Capitulo 10

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ISABEL:

A lo mejor la foto no es de Santos sino de Marisela, ella pudo ponerla ahí.

Ella.

¿Quién es ella?.

Leo unas páginas en la parte titulada ;

La Odisea

Menciona mucho a una mujer pero no dice su nombre, simplemente la llama ella.

Escucho pasos aproximándose, guardo la foto, cierro el libro y lo guardo de vuelta en la gaveta, la cierro, me pongo de pie y finjo buscar libros.

La puerta se abre.

-¿Que haces aquí?.-Esa es Marisela, giro para verla.

-Estaba buscando un libro para leer, Santos me dijo que podía tomar el que quisiera.

-Dejame te ayudo, yo conozco perfectamente el orden de esta biblioteca.

-Gracias.

SANTOS:

En todo el camino hasta San Fernando ninguno de los 2 habló, Barbara se mantuvo concentrada en conducir, estaba como ida en sus pensamientos. Yo no sabía que decirle, de que hablar con ella, o si se pero no quiero que sienta que estoy invadiendo su vida. Me gustaría preguntarle tantas cosas, saber tantas cosas, más sin embargo presiento que si menciono algún otro tema que no sean sus hijos, será evasiva o incluso podría molestarse.

Llegamos a la oficina de correos y llamadas internacionales, nos separamos un momento para atender nuestras diligencias, yo fui a revisar rápidamente si había algún telegrama para mi, tomé mi correspondencia y fui a buscarla a la sala de comunicaciones internacionales. La encontré hablando por teléfono, estaba dándome la espalda por lo que no nota mi presencia, como no deseo interrumpirla me quedo en silencio escuchándola hablar.

-Si Jacinta, ellos están conmigo..... No lo sé aún, yo llamaré para avisarte.... ¿Enrique?, ¿sabes como esta?.... definitivamente no se que haría sin ese hombre..... Dile que le agradezco mucho, también dile que tratare de ponerme en contacto con él cuando pueda.... Gracias, adios.-cuelga el teléfono.

-¿Todo en orden?.-pregunto, da media vuelta y me ve.

-Si, todo está perfecto.

Salimos de la oficina de correos directamente a el concesionario.

¿Quién es el tal Enrique?, está no es la primera vez que escucho su nombre.

Mi problema es con Enrique. Ese hombre no te conviene.

Debe ser el mismo hombre, ¿por que Diana no lo tolera?.

Algo que mencionó Diana sobre un tal Enrique, al parecer ella no aprueba la relación de su madre con ese hombre, muy diferente a Alejandro e Isabel, los 2 parecen no tener un problema.

¿Será que son pareja?.

Bueno Santos, ¿y a ti que te importa?. Ella puede hacer con su vida lo que desee.

-Muchas gracias.-estaba tan concentrado en mis pensamientos que no me di cuenta en que momento pasó todo tan rápido, Barbara ya había resuelto todo el asunto de la camioneta, salimos del concesionario, antes de subirnos en el auto y ella me observa.-¿Tienes que ir a algún lugar en específico?.

-Emm no, creo que deberíamos ir a comer algo, si te parece.

-Esta bien, pero tendrás que decirme a donde, todo ha cambiado tanto que siento que no conozco San Fernando.

-Si quieres yo conduzco.-me debe algo dudativa pero finalmente me entrega las llaves.

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Llegamos a una cafetería bastante acogedora, el lugar ha ganado fama en los últimos años, el café aquí es maravilloso y los postres también.
Ella observa todo con curiosidad, un mesero llega y nos guía hasta una mesa, tomamos asiento y ordenamos algo para desayunar.

Doña Barbara: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora