16. Mi crew en banca rota

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Luna

—¿Podés cambiarme esa cara de culo?— preguntó Guadalupe.

Saqué mi vista del celular y la miré.

—Es que me dejó mal lo de Mateo— expliqué, apoyando mi cabeza sobre mi misma mano para respirar tranquila.

—Por lo menos se la bancó, boluda, y la gente le gritó las rimas. Ya la próxima va a mejorar— insistió ella, aún mirándose al espejo para terminar de alisarse el pelo.

Ya habían pasado dos días de la primera jornada de la FMS, la misma la habíamos visto con los chicos en la casa de Valentín y en vivo, y no podíamos creer que Mateo haya perdido la batalla con tan buenas rimas que tiró.

Los cuatro coincidíamos en lo mismo: Mateo se dejó ganar por el enojo de que el contrincante haya puesto a su papá como rima a rematar. Siempre sostuve que el morocho no se dejaba llevar por lo que se decía en una batalla, pero esta vez había quedado en evidencia que, encima, por ser la primera fecha, los nervios y el cúmulo de gente le habían ganado.

Le había mandado mis respectivas felicitaciones como todo el grupo, pero él me dijo haber quedado desanimado con la derrota. No sólo que había sumado pocos puntos, sino que también tuvo que bancarse estar un día más en Córdoba porque le habían perdido la valija en el check in.

No le había salido nada bien.

—Si se puso nervioso con Sub, ¿cómo se va a poner con Dtoke?— supuse, mirando hacia un punto fijo.

—Pero con Dtoke ya compitió varias veces...

—El tema no es ese, el tema es que Mateo se descarrila cuando lo nombran al papá, y es obvio que todos los competidores se lo van a nombrar sin falta— reconocí, interrumpiéndola y también cambiando de tema.

—Y bueno, Luni, eso es el freestyle. Cuando tenés que ser hijo de puta, serás hijo de puta— alzó los hombros, descansando el brazo que había utilizado para alisarse el pelo.—. El que estuvo re piola fue Replik, jamás lo vi putear de esa manera al forro— recordó.

—¿Viste, boluda? Aunque yo también hubiese puteado a alguien como Cacha, no sé cómo la gente se lo aguanta— respondí, negando con mi cabeza.

—Es un chupa pija de Aczino ese— opinó.

Yo reí.

—¿Te dijo algo Guayma?

—Dijo que estaba viniendo hace cinco minutos, supongo que está por llegar— informé, mirando de reojo la hora de mi celular y, también, viendo si por fin le habían llegado los mensajes a Mateo.

En estos momentos, estaba viajando de vuelta para Buenos Aires, así que entendía el por qué de su no respuesta.

—¿Y no pensás cambiarte?— rió.

—Nah, me cambió cuando nos estemos por ir— resté importancia.—. ¿No le deberíamos de avisar a los chicos?

—Ellos me dijeron que iban a estar ocupados en otra cosa, supongo que ya van a estar allá— dijo Guadalupe, y la noté tan segura que decidí creerle.—. ¿Vos hablaste con Mateo por lo de la fafá...?

crew; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora