Capítulo trece: Mi querida guardia

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“Mi querida guardia"

Pasa poco tiempo antes de que Sakura visite una vez más la casa de caridad

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Pasa poco tiempo antes de que Sakura visite una vez más la casa de caridad. Su presencia otorga divinidad a todo aquel que la ve y su fiel guardia la sigue siempre a una distancia considerable donde deja a Sakura caminar libremente, pero cuidando de su emperatriz como ya habría prometido.

—Su majestad la emperatriz—, saluda Karin amablemente, contenta de tener la presencia de Sakura después de tanto tiempo.

—¿Cómo marcha todo?

Karin sonríe y le muestra un libro de cuentas a la emperatriz.

—Todo ha ido demasiado bien, diría yo. Los más enfermos se están recuperando pronto, gracias al curso que dio sobre la técnica de curación.

Sakura asiente mientras hojea el libro. —Eso es bueno, recuérdales que no gasten mucha de su energía o van a colapsar.

—Me encargaré de hacérselo saber majestad.

Sakura deja el despacho de Karin, una vez que ya no hay nada más que hablar y en su lugar visita el jardín de la casa, hay niños jugando en ese lugar, algunos enfermos caminando para tomar aire fresco y otros tantos son personal médico que cuidan que todo vaya bien.

Sakura suspira e Izumi nota esto. —¿Pasa algo majestad?

—Todo ha cambiado mucho, apenas y tengo tiempo para visitar este lugar.

Ciertamente la casa de caridad había recibido un gran cambio, la instalación mejoró demasiado gracias a que el aporte económico había sido mucho mayor a lo que solía ser antes de que Sakura fuera la emperatriz. Ahora la casa de caridad contaba con cuatro pisos, un extenso jardín y capacitaba a los jóvenes para ayudar.

—Pero es bueno que se vea mejor.

—Lo se, es solo que a veces me gustaría ser más libre y quizás poder estar aquí más tiempo.

—¿Mm?

—Antes visitaba este lugar todos los días y sin la compañía de una escolta, las personas no me trataban de esta manera y era yo quien los atendía, me temo que si dejo de usar mi técnica, entonces podría perderla.

Izumi casi toca el hombro de Sakura para darle apoyo, pero se detiene en seco y en su lugar se para frente a ella, para hacer algo con las manos que es capaz de detener un puñal de flechas que buscan atacar directamente a Sakura.

El fuego de Izumi las quema al instante y se vuelven polvo. Sakura retrocede y los ojos de Izumi se mueven y observan cada lugar, luego lo encuentra, pero no puede dejar a Sakura sola y en su lugar la toma entre sus brazos y salta entre los balcones hasta el tejado.

—¡Izumi!—, grita Sakura con demasiado miedo cuando ve que están lo suficientemente alto y corriendo entre los techos de la instalación, alguien las sigue.

La emperatriz consorte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora