Luna
[luni.acevedo] trueno
quedate asi como estas y no te muevas hasta que llegue
[luni.acevedo] trueno
ahorrate el discursito del perdón porque mañana no caminasTragué inmediatamente la bola de saliva generada por los nervios que me causó leer ese último mensaje.
Había conseguido lo que venía intentando desde las siete de la tarde, y recién eran las cuatro de la mañana del otro día.
Persevera y triunfarás.
Apoyé el celular sobre la mesa de luz y estiré todo mi cuello, tratando que mis pensamientos no se vuelvan un descontrol profundo, ya que me ganaría por completo el arrepentimiento. Desde que había comenzado a hablarle que yo venía intentando que Mateo deje de verme como la mala de la película, cuando en realidad era todo lo contrario. Por eso fui a la vieja confiable, que era hacerle creer cosas que no eran ciertas.
Estaba arriesgando un montón de cosas, como mi salud y mi estabilidad emocional, pero ya no se me ocurrían más ideas para que se le vaya el enojo. Me retractaba muchísimo de lo que pasó ese día en el Rivadavia, y fui clara reconociéndole mis perdones. ¿Qué más quería de mí?
¿Que me arrodille ante él y le recite la palabra perdón con sus miles de traducciones?
Hasta el momento, nunca me había arriesgado tanto por la atención de un hombre, pero Mateo me había generado esa dependencia en él. Debía de hacerse cargo de lo que ocasionaba.
Giré a ver el espejo que tenía en frente mío, justo colgado al lado de mi armario, y me quedé pensando en si debía de seguir exponiéndome así por un varón. Hace muchísimo tiempo que no subía una foto mía, prácticamente, en bolas; ¿valía la pena sabiendo que Mateo podía llegarse a enojar por cualquier pelotudez? En algo nos parecíamos.
Ya no había vuelta atrás.
Me sonó un timbre de notificación y yo lo vi desde el borde de mi cama. Era Mateo enviándome la ubicación a tiempo real.
Que esté viniendo a las cinco de la madrugada, todo puesto por el alcohol y por dos mensajes míos, era para hacerle un monumento. Tanto tiempo sin tener una mínima relación sexoafectiva —por no decir otra cosa—, me tenía mal.
Nuevamente, me convertí en lo que juré destruir.
Terminé parándome nuevamente frente al espejo para chequear qué tenía puesto, como si no lo hubiese hecho ya más de treinta veces entre pose, foto y acomodarme cada vez que veía mi ropa interior desprolija. A mí no se me habían ido de la cabeza tan fácil las palabras de Mateo la última vez que nos vimos. No sabía si era de lo mucho que me impactó, más allá de no haberlo visto por días, sino que también estaba deslumbrada por la forma tan atractiva que tenía para hacerme entender lo mucho que le gustaba verme en todas mis facetas.
Me lo hacía saber cada puto segundo, desde que me levantaba hasta que cerraba los ojos antes de dormir.
Yo le gustaba en todos los sentidos que podía tener. Pero tampoco estaba acostumbrada a yo verme bien usando ropa que me gustara, siempre fui más por el lado de reservar mi cuerpo para ocasiones más íntimas. Dudé mucho en si darle el gusto al morocho.
Pero ¿quién me iba a quitar lo bailado?
Tenía bastantes conjuntos de lencería, tantos que hasta me daba vergüenza tenerlos tan al pedo guardados en cierta parte de mi armario. Hasta hace pocos días que me había dignado en sacar a ver cuáles descartaba o me seguían entrando. La mayoría las tenía de pendeja, cuando recién se empezaba a popularizar entre las chicas de tu mismo curso usarlas.
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crew; trueno.
FanfictionC || "Esto es simple: cuanta más rivalidad haya entre tu crew y la mía, más me calienta saber que preferís venirte a mi bando" Donde Luna se encuentra acorralada entre dos bandos con su amiga, y en uno de esos grupos de raperos se encuentra Mateo, l...