THREE|A risky promise... That goes wrong.

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Una promesa arriesgada... Que sale mal.

-Espera -les dijo Percy.

-Pero... ¿de dónde sales?

-He estado aquí todo el rato. Invisible.

Él movió los labios, como deletreando la palabra.

-Uau. Increíble.

-¿Cómo sabían que Zoë y tu hermana estaban aquí?

Se sonrojó.

-Las oí pasar junto a la cabaña de Hermes. Yo... bueno, es que no duermo muy bien en el campamento. Escuché ruido de pasos y luego las oí susurrar. Y las seguí... En el camino fui a buscar a Aarón que me acompaño.

-Y ahora quieres seguirlas en la búsqueda que van a emprender.

-¿Cómo lo has adivinado?

-Porque si fuese mi hermana seguramente haría lo mismo. Pero no puedes hacerlo.

Me miró desafiante.

-¿Porque soy demasiado joven?

-Porque ellas no te lo permitirán. Te pillarán a la primera y te enviarán de vuelta al campamento. Y sí, también porque eres demasiado joven. ¿Te acuerdas de la mantícora? Habrá un montón de criaturas parecidas por el camino. Más peligrosas incluso. Y algunos héroes morirán.

Hundió los hombros y desplazó su peso a la otra pierna.

-Quizá tengas razón. Pero... tú podrías ir en mi lugar.

-¿Cómo?

-Puedes volverte invisible. ¡Tú sí puedes ir!

-A las cazadoras no les gustan los chicos -le recordé-. Si llegasen a descubrirlo...

-No dejes que lo descubran. Vuélvete invisible y síguelas. ¡Y no pierdas de vista a mi hermana! Has de hacerlo. Por favor.

-Nico...

-De todos modos, ya lo estabas pensando, ¿no? -dijo Aarón serio a su maestro.

Iba a negarlo, pero él me miró a los ojos y no me vi capaz de mentirle.

-De acuerdo -repuse-. He de encontrar a Annabeth. He de ayudarlas, aunque ellas no quieran.

-Yo no diré nada. Pero tienes que prometerme que mantendrás a salvo a mi hermana.

-Eso es mucho prometer, en un viaje como éste. Además, ella ya tiene a Zoë, a Grover y Thalia...

-Promételo -insistió.

-Haré todo lo que pueda. Eso sí te lo prometo.

-¡Entonces muévete! ¡Y buena suerte!

Percy se fue del lugar mientras dejaba a los dos semidioses juntos.

-Esa fue una promesa avariciosa de tu parte Nico.

-¿Por qué? -dijo incrédulo el hijo de Hades-. El es un héroe... El va a poder protegerla.

-Nico... No importa que tan héroe seas... No siempre puedes salvar a todo el mundo.

Aarón miro a Nico a los ojos, y vio que estos tenían un leve dolor, pero decidió no preguntar.

-Heracles nunca pudo salvar a todo en sus historias... Ni a sus amados hijos... Por favor... No te hagas tantas iluciones.

Aarón decidio no decir nada más, por lo que soltó un suspiro y se fue del lugar dejando al hijo de Hades algo preocupado.

¿Y si su amigo tenía razón? ¿Y si Percy no podía proteger a Bianca?... No, Percy era un héroe y se lo prometió, él iba a volver con su hermana a salvo.

***

A la mañana siguiente no fue una gran sorpresa que Percy hubiera desaparecido junto a uno de los pegasos del campamento.

Nico estaba emocionado, ya no podía esperar que esos días pasarán para poder ver qué su héroe había vuelto junto a su hermana.

Al ir al campo de entrenamiento se encontró con una imagen rara, había una chica rubia de ojos azules que estaba medio llorando mientras veía a Aarón desde el piso.

Aarón tenía una espada en su mano izquierda lo que hizo a tender a Nico que el chico era zurdo.

Sus ojos estaban más vacíos de lo normal, como si no fuera un consciente de sus emociones.

-¿Aarón?

Cuando lo llamaron el de ojos cual rubí dio una liguera vuelta y se encontró con el hijo de Hades que lo veía confundido.

-Nico... Ya veo que hoy te despertaste temprano.

Nico asintió y vio como la chica que estaba en piso se fue del lugar intento no llorar por las heridas que el chico le había causado.

Luego de eso Aarón se acercó al lugar para dejar las espada y agarrar las de madera para poder entrenar los dos juntos.

Los días pasaron rápido con ellos entrenando y pasando el tiempo juntos.

Eran muy parecidos entre ellos... Mucho... Y eso le gustaba a Nico, sentía que al fin tenía un amigo aparte de su hermana.

Pero en otro lugar las cosas eran muy diferentes, había gente discutiendo de lo que iban a hacer con esos dos niños que tenían que llegar ese año a Hogwarts.

Albus Dumbledore estaba junto a la sub directora del colegio, ambos miraban la imagen de como estaba Aarón Riddle, el hijo del mago tenebroso más temido.

-¿Estas seguro de esto Albus? -hablo Minerva sería.

-Si, si logramos guiar bien a ese niño... Harry Potter tendrá con quién contar...

El chico que estaba ahora entrenando junto a otro niño de pelo negro llamo ahora su atención.

En eso, a la mano del mago más fuerte llego la carta de los nuevos alumnos de ese año.

Aarón Riddle y Nico di Angelo, ambos magos de sangre pura y descendientes de grandes casas de magos.

***

-No.

Sonó la voz del hombre por todo el castillo que esos dos dioses gobernaban.

-Hades... Sabes que tu bastardo va a tener que saber sobre su madre.

La voz de su esposa sonaba sería, una hermosa mujer de pelo negro como la noche y unos ojos cambiantes que siempre himnotizaban a su esposo.

-No quiero que esté cerca de ese bastardo tuyo.

-Hades... Sabes que eso es inevitable, ambos están hechos el uno para el otro... Son como nosotros, ambos estamos destinados a estar juntos...

A Persefone tampoco le agrada la idea de que su amado hijo tuviera que estar cerca del hijo bastardo de su esposo, pero sabía que Aarón no iba a ser tan poderoso como Nico.

Por eso, ella como madre, quería que su hijo estuviera con alguien que logré protegerlo, que sea capaz de dar su vida por él.

Y ese alguien era Nico, su alma gemela, nadie las iba a poder tener el poder para proteger al hijo de su amante.

Ambos dioses sabían que sus hijos no iban a tener un futuro fácil, todo por el hecho de quienes son sus progenitores.

Ese hecho hacé que todo el mundo odie a esos dos niños en los mundos donde se supone que tiene que pertenecer.

Los Príncipes del Inframundo (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora