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— ¿Qué pasará con nosotros ahora? — Era la pregunta que todos se hacían, habían logrado llegar hasta la nave, Suga había logrado hablar un poco con Jimin, eran de cierta forma invitados en el lugar, pero ¿qué haría, el rosado con ellos, con los supuestos últimos humanos que había en el mundo?

— Pues seguimos vivos y eso debe ser al menos algo bueno.

— Puede serlo, Jin, pero ¿qué pasará con el resto, Hobi y Moon los niños, todos ellos, cuentan con que volveremos?

— Por ahora solo debemos seguir las reglas que nos impongan —habló el mayor — hasta saber bien qué es lo que Jimin planea o piensa hacer, cuando aquel soldado entró, les dio a entender que yo venía rendirme, así que por ahora seguiremos ese juego.

— ¿Te recordó? — miró a Kook quien no escondía su intriga y nervios, negó.

— No, como me hubiera gustado, al parecer solo tienes flashes de su vida con nosotros, el recuerdo en sí está bajo las voces de sus antiguos líderes, como dijo Boun— no tuvo que oírlo para saber que dentro de la mente del menor pasaba nuevamente la oportunidad de tener algo más que solo amistad con el rosado.

— Entonces estamos como al inicio.

— Solo que ahora somos prisioneros— de pronto el sonido de la puerta lo alertó, dejando ver a Tae quien, radiante, les sonreía, estar en su lugar de origen, les daba ese brillo propio de los hijos de Bloend.

— Síganme— los cuatro se miraron, siendo Nam el primero en llegar junto a su chico— él es el capitán Flx, jefe de la guardia real de Madre, y a quien él puso a su cargo, en su estadía aquí — Jin y Suga se miraron.

— Un gusto, capitán — habló el mayor estirando su mano en su habitual saludo humano, aunque claro, para Flx eso no tenía valor alguno, así que cortando un poco la incomodidad, Tae siguió hablando.

— Madre, los verá durante el día — mirando fijamente a Suga — por ahora los llevaré a su habitación...

— ¿Habitación?

— Em, si así les dicen ellos a las celdas de descanso, capitán — el pelo amarillo, rodó los ojos, los humanos tenían palabras y costumbres odiosas a su juicio.

—Qué estupidez — murmuró, pero claro que todos lo oyeron.

— Idiota —dijo Jungkook, haciendo sonreír a Tae y Prem, que estaban más cerca de él.

— Escuchen muy bien, humanos - dicho con toda la intención de ser ofensivo - Si bien para, madre son invitados, demás esta decir que siguen siendo prisioneros, por lo que si hacen o dicen algo que atente contra la estabilidad de la colonia, los mataré sin dudar, entendieron? — Kook apretó los puños, Nam se mordió la lengua, Jin solo rodó los ojos y Suga asintió por todos

Tae, soltó un suspiro, molesto, de todos los seres de esa nave, sin duda, aquel soldado era el mayor dolor de culo, como decía Nam, que tenían, fiel a las viejas costumbres, autoritario y claro está protector de la colonia.

Por su parte, Jimin miraba por la ventana cómo el cielo ahora era claro, brillante, y a sus hijos moverse de un lado a otro, para cumplir la meta de reconstruir lo que ellos mismos rompieron.

—¿Por qué traerlos?—dijo sin dejar de ver al frente.

— Porque lamentablemente y como tú en algún momento dijiste, ellos necesitan este planeta para vivir y tal vez pueda existir el punto medio en que esto no sea una guerra, sino una vida en armonía — giro.

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