Encontramos el laberinto... Minos nos guía.
Aarón estaba sentado en la biblioteca mientras leía uno de los libros que Nico le había dejado a él.
Sus ojos rojos pasaban por los renglones muy lentamente ya que seguía siendo difícil leer el inglés.
—Hola Aarón —lo saludo una voz que el no esperaba encontrarse.
—Hola Draco —dijo con una ligera sonrisa a su amigo.
—¿Qué es lo que lees? —le pregunto curioso al intentar ver el contenido del libro.
—Es un libro sobre necromancia —dijo con simpleza.
—¿De la sección prohibida? —volvio a cuestionar y Aarón asintió.
Luego de esos pequeños diálogos que compartieron, ambos se sentaron uno al lado de otro, en calma sin decir más palabras.
Aarón se sintió a gusto, después de todo, había pasado años hasta que al fin logro tener dos amigos... Aunque ahora toda la escuela lo odiara a muerte.
—¿Y Nico?
—Esta buscando más libros, tenemos una misión y quiere estar bien preparado.
Luego de esas palabras, el silenció se formó entre esos dos, era agradable... Tenían una conexión tranquila, no se agobiaba ninguno de los dos por el silencio tan largo.
Pero Aarón cuando al fin desvío la mirada del libro, pudo ver qué su amigo de pelo platinado estaba moviendo sin sesar la pierna al igual que la pluma en su mano.
—¿Tienes THDA? —le cuestionó el hijo de Persefone.
—¿Eh? —solto mirando a su amigo—, ah... Si lo tengo —dijo viendo a qué se refería—. Mí padre dice que lo heredé de algún familiar que ya murió.
Aarón asintió ante la respuesta de chico, decidió no darle muchas vueltas al asunto, después de todo no eran algo que tendría que importarle a mucho a él.
—Mi padre va a venir a hablar con Dumbledore por el incidente de la cámara —sentencio su amigo.
—Mmm, de seguro no va a quererte cerca mío ser hijo de Voldemort.
—No lo creo —Draco le dio una sonrisa tranquila—, mí padre estaría feliz de saber que soy amigo del heredero de Slytherin y del heredero de los Black —dijo refiriéndose a su amigo.
—Cierto... A veces me olvido de eso —dijo soltando una risa nerviosa.
***
Cuando Aarón se despertó lo primero que vio fueron los ojos marrón de Nico que parecían tranquilos, cuando se levantó Nico le extendió su taza de té y este empezó a tomar tranquilo.
—¿Cómo lo preparaste? —le preguntó curioso.
—Tampoco son tan inútil Ar.
—¿Nics? —le volvió a preguntar.
—Minos me ayudó... Parece que te vio hacerlo y me dijo como hacerlo.
—Ah.... Se nota.
—¿Porqué?
—Nics... El te de flores de lavanda se hace a una cierta temperatura... Si no sale agrio —dijo con una sonrisa.
(Nota: eso no sé si es verdad, no se mucho sobre tés lo estoy inventando a eso)
—Oh —dijo algo avergonzado.
—No importa, mejor vamos —dijo Aarón levantándose de su lugar—. Tenemos un largo camino por recorrer.
—Minos me dijo que hay un lugar por dónde podemos recorrer todo Estados Unidos en poco tiempo.
Aarón miro al fantasma para luego volver a ver a Nico con una sonrisa algo incómodo, sabía por dónde quería ir ese ser, un lugar muy peligroso según sabe.
—Esta bien Nics.
Ambos semidioses decidieron seguir al fantasma que estaba más que satisfecho al poder engañar al hijo de Hades y como consecuencia ganarse el odio del hijo de Persefone.
***
Habían caminado más de 5 horas, la verdad Aarón agradecía que tenía zapatos tan cómodos, por qué si no sus pies ya sean un desastre.
Estaba cocinando en una pequeña fogata mientras que Nico estaba robando algunos platillos ya hechos la poder ver si está vez Bianca se hacía presente ante su intento de invocación.
Pero cuando Aarón lo vió volver enojado y frustrado supo que Nunca otra vez se había negado a "atender" su llamado.
—Vamos Nics... Todo va a salir bien.
El intentó de consuelo de Aarón no fue recibido por Nico, ya que este solo se sentó en el pasto para luego agarrar el plato con su comida.
Nico simplemente se quedó callado disfrutando de la rica comida que Aarón le había preparado, cada cierto tiempo lo volteaba a ver.
Pero ninguno soltó una palabra, como si tuvieran miedo de decir algo y que el otro estallara en enojo.
Nico temia de que Aarón lo dejara solo por su terquedad de salvar a Bianca y de ponerlos en riesgo.
Mientras que Aarón tenía de que Nico lo deje de lado al cuestionarlo en su misión.
La comida paso en silencio entre ambos semidioses, pero al terminar Nico y Aarón decidieron seguir el camino que Minos les había indicado.
***
Aarón estaba que hervía del enojo, su instinto tenía razón, Minos los había mandado al lugar más peligro que podía haberse imaginado.
Ahora tanto él como Nico estaban encerrados en el laberinto de Dédalo, lo que quería decir que ahora todo pasaría de forma diferente, cuando ambos entraron ya era de noche, lo que quería decir que tendrían que hacer una guardia de 2 horas cada uno para lograr reponer energías.
No sin antes volver a comer lo que él hijo de Persefone había guardado para esa noche, por lo que luego de la cena y que Aarón convenciera a Nico de que él haría la primera guarda.
Aarón se recostó en una de las paredes mientras la pequeña fogata calentaba el agua para su té de manzanilla.
—Eres un adicto al té.
—Mi madre y yo siempre hacíamos "fiestas" de té... Por lo que se me hizo costumbre tomarlo cuando tengo tiempo.
—Eres algo raro...
Luego de ese intercambio de palabras, Nico calló en un corto sueño, del cual cuando despertó vio a Aarón leyendo un libro.
***
Cuando ambos ya habían tomado sus respectivas siestas, volvieron a invocar a Minos, el cuál los guió por ese lugar tan oscuro y tenebroso.
Aarón estaba más que pegado al lado de Nico, lo que le daba un aire angelical por como era "protegido" por el hijo de Hades.
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Los Príncipes del Inframundo (Nico di Angelo)
FanficAarón Riddle, creció como el amado hijo de Perséfone, un niño que creció junto a su madre aunque eso solo alimentaba el odio de su padrastro, pero todo cambio el día de su cumpleaños número 11, todo su mundo dio un vuelco al conocer al hijo de Hades...