Yᴏsᴏᴋᴜ |𝑁𝑎𝑟𝑢𝑡𝑜 𝑈𝑧𝑢𝑚𝑎𝑘𝑖|

Capítulo XXII

Katsumi estaba en su habitación, intentando procesar lo que había escuchado. Sabía que Akatsuki planeaba secuestrar al Kazekage Gaara para extraerle la bestia con una cola. Se sentía atrapada, no solo físicamente, sino también moralmente. 

— No tengo porqué hacer algo, esto no me incumbe — pensó — pero por otro lado, mi conciencia no me dejará en paz.

La chica estaba en un dilema, sabía que no podía huir, claro que hacía muchas cosas bien y el camuflaje se le daba perfecto, pero nunca había intentado huir de los Akatsuki, siempre la tenían vigilada y aunque Itachi no le ponía mucho entusiasmo a la tarea, sabía que él era lo suficientemente inteligente para reconocer un clon de una persona real, no duraría ni 5 minutos antes de ser hallada y no sabía la magnitud de las consecuencias si lo hacía. Necesitaba consejo, alguien sabio que pudiera ayudarla a tomar una decisión. Hizo los sellos necesarios y convocó a Mizumai, la salamandra más sabia.

— ¿Me necesitabas? — la interrogó la salamandra.

— Si, maestro, estoy... en un dilema. — respondió Katsumi, bajando la mirada. Mizumai la observó con sus ojos pacientes.

— Dime lo que te pasa, te ayudaré si puedo hacerlo.

Katsumi asintió y, sabiendo que no podía hablarlo en voz alta por temor a ser escuchada por el cuervo de Itachi, tomó un papel y escribió su situación. Describió cómo había escuchado a Deidara y Sasori hablar sobre el secuestro del Kazekage y su deseo de ayudar, pero también su miedo a ser descubierta y las posibles consecuencias de su acción.

En dado caso que ella quisiera actuar, esa sería la primera vez que huiría tanto de Akatsuki como de Orochimaru, podía mandar clones al exterior sin que nadie los hallara, pero esa vez era diferente, no era suficiente con un clon, era algo que solo una persona real podría hacer, confiaba en que la salamandra le ayudaría. Mizumai leyó el papel con atención antes de mirarla nuevamente, una burbuja echa por él los envolvió, evitando que el sonido se colara al exterior.

— Estás en una encrucijada, joven Katsumi. Una decisión difícil está ante ti.

— Lo sé, pero no sé qué hacer. ¿Debo arriesgarme a ayudar a Gaara, sabiendo que puedo ser descubierta y castigada por Orochimaru y Akatsuki? ¿O debo quedarme aquí y vivir con la culpa de no haber hecho nada?

— Dime, ¿cuál es la fuente de tu duda? ¿Es el miedo a las consecuencias lo que te detiene, o es la incertidumbre de tus propios ideales?

Katsumi frunció el ceño, considerando las palabras de Mizumai.

— Supongo que es una mezcla de ambos. No quiero ser capturada y castigada, pero también siento que no puedo ignorar lo que está pasando. Gaara es un líder, alguien que su gente ama y respeta. No puedo simplemente quedarme de brazos cruzados.

— Entonces, Katsumi, pregúntate: ¿A qué le das más valor? ¿A tu seguridad personal o a la vida y el bienestar de otro ser humano?

— No lo sé, Mizumai-san. — se sinceró después de un momento de silencio. — Toda mi vida he estado atrapada en un ciclo de obediencia y miedo. Pero ahora... ahora siento que tengo el poder de hacer algo bueno, algo que realmente importe.

Mizumai asintió lentamente, reflexionando el sentir de su alumna, reconocía que era de gran valor el que pensara incluso en intentar escapar, todo porque su propia voluntad le dictaba que era lo correcto, sin embargo, también estaba el tema de que sus propios miedos la estaban manteniendo atada al sannin.

— El miedo es una poderosa fuerza que puede paralizar a los más valientes. Pero la verdadera valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de actuar a pesar de él. Debes mirar en tu interior y decidir qué es lo que realmente valoras. ¿Es más grande tu miedo a ser descubierta y asumir las consecuencias de ello, o tus ganas de ayudar y evitar que Akatsuki haga de las suyas?