Yᴏsᴏᴋᴜ |𝑁𝑎𝑟𝑢𝑡𝑜 𝑈𝑧𝑢𝑚𝑎𝑘𝑖|

Capítulo X

— Bien, te encargo a Sasuke, que tengan un seguro regreso — asintió Guy concordando con el sannin, mientras cargaba al azabache en su espalda.

— ¡Gracias, señor! — Respondió el hombre — Maestro Jiraiya, sólo que ella no se regresará conmigo.

— ¿Qué quieres decir?

— Bueno, después de todo esto que pasó, Katsumi no está segura en la aldea, necesitamos que alguien la cuide y no hay mejor que un Sannin como usted, un shinobi de otra categoría y mucho mejor si después estará acompañada de otra Sannin más.

— ¿Eso no interferirá en mi entrenamiento? — preguntó Naruto, la chica lo miró con mala cara — No quiero que ella evite que aprenda el nuevo jutsu súper poderoso y ultra secreto.

— ¡Para nada! — intervino Guy-sensei al ver que ella estaba dispuesta a desatar una pelea ahí mismo.

— Idiota — murmuró la pelinegra.

— ¡OYE, REPÍTEMELO!

— ¡Idiota!

— ¡TE GOLPEARÉ! ¡NO ME IMPORTA QUE SEAS UNA NIÑA! — gritó Naruto lleno de enojo, la chica rápidamente se puso en posición de pelea, tal como le habían enseñado los Hyuga, él se abalanzó sobre su compañera, pero unos brazos le impidieron siquiera tocarle un pelo, el Maestro Jiraiya lo había tomado y cargado cual costal de papas.

— Supongo que si no hay nadie apto para esa tarea lo haré con mucho gusto, estoy al tanto de sus habilidades y veo que tiene una manera muy curiosa de pelear — dijo mientras la observaba y analizaba, ni siquiera se inmutaba con las patadas que lanzaba el rubio buscando su libertad.

— ¡Gracias señor Jiraiya! — dijo sinceramente agradecida.

— No hay que agradecer, pero por favor no me llames señor, no soy un anciano — ella solo asintió en respuesta, volteó a ver a Naruto quien ya estaba en el suelo y hacía una mueca de disgusto, simplemente lo ignoró.

— ¡Bien! — soltó el rubio inconforme — No hay que perder el tiempo, hay que caminar — obedeciendo, Katsumi rápidamente se despidió de Guy-sensei y le agradeció por su ayuda.

Los tres emprendieron camino hacia algún lugar que ella desconocía, caminaban sin hablar y sin descansar, andaban a paso regular y el mayor miraba hacia varias direcciones, analizando el lugar. Su mirada se posó en Naruto por milésima vez en menos de 10 minutos, él no acostumbraba a ser tan callado y el silencio sepulcral que se había instalado entre los tres comenzaba a incomodarla, Katsumi no conocía de nada a ese sujeto y el que el rubio lo llamara Ero-sennin no la tranquilizaba en lo absoluto, aunque no tenía de otra más que seguir las órdenes de sus superiores.

El rubio se quedó parado en medio de la carretera, sumido en sus pensamientos, esto llamó la atención del sannin y también la de la chica, sus miradas se posaron sobre él, quien parecía no estar consciente de lo que pasaba a su alrededor.

— ¿Qué pasa? — preguntó el peliblanco después de un rato.

— Ero-sennin, ¿qué es lo que querían conmigo esos tipos? — preguntó Naruto, refiriéndose a Itachi quien al parecer iba con compañía, el hombre se quedó en silencio, claramente no quería decirle al chico lo que pasaba — vamos, usted lo sabe.

— No lo malinterpretes, pero no es a ti a quien querían — respondió al fin el hombre — es lo que tienes dentro de ti.

— Dígame qué demonios es esta cosa — pidió su compañero, mientras una mano se posaba sobre su estómago, Katsumi observaba curiosa la escena — es un horrible demonio que aterrorizó a Konoha, por eso todos me temen, entonces, ¿por qué lo quieren tanto esos tipos?