Doña Barbara: el regreso

Capitulo 24

OMNIPRESENTE:

Todo el Progreso estaba en las Azucenas, morían de curiosidad por conocer al nuevo dueño de la hacienda.

Todos lucían sus mejores trajes, hablaban y bebían amenamente. Los presentes supieron quien era Rafael Bravo con solo verlo, tenía el porte de todo un patron, indiscutiblemente el era el dueño.

Su buen porte no pasó desapercibido para la mayoría de las mujeres, varias admiraban la belleza de aquel hombre, tenía un encanto natural así como Santos Luzardo.

Cuando vieron entrar a la Doña acompañada por un hombre elegante, con pinta de ser capitalino, la atención se centro en ella. A muchos les sorprendía ver que a pesar de los años que habían pasado ella seguía siendo la mujer más hermosa de todas, la más bella del Arauca, era como si el tiempo no pasara por ella, se conservaba muy bien. Algunos conspiraban diciendo que sus brujerías la mantenían joven y bella, otros decian que seguramente le succionaba la juventud a jovencitas.

La atracción entre la Doña y Rafael Bravo era latente, todos podían notarlo, incluso Santos Luzardo, quien al ver que Barbara salió del recinto sola con aquel hombre decidió buscarla.

Recorrió casi toda la casa grande buscándola sin mayor éxito, al sentirse frustrado se disponía a regresar a donde estaban los demás pero se topo con aquel par en un pasillo, estaban hablando muy cerca el uno de otro, demasiado cerca para su gusto. Podía reconocer la mirada que ese hombre le dedicaba a ella, era deseo, puro, a flor de piel, lo sabia porque el mismo se había sentido así por ella años atrás, y lo seguía haciendo.

Sentía rabia, cólera de verla con esa cercanía con ese hombre que no conocía pero que intuía, traería muchos problemas entre ellos 2.

Quiso ir y arruinar cualquier plan que aquel hombre tuviera con Barbara pero se contuvo al sentir molestia en su hombro, lo que menos quería era tener que ir al hospital, necesitaba estar sano. Habían muchas cosas que debía hacer y no podía darse el lujo de retrasar su recuperación. Necesitaba encontrar a la persona que intentó quemar Altamira, conocer la identidad de la persona que le disparó, si es que era diferente a la que inicio el incendio en la hacienda.

Santos pasó prácticamente toda la noche con el ceño fruncido, a penas probó bocado, sentía que su noche se había amargado por completo, y aunque tratara de disimular su disgusto no lo logró. Su compañera intentó de todas las formas posibles mejorar su ánimo pero no lo consiguió y en el fondo sabía cuál era la razón, ella también lo había notado.

No se explicaba porque Santos volvía a estar detrás de Barbara como hace años lo hizo, en los últimos 19 años ella había venido al Arauca a visitarlo a él y a Marisela, los vio siendo una pareja estable, un matrimonio feliz, le sorprendió cuando anunciaron su divorcio. En su momento pensó que la razón principal para la separación de ellos 2 fue la imposibilidad de Marisela para ser madre pero ahora que regreso notó que tal vez la razón por la que Santos y Marisela no seguían juntos era Barbara, trataba de negarselo a sí misma, todas las veces que habló con Santos en el pasado el le decía una y otra vez que había dejado de amar a Barbara, que sus mentiras terminaron destruyendo su relación, que incluso habían veces que sentía que la odiaba, más sin embargo en las últimas semanas ha observado todo con detalle, la forma en la que Santos la ve a ella, como sus ojos brillan cada vez que la mira junto a sus hijos, como si se sintiera orgulloso de ella. Luisana presentía que ese supuesto viaje de Santos a San Fernando no fue más que una excusa y que enrealidad él fue detrás de ella, todo la hacía pensar mucho, hasta que llegó a una conclusión; Santos nunca dejó de amar a Barbara, solo que su orgullo era más fuerte que él y por eso se negaba a admitirlo. No le cabía la menor duda de que sus sospechas eran ciertas pero necesitaba escucharlas de la boca del mismo Santos, que fuera el quien le expresara sus sentimientos, por eso le pidió que salieran a hablar un momento a solas en los jardines de la casa.