Capitulo 18

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SANTOS:

Después del incidente con aquel hombre no pegue un ojo en toda la noche, todos estuvimos pendientes de que nada malo pasara y que ni una sola res desapareciera.

La observe toda la noche, se sentó frente a la fogata viendo hacia la sabana, no hizo ni dijo nada, tuve la intención de acercarme pero no lo hice, no pienso presionarla. La conozco y se que entre mas pueda llevarme la contraria más lo hará.

"Te puedo dar mi cuerpo pero jamás te volveré a dar mi corazón".

Yo no quiero solo su cuerpo, para mí ella es mas que eso. Me apesumbra pensar que Barbara piensa que no siento algo más por ella a parte de deseo pero tengo que reconocer que en parte es mi culpa, debo encontrar una forma de demostrarle que la amo.

El desayuno no fue del todo agradable, no pensé que Diana diría algo así, y veo que le molestó bastante a Barbara, se retiro sin decir nada más.

Mis hijos y Maurice se retiraron del comedor pocos minutos después, quedando únicamente Luisana y yo en la mesa.

-Luisana quiero pedirte que no vuelvas a decir un comentario de tan mal gusto como el de hace un momento y mucho menos frente a mis hijos. Las diferencias que tengas con Barbara no tienen porque afectarlos a ellos.

-Tienes razón Santos, lo lamento. Yo no tengo nada encontra de esos muchachos, solo que no soporto ver a esa mujer después de todo lo que nos hizo.

-Es mejor que dejemos el pasado atrás, ya no tiene sentido continuar con viejas peleas y rivalidades.

-Estoy de acuerdo contigo, aunque viva en esta casa Barbara ya está fuera de nuestras vidas. Sobretodo de la tuya.

-Bueno si me disculpas voy a ir a darme un baño, tengo que ir al pueblo para concretar la venta del ganado.

-Si quieres te espero y te acompaño.

-No es necesario.

-Por supuesto que si, quiero que me lleves a recorrer el pueblo y te invito a tomar algo en el bar.

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Después de una rápida ducha me fui al pueblo con Luisana y Pajarote en mi camioneta para encontrarme con el comprador. Llegamos a un precio justo, le pedí a Pajarote que se encargará de entregar las reces en Altamira y que más tarde viniera a recogernos.

Llegamos al bar a tomar algo, nos sentamos en una mesa, pedimos algo de tomar. Observo las mesas alrededor y veo a Barbara.

Esta sentada con el imbécil ese del medicucho

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Esta sentada con el imbécil ese del medicucho.

-Vaya veo que Barbara no pierde el tiempo, se ve muy bien acompañada. ¿Quien es ese hombre, Santos?.

-El nuevo médico del pueblo.-respondo sin dejar se mirar hacia esa mesa.

-respondo sin dejar se mirar hacia esa mesa

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Doña Barbara: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora