Capitulo 22

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BARBARA:

-Con permiso.-Genoveva al igual que Santos sube hacia el segundo piso.

Dejo mis cosas sobre el sofa y subo también. Llego hasta el cuarto de mi hija y me encuentro con prácticamente todo el mundo menos a mis hijas.

-¿Mi sol que tienes?.-pregunta Santos con preocupación sentándose junto a ella.

-El doctor cree que puede ser dengue.

-Me había estado sintiendo un poco débil últimamente pero no dije nada porque no quería preocuparlos.

-Debiste habérmelo dicho, si hubiera sabido no te hubiera dejado sola.

-Santos no exageres, es una simple peste ya se me pasará, no me voy a morir.

-Que bueno que ya el doctor vino a verte hija.-me acerco un poco.

-Llego la madre abnegada. Ahora no te la des de buena madre con Marisela porque nunca lo fuiste Barbara, ¿o ya se te olvidó cuando casi le disparas con tu revolver?.

-Callete estúpida.

-No me callo porque estoy diciendo la verdad. ¿O acaso miento?.

-Luisana creo que no es momento para esto.-le dice Cecilia, espero que con esto se calle porque o si no soy capaz de despellejarla viva.

-¿Ya comiste algo?.-le pregunta Santos, Genoveva le pasa la cubeta con agua tibia y unas telas para que se las ponga en la frente.

No me había dado cuenta de que Lucía y Toñito estaban aquí.

-¿Y ustedes que hacen aquí?, los hacia en la Capital.

-Tuvimos que regresar, los militares se tomaron todo el poder, derrocaron al gobierno democráticamente electo y ahora piensan establecer una dictadura.

-¿Pero están bien?, ¿donde esta mi hijo?.

-Esta con sus hermanas en el cuarto de Diana.

-Iré a verlos, con permiso.

Me dirijo al cuarto de mi hija, los encuentro a los 3 sentados sobre la cama hablando.

-Mami, que bueno que ya llegaste.

-Mis amores.-camino hasta ellos y le doy un beso en la mejilla a cada uno.-Lucia me contó lo que pasó, ¿Estas bien mi vida?.

-Si mami, fue solo un susto.-veo a Isabel, su cabello está diferente.

-Mi amor que linda te ves con el cabello así.

-¿Te gusta?.

-Por supuesto que si, te ves preciosa.

-Yo le dije que se parece mas a ti con el cabello así.

-Esa era la intención.

-Te ves muy hermosa mi amor.

-No le den tantos halagos que luego no va a haber poder humano que le baje los humos.

-Envidioso.

-¿Hace cuanto llegaste?.

-Acabe de llegar, Genoveva me contó que Marisela estaba enferma, fui a su cuarto a verla, para saber si necesitaba algo.

-No necesita nada de ti, prácticamente tiene a todas las personas que viven en esta hacienda ahí.

-Quiero aprovechar que estamos los 4 juntos para contarles algo, conseguí un trabajo de medio tiempo en la panadería del pueblo. La dueña me dijo que podía empezar la otra semana, además de eso le hice varias propuestas de nuevos postres y panes que podríamos sacar a la venta y le fascinó la idea.-comenta entusiasmada Isabel.

Doña Barbara: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora