Capítulo dieciocho: Debatirse entre dos bandos

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“Debatirse entre dos bandos”

Se encontró a si misma mirando por un ventanal del palacio en el que había permanecido durante las últimas dos semanas

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Se encontró a si misma mirando por un ventanal del palacio en el que había permanecido durante las últimas dos semanas. Hay dos niños jugando en el jardín de la residencia, ambos ríen mientras se llenan de pétalos de cerezo y se enredan en el césped contra sus sensibles y blancas pieles. Sakura no puede apartar la mirada, piensa en como habría sido su vida si su hijo no hubiera muerto aquella noche, si todavía estuviera respirando. A veces podría sentirlo entre sus brazos, luego arrullaría a la nada hasta que se vuelve un río de lágrimas de dolor.

Alguien la saca de sus pensamientos incluso antes de que pueda hacer algo que la destruya más a si misma. Es una mano delicada y delgada la que toca sobre su hombro, cuando se da la vuelta solo se encuentra con una mujer de cabellos azabache, y ojos blancos, como si estuviera ciega.

—¿Emperatriz?—, ella le llama con ese tono tan suave y tímido. Sakura repentinamente reconoce ese tono.

—Tú…

La misma mujer se da cuenta de que fue descubierta y retrocede varios pasos.

—Eres tú…

La mujer que se hacía llamar Kaguya, aquella que dio la noticia de que estaba esperando un bebé y ahora estaba aquí, totalmente diferente, pero mantenía esa voz que le causaba pesadillas cada que recordaba a su pequeño fallecido.

—Yo… emperatriz…

Hinata parece un poco desesperada al ver el rostro de Sakura fruncirse con traición, Sakura se acerca a ella, no demasiado amistosa, así que eso hace que Hinata retroceda y luego un muro caiga detrás de ella por el golpe de Sakura.

—¡Detente!

Sin embargo Sakura lanza una patada que apenas es evadida por Hinata, quien casi se golpea contra otra pared, pero es lo suficientemente rápida como para reincorporarse y correr hasta donde está Sakura, su mano derecha extendida.

—¡Jūken!

El ruido que hacen Sakura y Hinata es suficiente para alarmar a más de uno y es Sasuke quien entra a la habitación, seguido de Naruto y otras dos personas que no reconoce.

—¡¿Sakura?! ¡¿Qué sucede?!—, Sasuke parece demasiado angustiado y se acerca a ella cuando ve que Sakura se sostiene del estómago. Sin embargo Sakura sigue observando a Hinata, quien tiembla incontrolable y es Naruto quien la sostiene entre sus brazos.

—¡¿Por qué?!

El grito de Sakura es doloroso, quizás demasiado.

—Sakura…

Y luego observa a Sasuke, quien resultó ser un gran mentiroso.

—Siempre supiste que era yo…

El lo entiende rápidamente y no lo niega.

La emperatriz consorte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora