Capítulo siete: Sospechas

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“Y pensamientos inoportunos”

Si, en algún momento por su mente pasó el querer casarse, formar una familia y hacer realidad su sueño, pero la guerra siempre está de por medio

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Si, en algún momento por su mente pasó el querer casarse, formar una familia y hacer realidad su sueño, pero la guerra siempre está de por medio. El amor se rompe o quizás solo es la distancia y la incertidumbre de no saber que es lo que sucede en aquel lugar. La sangre que será derramada, las secuelas y las marcas en su piel, quizás solo es el temor de que nada sea igual.

Sakura toca su flauta, una melodía tan solitaria que no tiene nombre, solo una persona a la que alguna vez le perteneció. Itachi no hace más que mirarla desde el otro lado del jardín, escuchando la suave melodía de la flauta de su mujer. No puede evitar preguntarse sobre el que pasa por su mente, si todo estará bien o si aún hay dolor por estar viviendo esa vida junto a el. 

Hoy es el quinto día desde que comenzó a tocar esa canción.

—¿Te quedarás ahí toda la mañana? No es bueno espiar a las personas.

Itachi ríe. —Por supuesto, mi madre me enseñó eso, pero la guerra me dijo todo lo contrario.

—¿No extrañas el campo de batalla?

—¿La sangre y el sudor? ¿Lluvia y lágrimas?

—Lo siento, no es lo que quise decir.

—Esta bien, estar en el campo de batalla era mucho más que eso. La guerra nunca fue buena, pero lo que más amaba era sostener una espada. ¿Repentinamente estás interesada en eso?

—Solo estuve pensando un poco.

—¿Por qué decidiste que querías ser médico?

Sakura observa a Itachi. —Quería proteger lo que más amaba, cuando lo perdí fui incapaz de ayudarlo porque no sabía nada, me maldigo por eso.

Itachi entrecierra los ojos y finalmente decide que es momento de sentarse a su lado, bajo un árbol que deja caer sus hojas en tonos amarillos.

—Creo que hay algo en que podemos entendernos.

Itachi busca la mano de la emperatriz y Sakura lo acepta, por una vez al menos pueden fingir que solo son amigos. Quizás su vida hubiera sido así si aquella noche Sakura no hubiera aceptado ayudar a Itachi a escaparse. La duda está ahí nuevamente.

—Aquella noche, ¿por qué decidiste dejar la fiesta?

Itachi está desconcertado de sus palabras. —Solo…solo era demasiado aburrido, no buscaba casarme y tenía una reunión con unos amigos en un bar.

Sakura tiene dudas, pero todavía acepta su respuesta.

Su mano está sobre su vientre, tan pequeño pero aún sobresale y lo puede sentir, una joven madre de tres meses.

—¿Haz pensado en el?

—Siento que es un ella—, murmura Itachi —. Una heredera.

—Tu madre no querrá eso.

La emperatriz consorte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora