mensajes, y justo apareció papá en el living.

—¿Qué onda? ¿Ya estás listo?— preguntó, estirándose un poco la espalda. Yo asentí.— ¿Sabés si va a ir Parker?

—Obvio que va a ir, el gil ese no va a parar hasta ganarme una final— aseguré, aun manteniendo mi mirada fija en el celular. Mi progenitor suspiró.

—Yo no entiendo cómo todavía lo dejan competir después de la pelotudez que hizo, ni cómo no lo bajaron de la tabla de ascenso...

—Ay, pa, es obvio— respondí, interrumpiéndolo. Él frunció el ceño.—. Las batallas más vistas del canal son de nuestros versus, les conviene tenerlo en la competencia para lucrar.

—¿Y vos te vas a dejar usar así? Pensé que eras inteligente, Mateo— aclaró, cruzándose de brazos y parándose en frente mío.

—Yo ahora tengo la cabeza en los playoffs, se van a querer cortar los huevos cuando deje la plaza y pise la FMS— prometí, ya dejando el aparato en la mesa. No vi a papá muy confiado.

Yo tampoco lo estaría.

—¿De qué te agarró tanta bronca?— consultó.

Qué tema.

—Le tengo ganas a la wacha, y como sabe que tranquilamente le rompo el orto en todo, quiere hacerle creer que es mejor que yo en el free. Está medio traumado— expliqué muy resumidamente.