Capítulo XII

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Habían pasado varias semanas en las que Katsumi había logrado reventar el globo y estaba con la pelota de hule, su progreso no era mayor a la de Naruto, ni siquiera podía igualarlo.

— Quizá tiene que ver con el hecho de que yo trato de esforzarme menos para tener las energías suficientes para arrastrar a este rubio de regreso a la posada — se consoló a sí misma mientras acomodaba mejor al niño dormido que llevaba sobre su espalda

Había vendado las manos del chico y también lo había obligado a parar de entrenar, el daño que se había hecho en los brazos por su excesivo esfuerzo lo tenía mal, sus manos temblaban y ni siquiera podía mantenerlas rectas, el dolor que sentía era tal que no paraba de quejarse aunque lo intentara, el estado de su compañera no era perfecto, también temblaba, pero aún podía mantenerse en pie, la luz de la luna llena le ayudaba a poder ver para servir un poco de agua y dársela al rubio, cuando intentó regresar el vaso a la mesa, el recipiente resbaló de sus manos y Katsumi cayó rendida, sus ojos se cerraron y poco le importó estar en el frío suelo, su cuerpo le exigía descansar, así que eso hizo, se dejó llevar por el sueño que tanto necesitaba, lo último que pudo ver fue a alguien entrar a su habitación y pararse enfrente de ella.

La luz entraba por la ventana cuando despertó, tenía una manta encima y pudo ver que Naruto se estaba despertando también, ambos tenían una cara de querer morirse.

— Buenos días — saludó adormilada.

— Buenos días — respondió el rubio — es tarde, tenemos que ir a entrenar.

— Lo sé, no tardaré en cambiarme.

Salieron del lugar y fueron a su campo de entrenamiento o al menos así le llamaban, volvieron a intentar romper aquella pelota de goma hasta pasado el mediodía, fue entonces cuando la chica escuchó a Naruto caer sentado sobre la tierra

— Es inútil — se quejó — jamás podremos reventar la pelota, estamos gastando chakra en algo sin sentido.

— Vaya, el optimista diciendo "jamás", si eso lo dices tú que será de mí, yo tardé una semana y media en romper el globo, tú tardaste tres días, si tú que eres más hábil que yo te rindes, supongo que yo también lo haré — dijo mientras se dejaba caer a su lado, ambos con los ánimos por los suelos.

— Duele mucho — se quejó de nuevo.

— Lo sé — respondió frustrada — mientras más intento aumentar el flujo, más me duele.

— Pero tengo que poder — dijo el Uzumaki dándose ánimos a sí mismo — si no me esfuerzo lo suficiente, jamás va a reventar.

— Bien por ti, pero creo que lo que yo tengo no es suficiente — de repente su mirada cambió, a una un poco más segura, tomó la pelota de nuevo entre sus manos y comenzó a soltar chakra — ¿qué crees que haces? ¡Te lastimarás!

— Podemos trabajar con el dolor para generar más chakra — dijo sobresaltado — y luego llevarlo justo al límite de lo que podemos resistir.

Todo su cuerpo se rodeó de chakra, cada vez soltaba más y más, en su rostro se notaba las muecas de dolor que hacía mientras ejercía presión sobre la pelota, la fuerza con la que soltaba chakra fue aumentando cada vez más.

— ¡Naruto! ¡Basta! — dijo Katsumi al escuchar un grito suyo, debido al dolor que le causaba la actividad.

— ¡Aún no es suficiente! — replicó — ¡Lo estoy logrando!

La pelota comenzó a estirarse en todas direcciones, igual al globo de agua, Naruto se esforzó aún más al ver que su técnica estaba dando resultados.

— ¡Lo lograste! — gritó su compañera totalmente emocionada al ver que un orificio que había formado en la pelota, desinflándose poco a poco. El rubio y ella se miraron cuando esta sacó todo el aire que llevaba dentro, comenzaron a reír emocionados al ver que lo había logrado, chocaron puños a modo de celebración.

Yᴏsᴏᴋᴜ |𝑁𝑎𝑟𝑢𝑡𝑜 𝑈𝑧𝑢𝑚𝑎𝑘𝑖|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora