Capítulo diecisiete: En picada

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“En picada”

A la mañana siguiente, justo como Sasuke había ordenado es que tiene a dos guardias y dos sirvientas esperándola tras la puerta

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A la mañana siguiente, justo como Sasuke había ordenado es que tiene a dos guardias y dos sirvientas esperándola tras la puerta. Ellas le sonríen cálidamente y Sakura solo puede suspirar con cansancio, ¿acaso toda su vida la pasaría encerrada tras los muros de un palacio? No solo Itachi la había recluido, ahora Sasuke lo hacía, aunque todavía parecía ser más bondadoso que su esposo.

—¿Entonces?—, escucha a Sasuke decir en un pasillo vecino, parece que está hablando con otra persona.

—Finalmente está hecho, Sasuke. El emperador se está volviendo loco y las barreras comienzan a caer —. Ella sonríe alegremente, parece que nada la hace más feliz que ver la desgracia de alguien más —. Además, la emperatriz….ella se perdió esa noche, finalmente escapó de su encierro.

—¿Qué?

Era como si Sakura fuera una sombra sin rostro que vaga por los pasillos escuchando las conversaciones que la nombran a ella. Así que no duda en mostrarse, quedando perpleja porque la persona con la que Sasuke habla es Karin, una de sus damas.

—¿Emperatriz? ¿Por qué ella está aquí, Sasuke? Prometiste que no le harías daño.

—¿Por qué ustedes dos se conocen? ¿También estás detrás de todo esto Karin?

Karin retrocede un paso, como si hubiera sido descubierta en medio de una jugada con trampa.

—¡¿Atentan contra el imperio de fuego?!

Sasuke ríe sin ganas y se cruza de brazos. —Lo hacemos.

—Podía esperarlo de ti, pero de Karin…

Fue como una apuñalada directamente en su espalda; nadie había sido tan amable como Karin cuando llegó al palacio, ella se había encargado de muchos de sus asuntos y ahora…

Karin suspira y dice: —No puedes entender los motivos que tengo para esto.

—No…—, ella se cubre los labios y con una mano libre se sostiene de la pared, su rostro pálido por la impresión. —¿Cómo podría eso ser cierto?

—Emperatriz, no puedes entender nuestra postura y lo que estamos sintiendo en este momento. Tu no viviste lo que nosotros, no tuviste que pasar lo que pasamos, ¡Tu vives en la gloria y nosotros caemos en desgracia! Incluso ahora…

—“¿Nosotros?”

—Sakura, hay cosas que no puedes entender, es mejor que en esos casos te apartes. Al final del día todo volverá a la normalidad, tu familia estará bien.

Las manos de Sasuke están sobre las mejillas de Sakura, retienen las lágrimas que escapan de sus ojos de forma dolorosa. Incluso ahora Sasuke sabía cómo hacerla calmar, aunque todavía hay un fuego con incertidumbre en su interior.

La emperatriz consorte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora