Capítulo XXI

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Después de varios días junto a Itachi y Kisame, se encontraba con su secuestrador, la había llamado hacía unos minutos y le daba curiosidad a la azabache, pues la citó en su habitación, jamás entraba a ese cuarto, lo único que conocía de cada escondite era su celda, el comedor y el centro de entrenamiento, jamás iba a otro lado que no fueran esos tres lugares.

— Katsumi — habló el hombre apenas la vio llegar — ¿sabías que al principio el Sharingan no era mi objetivo?

A la nombrada le consternó escuchar esa revelación, Orochimaru no era alguien que iba por la vida contando anécdotas de abuela al primero que se le cruzase, además, el que hubiera dicho eso inmediatamente de que la vio entrar fue algo extraño y escalofriante, por alguna razón su intuición le decía que lo que estaba por suceder no era bueno.

— ¿Ah, sí? — respondió con un poco de interés, sentándose a su lado.

— Sí, yo tenía en mente cierto dojutsu de unos ojos perlados, no puedo negar que me obsesioné un poco con ellos, sin embargo, descubrí que el Byakugan era, en cierta manera, muy básico si lo comparaba con el Sharingan, aun así mi curiosidad fue mayor a mi razón, así que no dejé de investigar a pesar de tener un nuevo objetivo en mente, incluso llegué a conseguir uno de esos ojos.

Ella escuchaba atentamente aunque su mirada no estaba puesta sobre él. Si le estaba dando esa información, era por alguna razón muy suya, Orochimaru jamás hablaba porque sí, sabía muy bien lo que le convenía y lo que no, nunca revelaría información tan importante a uno de sus experimentos, al menos que tuviera un plan para ella que él quería que cumpliera, o quizá él veía esta información como poco relevante, aunque para la chica no lo era.

— ¿Conoces a Ao?

— He oído hablar sobre él — respondió, mientras se servía agua de la jarra que yacía en su mesa, poco le importó la mirada despectiva que le mandó a la hora de beber de su vaso, era muy celoso con sus pertenencias.

— Bueno, es el único shinobi que ha sido capaz de obtener un Byakugan, ese par de ojos los consiguió en la tercera guerra ninja y me lo encontré en una aldea lejana unos meses después, luchamos y pude quitarle uno de los dos ojos, aunque a un alto precio, pues tuve que sacrificar a quien yo pensaba tener como contenedor, poco tiempo después me di cuenta de mi error, fue un desperdicio, yo no era compatible con esos ojos, ponérmelo iba a ser mi muerte, en otra situación, yo lo habría utilizado mientras lograba mi objetivo principal, pero no me era posible, aún así lo guardé, esperando a alguien que pudiera portarlo y servirme, he esperado a esa persona por muchos años...

— ¿En serio? — dijo un poco aburrida, pues se estaba convenciendo que si era una historia de abuela, solo estaba descargando su frustración por no poder cumplir su berrinche de ser único y especial — debe ser dura la espera.

— No mucho, después de todo, encontré a la persona indicada.

— Excelente, ¿y quién es?

— Tú — Katsumi escupió el agua que estaba tomando, no pudo evitar quedar perpleja ante sus palabras, se le hacía una idea descabellada y tonta, sin poder evitarlo, lo miró con horror, el comenzó a reír al ver su reacción, un escalofrío recorrió su espalda, sabía que eso iba a tener grandes estragos en ella, ni siquiera él mismo iba a poder sobrevivir a un Byakugan implantado en su cuerpo, era muy probable que ella tampoco lo resistiera.

— Pero...

— No te preocupes, hice las pruebas pertinentes, no hay duda de que eres compatible y resistirás. Además, eres la mayor inversión de mi vida, incluso más que Sasuke, no me arriesgaría a perder el experimento que más aciertos me ha dado.

Yᴏsᴏᴋᴜ |𝑁𝑎𝑟𝑢𝑡𝑜 𝑈𝑧𝑢𝑚𝑎𝑘𝑖|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora